El PP no se cree los vetos de Rivera

"¿Si en la campaña del 20 de diciembre se mostró a favor de apoyar a la lista más votada y acabó sellando un pacto con el PSOE, por qué vamos a adelantar acontecimientos ahora?" Quien así habla es miembro de la dirección nacional del Partido Popular. Se refiere al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y a su insistente negativa de apoyar a cualquier proyecto político en el que esté presente Mariano Rajoy. Lo argumentan apuntando a que el jefe de los conservadores y presidente del Gobierno en funciones es incompatible con el mensaje de regeneración.

En el número 13 de la madrileña calle de Génova, cuartel general del PP, no acaban de creerse que la formación naranja vaya a permitir que gobiernen fuerzas de izquierda sólo por evitar que Mariano Rajoy siga en La Moncloa. Es un mensaje que este mismo lunes trasladó el jefe de campaña de Rajoy, Jorge Moragas, en rueda de prensa desde la dirección nacional del PP. 

"Creo que al día siguiente de las elecciones ese planteamiento [el veto a Rajoy] del señor Rivera no tendrá sentido", dijo tras presentar el vídeo central de campaña y algunos de los ejes de la misma. 

Moragas criticó que Rivera desde su "posición minoritaria" se "arrogue" esa capacidad de decisión "en nombre de los españoles". "Seguramente él se dará cuenta con el tiempo", añadió. 

¿Necesita el PP a Rivera?

Precisamente, junto al mensaje de que Rivera no va a poder impedir que Rajoy gobierne si es el candidato más votado, los conservadores van a insistir en que Ciudadanos pone la venda antes que la herida porque todavía no está demostrado que sus votos vayan a ser determinantes el 26-J26-J.

De hecho, siempre que tienen la oportunidad, los conservadores aprovechan para recordar que el 20-D sus escaños no eran necesarios para su propuesta de gran coalición, pero que los incluyeron en la oferta de pacto porque consideraban que, al igual que con el PSOE, estaban de acuerdo "en lo fundamental".

Ciudadanos y los "extremistas"

Al mismo tiempo que en el PP cruzan los dedos para que, si necesitan los votos de Rivera, éste rebaje sus exigencias y no exija la cabeza de Rajoy, se han marcado como objetivo recuperar a aquel sector de su electorado tradicional que el pasado 20-D optó por Ciudadanos. Creen que después de que la formación naranja sellase un acuerdo con los socialistas más de un votante se lo pensará. Lo mismo opinan repasando algunos acuerdos con Podemos en comunidades autónomas y ayuntamientos.

En esta línea, en el argumentario del PP de este lunes sacudía a Ciudadanos por su relación con los "extremistas", igual que una semana antes había hecho con Pedro Sánchez (PSOE).

"El PP nunca pactará con los extremistas de Podemos, porque facilitar que los extremistas gobiernen, pese a que no ganaron las elecciones, no es moderación: es ayudar al extremismo", señalaban los conservadores en un documento interno. Y continúan: "Ciudadanos ha votado con los extremistas de Podemos para que gobierne la izquierda en 3 capitales de provincia (Granada, Alicante y Castellón), en 6 municipios con más de 50.000 habitantes (San Sebastián de los Reyes, Gandía, Molina de Segura, Torremolinos, Benalmádena y Arganda), y en la Diputación Provincial de Toledo. ¿Es esto centrismo o moderación? No, es apoyar a los extremistas".

Horas después de que los conservadores remitieran el citado argumentario a sus cargos públicos y militantes, Albert Rivera había vertido unas declaraciones que escocieron mucho en las filas del PP: "Rajoy se ha vuelto podemita".

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Paralelamente, sectores del PP están convencidos de que si Podemos es segunda fuerza, los socialistas se abstendrán y permitirá que gobierne Rajoy. "Si permiten que gobierne Podemos, el PSOE está perdido del todo", señala un dirigente conservador que ha sido diputados en las dos últimas legislaturas.

El entorno de Rajoy está convencido de que, al igual que Rivera, Sánchez se lo pensará bastante antes de vetar al presidente si obtiene un resultado contundente. Al igual que en diciembre, el PP dice que uno de sus objetivos es pelear para lograr el 30% de los votos.

"Ahora es el tiempo de los poses, de los juegos de máscaras. A partir del 27-J empieza una nueva etapa y será a partir de ese momento cuando se hable de pactos en serio", añade un dirigente regional.