PSPV-PSOE

La vía valenciana: hablar del qué hasta que Susana Díaz se presente

El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, y el portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo.

Sergi Tarín

Salvador Allende formuló en su día la vía chilena al socialismo y acabó bombardeado en el Palacio de La Moneda. Con muchísimos menos riegos, el president Ximo Puig defendió este fin de semana la vía valenciana a la socialdemocracia, una fórmula sin estridencias donde el qué se superpone al quién y la pluralidad es una virtud. Es lo que sucede en la Generalitat Valenciana. Al menos teóricamente, ya que también se dan fricciones entre ambos socios, PSPV-PSOE y Compromís. De hecho, el debate sobre el quién no fue tan plácido como se cuenta. El pulso entre Puig y Mónica Oltra por presidir el Consell dejó el pacto al borde la ruptura.

Está claro que el quién suele ser conflictivo sea cual sea su lugar jerárquico. Y el qué, a menudo, es solo una manera de retrasar el conflicto. “Es necesario pasar de la política del espectáculo a la del contenido”, exigió Puig este domingo durante la clausura de la convención de ideas La vía valenciana, celebrada el fin de semana en Valencia. Todo ello bajo un formato de sofás blancos y set de plató televisivo. Y con todos los quiénes del staff autonómico en primera fila, algunos del brazo de las acomodadoras una vez comenzado el acto y con regañina del vicesecretario de organización, Alfred Boix, por llegar tarde. No en vano, las mejores fotos son aquellas en las que pueden nombrarse todos los rostros. Consejeros, concejales, Lerma, Ciscar, Alarte… Justo la idea que, minutos antes, había apuntado Maria Such, directora del Instituto Valenciano de las Mujeres: “La grandeza de la socialdemocracia es que siempre puede volver a empezar”.

Principio y fin, junto a Puig cerró el acto el exministro y portavoz socialista de la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo. De los gobiernos de Zapatero, también pasaron por la convención, Bernat Soria, Carme Chacón y Carmen Calvo. Y ni se pronunciaron más allá del bar los nombres de Pedro Sánchez o Patxi López. Tal y como explicó infoLibre, desde el entorno de ambos candidatos a las primarias del PSOE definieron estas jornadas como una maniobra de la gestora para contraprogramarles. No en vano, Puig, uno de los barones más activos en la defenestración de Sánchez, está considerado el contrapunto federalista al españolismo atribuido a Susana Díaz. Y de eso se trata, del quién de la cuestión, o Díaz, con una buena dosis de oficialismo reunido en Valencia y con mesas de trabajo que suponen un ensayo general de cara al Congreso Federal del PSOE, previsto para el 17 y el 18 de junio.

Más federalismo

El encuentro se dividió en tres áreas: empleo, crecimiento y modelo económico; redistribución e igualdad de oportunidades; y valencianismo y federalismo. “España, o es federal o va a tener muchas dificultades”, señaló Puig, quien demandó un nueva fiscalidad y una mayor financiación. “De los 18.000 millones de presupuesto de la Generalitat, solo el 20% es de fiscalidad propia”. “Y de los 43.000 millones de la deuda valenciana, una parte la tiene que pagar el Estado, ya que nos ha estado infra financiando”, apuntó Puig, quién reivindicó los “valores republicanos y de la Ilustración para la socialdemocracia del futuro”.

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Por su parte, Ángel Gabilondo defendió la necesidad de un pacto territorial previo a otro sobre educación. Y lamentó que los valores hayan entrado en el terreno de la “dinerología”. “Solo valoramos lo que se puede comprar y vender”, lamentó tras defender que la política consiste “en hacer que no le pase a la gente lo que le pasa y no conformarse con contarle lo que le pasa”. Gabilondo recurrió a Hegel y Descartes para explicar que el pensamiento también es acción y que las palabras, en tanto que lo son, deben definir hechos. “Ya basta de mirarnos entre nosotros para enamorarnos u odiarnos. Hay gente ahí afuera”, arengó.

Previamente, durante el plenario sobre las conclusiones, Manuel Illueca, director general del Instituto Valenciano a Finanzas, defendió “la palabra mágica, la formación” y lamentó que el nivel de gasto para formación de desempleados haya caído un 30%. Asimismo abogó por una reforma fiscal que aumente el nivel español de ingresos, “nueve puntos por debajo de la media europea”. Por otro lado, Maria Such solicitó la creación de una Ley de Igualdad Salarial y Vicent Soler, consejero de Hacienda, criticó el déficit crónico de recursos en territorio valenciano. “Es absurdo que con una renta per cápita inferior a la media aportemos más recursos que el resto”, insistió.

Diálogo, acuerdo, consenso. Y fraternidad y bien común. Más redistribución de la riqueza y menos centralismo. Repolitización y oposición útil. Todos elementos de la vía valenciana a la socialdemocracia o la enumeración del qué frente al quién. Al menos hasta que Susana Díez dé el primer paso hacia la secretaría general.

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