El futuro de la izquierda

Cayo Lara: “La convergencia en ningún modo nos va a diluir”

Cayo Lara, con Alberto Garzón y el coordinador andaluz de IU, Antonio Maíllo, en el arranque del Consejo Político Federal de este 21 de febrero de 2015.

Nunca como hasta ahora había estado tan presente en Izquierda Unida el debate sobre la convergencia y sobre cómo materializarla. Tal vez porque nunca como hasta ahora se había repetido un momento como el de hoy: una federación con temor a verse engullida no por su tradicional adversario, el PSOE, sino por una fuerza emergente como Podemos, que nació hace escasamente un año y que, según las encuestas, podría convertirse en primera fuerza del país. 

Cayo Lara, el coordinador federal, es de los que representa la corriente de apuesta por la convergencia, pero con reservas, sin que en ningún caso peligren las siglas de IU, ni desaparezca. Y este sábado lo refrendó ante el máximo órgano de poder, el Consejo Político Federal, que componen unos 225 miembros. Quiso incluso leer el pasaje relativo a este asunto que llevaba escrito, para no escapar de la literalidad. La idea fuerza, esta: "La convergencia, en ningún modo, nos va a diluir". Porque no es "un problema de siglas", sino de "respeto" al otro, a todos aquellos con los que se quiere confluir, también IU. 

"Izquierda Unida está ahí. Con otros sí, pero ahí. Ni disolución, ni dilución, ni absorción, ni nada parecido. Izquierda Unida es un movimiento político-social que tiene su espacio, su programa, sus militantes, sus cuadros sus asambleas y sus votantes", proclamó. IU tiene "su trayectoria, su historia, sus defectos y sus virtudes, pero nadie pude dudar de lo que es, de dónde está, de lo que apoya y cómo lo apoya". La convergencia, que no puede "diluir" a IU es un "compromiso y una responsabilidad" y a ella se dirige con un "programa común de izquierdas", para "construir la alternativa de la mayoría social junto a (no disueltos en) los demás". 

En una crítica implícita a Podemos, que ha mostrado reticencias a la suma, y más aún bajo el formato patrocinado por IU, la coalición electoral, Lara sostuvo que no es una cuestión "de siglas", sino de "respeto democrático y de garantizar la máxima eficacia en cualquier coalición". "Nunca IU vetó ni la sigla ni la formalidad de nadie en convergencia alguna". "Respeto ofrecemos, respeto pedimos", resumió. 

Defensa de la coalición electoral, sin citarla

Lara animó a encontrar la fórmula jurídica "más adecuada" para garantizar que las propuestas programáticas sean discutidas, para favorecer la aportación de recursos políticos (como los espacios electorales en la radio y la televisión pública) y económicos (como los anticipos para mailing o las subvenciones por votos obtenidos". El coordinador apuesta claramente por la fórmula de la coalición electoral, pero él no la citó explícitamente hoy. Un dato importante, puesto que este Consejo Político está llamado a validar la resolución trabajada internamente la semana pasada, según la cual se permitirá concurrir a los comicios bajo cualquier formato legal. Incluido el partido instrumental, la opción elegida por Ganemos y Podemos en Madrid capital. Esa mayor apertura es a la que se niega en redondo la cúpula de IU Madrid. 

El coordinador animó a sus cuadros a pelear hasta el final, porque hay "mucho partido hasta las generales", ya que los tiempos son "muy cambiantes" y está "todo encima de la mesa". Puso en valor el trabajo hecho en las instituciones y en la calle, el "bagaje" hecho durante toda su historia. Igual que sus propuestas, "la música" que tiene que "llegar" a los ciudadanos, y no "aportar ruido". 

Lara reconoció que la tarea por delante, hasta las generales, en un ciclo electoral muy intenso, es "inmensa", y para ello necesita estar "a punto, fuerte, tensionada e ilusionada" para ganar la confianza de los ciudadanos. "Llevar nuestra alternativa programática a cada uno de los municipios donde nos presentemos, a todas las comunidades autónomas y a todo el Estado", "dar una respuesta a la esperanza de mucha gente", apremió, denunciando el "interés" en que "psicológicamente caiga IU en un estado de desánimo". "Somos una fuerza con proyección, con un prestigio importantísimo". 

"Orgulloso" de su militancia en IU

Lara fue el primero en intervenir en un Consejo Político que se prevé largo y programado, precisamente, para dilucidar cómo acudir a las próximas elecciones municipales y autonómicas, bajo qué formato. Un cónclave convocado también para ratificar a Alberto Garzón como cabeza de lista a la Moncloa. "Un gran candidato", le definió Lara, "el de toda la organización". "Tenemos que estar como una piá a defender a nuestros candidatos en cualquier parte del Estado porque eso es lo que espera la ciudadanía de una fuerza política seria que no quiere sólo patalear en la calle, que quiere gobernar", subrayó. 

El diputado intervino después del coordinador, y presentado por el responsable de la Presidencia Federal, José Luis Centella. Insistió en su idea de que no se puede desaprovechar la ocasión: "Hoy estamos ante una oportunidad histórica para transformar nuestra sociedad, para construir un nuevo país. Nunca el bipartidismo, ese gran partido de orden, ha estado tan débil, en horas tan bajas. Nunca la gente ha sido tan consciente de la necesidad de vivir de otra forma, bajo otras reglas. Tenemos que aprovecharlo. Las próximas generaciones no pueden permitirse que la izquierda no esté hoy a la altura del momento histórico". 

Garzón recordó su trayectoria política, desde que se afilió como militante en 2003, en la época del No a la guerra. Cuando se sentía "orgulloso" por lo que hacían sus representantes públicos –entre los que citó a Felipe Alcaraz o a Julio Anguita, pero no a Gaspar Llamazares, el coordinador de la época–. Luego recordó las manifestaciones, huelgas generales, protestas en las que se ha involucrado IU desde siempre. Y pasó al momento actual, de gran volatilidad: "El suelo se mueve bajo nuestros pies. Las certezas se desvanecen cuando más deben prevalecer valores y principios de la izquierda". 

"Existe la posibilidad de una ruptura democrática"

El candidato se retrotrajo a lo que pasó el verano pasado, cuando tras el mazazo de las europeas, que sancionaron la fuerte irrupción de Podemos, IU decidió profundizar en la democracia interna y apostar por el proceso constituyente, la construcción "de un nuevo país". Su responsabilidad en estos últimos meses. El compromiso es con la "transformación social", un reto "enorme" que no obstante tiene "innumerables obstáculos" por delante. "El Estado, como unidad de decisión, ha entendido que existe la posibilidad de una ruptura democrática y va a hacer todo lo posible por evitarla". El motor deben ser los "principios y valores", las "brújulas" que han de guiar el movimiento, dijo. 

Garzón se reivindicó como "heredero" de las luchas durante la República y el franquismo, de todos aquellos que han combatido por la "emancipación" del hombre y de la mujer. Ahora toca "mantener viva" la llama de esas luchas pasadas. El reto, "construir un nuevo país", y para eso sólo falta "voluntad política". "Es posible y necesario poner en marcha las políticas de izquierdas contra la crisis y contra el nuevo orden social que están imponiendo; esa suerte de neofeudalismo que esclaviza a la mayoría social". Con el objetivo, aseguró, de que "ninguna persona pase frío" o no haya ningún banco "por encima de la dignidad de las personas". 

Con "las mismas ganas y con la misma energía" asume Garzón el reto de la candidatura presidencial. La misma con la que pisó por vez primera una sede de IU, en 2003. "Pero sí tengo una esperanza mucho más fuerte que entonces, y es que estamos mucho más cerca de conseguir nuestros objetivos", concluyó. Una fuerte ovación le arropó. 

Tras su discurso, hubo votación en urna. El resultado, un apoyo abrumador al parlamentario por Málaga: 186 miembros del Consejo retiraron su acreditación. Votaron 170 y de estos, 129 lo respaldaron (75,88%), 26 lo rechazaron (15,29%) y 15 votaron en blanco (8,82%).

Maíllo: entre el PSOE y un Podemos "instalado en la ambigüedad"

A Garzón, le sucedió en la tribuna el coordinador andaluz y candidato a la Presidencia de la Junta, Antonio Maíllo. Pese a que las encuestas anticipan un descenso de IU, el barón regional intentó infundir optimismo: "Estamos fuertes". La federación, dijo, puede hacer llamamiento "sin tapujos y con descaro" a los ciudadanos, para que apoyen a una fuerza "capaz de dirigir Andalucía", con un "proyecto sólido, de izquierdas", porque "no está superada la dicotomía". Frente a un "PSOE derechizado" y un "Podemos instalado en la ambigüedad", IU se alza como la formación que ha compartido un Gobierno y desde el que ha paralizado desahucios y pretendía aprobar una ley de banca pública y que el Parlamento autonómico investigase toda la corrupción. "Nos podemos equivocar, pero no engañar ni robar". 

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Gordo y Pérez "ya no representan a IU federal"

Fuera de su intervención, Garzón se refirió a la expulsión de IU de los portavoces en la Asamblea y el Ayuntamiento de Madrid, Gregorio Gordo y Ángel Pérez, materializada ayer viernes en la Presidencia Federal. El candidato subrayó que ambos están fuera de la organización "política y jurídicamente", y pidió a IU-CM que acate la decisión. "Evidentemente ellos van a protestar. Pero no es un debate jurídico, es un debate político. Y estas personas ya no son reconocidas por IU federal como miembros de IU", dijo a su llegada al Consejo. Garzón dijo que, aunque sigan ambos como portavoces, "ya no representan a IU federal". 

El candidato a la Moncloa subrayó que el único cabeza de lista que tiene IU para la Alcaldía de Madrid es Mauricio Valiente. "No contemplo que una dirección se pongan en contra de sus militantes y las decisiones tomadas en referéndum", aseguró. La apuesta del diputado coincide con la de Valiente y con la de Tania Sánchez, ya fuera de IU por decisión propia: construir la unidad popular. Participar en los Ganemos.

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Despedida de Reneses sin aplausos

A la reunión del Consejo de este fin de semana no se llevó una remodelación amplia de la ejecutiva. Simplemente, la ratificación del nuevo secretario de Organización, el aragonés Adolfo Barrena. No obstante, Lara sí quiso dedicar una despedida, al comienzo de su intervención, al ya exjefe del aparato, Miguel Reneses, que presentó su dimisión tras la presión de las federaciones y sus desencuentros con Alberto Garzón. "Decirte, Miguel, que un responsable de Organización tiene aciertos y errores y que tú también los has tenido". Entre los primeros, destacó sus esfuerzos por llegar a los territorios blancos, por reducir los conflictos que dejó el anterior líder, Gaspar Llamazares, el aumento del músculo electoral de IU o los pactos trenzados con otras fuerzas en las anteriores convocatorias. 

El coordinador deseó a Reneses que, pese a que acaba de jubilarse hace diez días, siga activo dentro de IU: "Sé que de la política no te vas a jubilar. Que el mejor Reneses siga trabajando y haciendo política. El peor no, pero el mejor sí". Lo esperable es que, en estas circunstancias, la sala hubiera prorrumpido en un aplauso, porque Reneses además acudió al Consejo. No fue así. Tras la despedida de Lara, se hizo un incómodo silencio. Ni un solo aplauso se oyó en Olimpo. 

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