Escándalo de las tarjetas

El predecesor de Blesa en la presidencia de Caja Madrid sobre las ‘black’: “Tal sistema de retribución es inconcebible”

El predecesor de Miguel Blesa en la presidencia de Caja Madrid, Jaime Terceiro Lomba, ha asegurado en su declaración como testigo en el juicio sobre las tarjetas black que durante su etapa como máximo responsable de la entidad financiera madrileña no hubo ninguna Visa como complemento a los ingresos de los directivos y de los consejeros: "No la había porque tal sistema de retribución es inconcebible", ha contestado a preguntas del fiscal Alejandro Luzón.

"Había una única tarjeta y no era concebible, como era natural...", ha completado Terceiro, que confirmó que las Visa eran de forma exclusiva para gastos de representación.

Además, el expresidente de Caja Madrid se ha mostrado indignado ante la declaración hace dos semanas del exdirectivo de la misma entidad, Mariano Pérez Claver, que aseguró que las tarjetas retributivas eran la norma en el sistema financiero español: "Uno ha tenido que leer que era un sistema que funciona en otras entidades. Pero la realidad es que Caja Madrid no tenía y tampoco ninguna otra institución financiera comparable. [..] No puede venir uno aquí a decir que eran comportamientos generales del mundo financiero. Es un mensaje falso que trata de oscurecer el comportamiento de gente con gran integridad".

Terceiro, que fue presidente ejecutivo de Caja Madrid entre enero de 1988 y el 10 de septiembre de 1996, día en el que presentó la dimisión, ha confirmado que en esta etapa los directivos y ejecutivos percibían dietas mensuales de 150 euros, y que las retribuciones anuales eran de 1.800 euros, mientras que los integrantes de la comisión ejecutiva ingresaban 9.000 euros al año.

"De 2003 a 2012 esas retribuciones pasaron de 1.800 euros a 500.0000 euros. Por tanto, expresiones que utilizaba el secretario de dignificar tenían el contenido de aquel entorno que se estaba viviendo", respondió Terceiro, que ha resaltado que los sistemas de compensación de gastos de los consejeros en sus funciones que tenían un sentido en 1988, lo pierden en 2003 y años posteriores, ya que los ingresos de los directivos se multiplicaron "por 277 veces".

A preguntas del letrado Andrés Herzog, de la acusación popular de la Confederación Intersindical de Crédito (CIC), Terceiro ha calificado la forma en la que se contabilizaron las tarjetas black como "zafia".

El predecesor de Blesa también ha aportado otros datos, en esta ocasión a preguntas del fiscal, como por ejemplo que el gasto medio de los directivos y consejeros con las tarjetas de representación en su etapa de presidente oscilaban entre 250 y 300 euros mensuales, "y no había necesidad de cambiar ese límite", ha resaltado Terceiro, que llegó a calificar las definiciones de los procesados de las black como "esotéricas".

"No se podía extraer metálico bajo ningún concepto. En ninguna tarjeta se daba esa posibilidad, como es natural, y como conceptualmente es razonable. No sólo no se daba el PIN sino que no se emitía el PIN", ha reseñado Terceiro, que también ha negado que permitiera el uso de las tarjetas de representación tras abandonar el puesto, tal y como sí ocurrió en el periodo de Blesa: "Es una contradicción en términos. Cuando cesa, cesa como consejero".

Tras finalizar el interrogatorio las acusaciones, fue el turno del letrado de Blesa, Carlos Aguilar, que en un duro interrogatorio se ha quejado en varias ocasiones de las evasivas del testigo.

El propio fiscal Alejandro Luzón ha interrumpido el interrogatorio para pedir amparo a la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, al considera que Aguilar estaba tratando de "amedrentar al testigo" para "intentar que el testigo conteste en la línea de la defensa. Eso es abusar de la forma de interrogar y de la libertad que le da la Sala para interrogar al testigo", ha asegurado Luzón.

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