Entrevista

Cassandra Vera: "La Fiscalía quiere coartar la libertad de expresión, pero no tiene apoyo social"

No hay apenas retórica, ni asomo de grandilocuencia, en las palabras de Cassandra Vera Paz (Águilas, Murcia, 1995), la estudiante de Historia que se enfrenta a una pena de un año de cárcel e inhabilitación absoluta durante siete años por una serie de tuits humorísticos publicados entre 2013 y 2016 sobre el atentado mortal de ETA contra Luis Carrero Blanco en 1973, cuando presidía uno de los últimos gobiernos del franquismo. Vera responde breve y concisamente, sin alegatos. Y con eso basta para describir lo insólito de su caso, que Vera vive con incredulidad y preocupación.

Un par de veces pronuncia el periodista las palabras "absurdo" o "ridículo" para referirse al caso, a lo que Vera responde al otro lado del teléfono: "Bueno, a lo mejor desde fuera puede parecer absurdo. Pero para mí puede tener consecuencias penales". En efecto, el asunto no es ninguna broma. Quizás sí un "disparate", como lo califica la propia nieta de Carrero. Pero sin gracia. Si es condenada, explica Vera con inquietud, su aspiración de convertirse en profesora se verá truncada durante el tiempo que dure la inhabilitación.

Los tuits fueron de este tenor: “ETA impulsó una política contra los coches oficiales combinada con un programa espacial”; “Película: ‘A tres metros sobre el cielo’. Producción: ETA films. Director: Argala. Protagonista: Carrero Blanco. Género: Carrera espacial”. Kissinger le regaló a Carrero Blanco un trozo de la luna, ETA le pagó el viaje a ella”. “Spiderman VS Carrero Blanco”. El caso está a la espera de sentencia. Vera desea dejarlo atrás y que no sea más que material para la escritura, una de sus aficiones.

PREGUNTA: ¿Recuerda el primer tuit sobre Carrero? ¿Qué pretendía? ¿Hacer reír?

RESPUESTA: Es difícil remontarse tan atrás. Yo a veces escribo 20 o 30 tuits al día. Pero sí, estos tuits siempre han sido para hacer humor.

P: ¿Es el humor su tono habitual en Twitter?

R: Lo uso para muchas cosas. Contar mi día a día, publicar fotos con mis amigos, mis experiencias en la carrera... Un poco de todo.

P: Y suele utilizar un registro humorístico, ¿no?

R: Bueno, no es que sea algo habitual tampoco. Pero en algunas conversaciones, si surge, tiro de humor negro.

P: ¿Cómo sentaron aquellos tuits sobre Carrero? ¿Generaban polémica?

R: Hubo gente que hizo retuit, sí. Pero bueno, el humor de Carrero Blanco es abundante... Y más en Twitter. Es como alguien que tuitea sobre su vida, pasa tal cual. Está tan difundido y tan explotado... Ni siquiera eran tuits originales, eran sacados de otros sitios, entre otros del propio Twitter [El coche de Carrero, como producto de la bomba de ETA, acabó en la azotea de un edificio, lo cual suele ser utilizado para el humor negro].

P: Y las personas que pusieron esos tuits originalmente, ¿han pasado por su situación?

R: Me he informado. Y por chistes sobre Carrero, a nadie le ha pasado nada. Por comentarios jocosos sobre Carrero, no.

P: ¿Cuándo empiezan a darle problemas sus tuits?

R: Cuando me llama la Guardia Civil el 13 de abril de 2016.

P: ¿Cómo fue?

R: Estaba en mi casa, en Murcia. Me llamaron al móvil en relación con una denuncia que había puesto yo un año antes, en febrero de 2015, porque habían intentado atracarme. Me llamaron y me dijeron que era para ver este caso, para ver fotos [de posibles autores del intento atraco]. Fui a comisaría. Y allí me dijeron que me llamaban por otra cosa.

P: Por los tuits.

R: Un agente me dijo que es por enaltecimiento del terrorismo, por humillar a las víctimas, etcétera. 

P: ¿Cuál fue su reacción?

R: Me quedé perpleja.

P: Al oír "enaltecimiento del terrorismo", ¿qué piensa?

R: Yo conocía el delito por las redes. Pensé en Twitter.

P: ¿Le sonaban otros casos similares?

R: Sí, Facu Díaz, César Strawberry, que había sido detenido el año anterior en la operación araña...

P: Sabía que estas cosas podían pasar...

R: Yo he visto en algún caso auténticas burradas, cosas que se puede entender que enaltecen el terrorismo. Pero con Facu Díaz y César Strawberry ya había pensado que había persecución del humor. Yo sabía que no tenía ningún tuit que enalteciera el terrorismo. Al principio ni pensaba que fueran los de Carrero. No sabía.

P: ¿Cómo fue aquella detención?

R: Me quitaron el móvil, me leyeron mis derechos. Vino un abogado de oficio y me dijo que no declarara en comisaría. Al rato me soltaron.

P: ¿Cuánto tiempo estuvo en comisaría?

R: Una hora y media o dos. Me habían llamado sobre las 8.30 o 9.30, no sé exactamente. Tenía clase por la tarde, así que estaba en casa estudiando. Me levantaba a las 7.

P: ¿Llamó a alguien desde comisaría?

R: No. Desde el principio me dijeron que me iban a soltar en el día, así que no llamé a nadie. No quería preocupar.

P: ¿No se lo contó a nadie?

R: A mi hermana [mayor]. No quería preocupar a mi familia. Yo vivía con mi hermana y sólo se lo conté a ella [sus padres viven fuera].

P: Cuando salió de comisaría, ¿sabía a lo que se exponía?

R: Nada, no sabía nada. Mi abogado fue muy amable, muy profesional. Me atendió bien, me dijo que no declarara y ya está. Pero yo no tenía ni idea de qué iba a pasar.

P: Iría directa a Google al salir, supongo.

R: Claro, me puse a mirar todo. Y ahí descubrí lo de la inhabilitación absoluta, que podía perder la beca y no poder presentarme a oposiciones a profesora. Tener antecedentes, ir a la cárcel. Estuve dos o tres días informándome. Empecé a preocuparme cuando me di cuenta de lo que me podía pasar. Me iba mal en los estudios. Estaba todo el día tirada en la cama, dándole vueltas, preocupándome.

P: Volvería a mirar aquellos tuits sobre Carrero, claro.

R: Volví y vi que tenía que ser lo de Carrero. Los borré. No por arrepentimiento, sino porque pensé: 'Fuera los tuits, un problema menos'.

P: ¿Se arrepiente?

R: ¿De los tuits?

P: De haberlos borrado.

R: Tampoco. Es simplemente un tuit, qué más da. Va y viene.

P: O sea, sólo conocían la situación usted y su hermana.

R: Nadie lo sabía, ni en mi facultad ni nada. Luego llegó el verano y me fui al pueblo, a Águilas, a pasar el verano sola. Me llegó una notificación, que decía que tenía que ir a declarar el 13 de septiembre en Madrid. Lo primero que hice fue contárselo a una amiga mía de Madrid, con la que hablaba mucho por teléfono y por Internet. Hablábamos todos los días y era una persona especial para mí. Se lo conté. Y me dio su apoyo incondicional.

P: Y fue a declarar.

R: Sí. Aquello fue... Yo pensé que había sido más tiempo, pero luego me he enterado de que fueron 23 minutos. Para mí fue mucho más largo.

P: Usted iría con su abogado, claro.

R: Otro distinto, también de oficio, con el que luego tuve problemas. Me lo presentaron un día antes, no pudimos preparar la defensa como tal. Estuvimos hablando antes de entrar, nada del otro mundo. Allí todo fueron preguntas del juez. Que si yo había puesto los tuits y preguntas así, no lo recuerdo muy bien. Dije que eran tuits para hacer humor, básicamente. Al final el juez me dijo que había finalizado el interrogatorio, firmé y me fui.

P: Su esperanza sería que la Fiscalía retirase los cargos, ¿no?

R: Era una posibilidad, pero no sabía qué iba a pasar.

P: Entonces nadie sabía nada. Su caso no se había hecho público.

R: Nadie sabía nada. Yo me fui a Murcia, porque empezaba el curso en la universidad. Pasé un tiempo sin noticias hasta que me llamó este abogado. Me dijo que tenía que ir a Madrid en noviembre a recoger el escrito de calificación de la Fiscalía. Iba a ser la apertura de juicio oral. Yo le dije que no podía ir a Madrid. Me lo mandaron por exhorto a Murcia. Y me llegó aviso el 4 de enero para que fuera el 10 al juzgado de Murcia. Ese día recogí el escrito de la Fiscalía, con la inhabilitación absoluta.

P: Fue ahí cuando lo hizo público.

R: El mismo día que lo recogí.

P: ¿Por qué?

R: Para que mis amigos vieran a lo que me estaba enfrentando.

P: La repercusión fue brutal. El mensaje tiene casi 20.000 retuits.

R: Pues al día siguiente tenía que entregar un trabajo. Puse el tuit y me puse a hacer el trabajo. Al cabo de unas horas me enteré del revuelo. Me quedé muy sorprendida con tanta mención. Ya la misma tarde, aquello fue trending topic. Y los periodistas. Una agencia había publicado un teletipo. Lo de la prensa no me lo esperaba.

P: ¿Pero no era consciente de que su caso tenía interés? Es decir, una estudiante para la que la Fiscalía de la Audiencia Nacional pide cárcel por unos tuits de humor negro.la Fiscalía de la Audiencia Nacional pide cárcel

R: No. Para mí era un ataque a mi libertad de expresión, sin más. Los casos con repercusión que yo conocía afectaban a gente que ya era conocida, como Facu Díaz o César Strawberry. Famosos, por así decirlo. A mí no me conocía nadie.

P: Al hacerlo público, abundaron los apoyos. apoyos

R: Sí, se vio la injusticia que era. Para mí fue muy bueno, porque la gente se solidariza. Uno de mis miedos era que [el caso] saliera a la luz y sufrir rechazo social de mis conocidos y amigos. No ha pasado para nada.

P: ¿Todo el mundo la ha apoyado? ¿En la facultad, por ejemplo?

R: Sí. Todos me han dado su apoyo.

P: ¿Tuvo apoyos de personajes con relevancia o influencia tras hacerlo público?

R: Esa misma tarde, ya tuve apoyo de gente del ámbito de Twitter. Y el primero [del ámbito político] fue Gabriel Rufián [ERC]. Es un personaje... Me gustaría conocerlo, lo admiro mucho. Es un tío que defiende sus ideas, que dice las cosas claras. No se calla.

P: Ha dicho que tuvo problemas con su abogado. ¿Qué problemas?

R: A la salida de la declaración, en septiembre, él me dijo que no veía que los tuits fueran para tanto, que sólo eran humor, que no veía enaltecimiento y que iba a pedir la absolución. Pero que él era admirador de Carrero Blanco.

P: ¿Qué le dijo usted? ¿Le pareció que eso podía hacerlo inadecuado para su defensa?

R: No me lo planteé. Él me dijo: "Voy a pedir la absolución". Y yo pensé que bueno, que era profesional y ya está. Con el tiempo dejó de atender mis llamadas. Más tarde me enteré, a través de los que luego serían mis abogados [el despacho BGD], que se habían puesto en contacto con él, de que este hombre pretendía basar mi defensa en que yo estaba enajenada. Decidí prescindir de él.

P: ¿Iba a basar su defensa en la enajenación mental? ¿Por qué?

R: Se basaba en que soy transexual [todo ello está explicado en el escrito que presentó Vera ante la Audiencia Nacional para pedir un aplazamiento por cambio de abogado]. Era una humillación. Llegaron a llamarme para un peritaje psicológico en Madrid. No lo aceptaba. Aunque no hubiera tenido otros abogados, no hubiera ido de ninguna manera. Mis nuevos abogados me han consultado todo en lo que se iba a basar mi defensa.

P: Es decir, en que fueron actos de humor amparados por la libertad de expresión.

R: Eso es. Ahora hago una defensa lógica y real de la libertad de expresión.

P: El juicio tuvo lugar el miércoles en la Audiencia Nacional. Por momentos, parecía querer poner de relieve lo absurdo de la situación con respuestas algo irónicas.

R: Bueno, pretendía reflejar la realidad. A lo mejor desde fuera puede parecer absurdo. Pero es que para mí puede tener consecuencias penales. Yo intenté hacer ver que sólo era humor. Expliqué mi caso, puse cada tuit en su contexto. Tranquila no sales, desde luego, pero al menos sí sales sabiendo que has explicado lo que querías. Tengo el miedo de no poder dedicarme a la docencia.

P: ¿Se ha sentido tratada con el debido respeto en el juicio?

R: No, en la sala no. En ningún momento el fiscal [Pedro Martínez Torrijos] se ha referido a mí en femenino. Eso me parece una falta de respeto.

P: El fiscal ha rebajado su petición de pena: de dos años y medio de cárcel a uno y de ocho y medio de inhabilitación a siete.

R: Sin explicar por qué.

P: Recurriría todo lo que no sea una absolución, ¿no?

R: Claro. Una condena ya supone antecedentes penales. Una inhabilitación absoluta me arruina la vida.

P: ¿Le ha afectado todo esto en la universidad [cursa segundo del grado de Historia]?

R: Ha sido un año regular. Con todo el follón no pude presentarme a la convocatoria de enero. Tuve que abandonarla.

P: ¿No se concentraba?

R: Ha sido por la preparación del juicio. He ido poco a clase. Ha sido un problema de tiempo.

P: Una reflexión. ¿El humor tiene límites?

R: No soy humorista para decidir los límites del humor. Es algo social. Es hacer gracia con algo. No sé el límite del humor. Pero un delito por una cosa sobre Carrero Blanco... Es absurdo.

P: ¿Y en el caso de que el humor negro se dirija contra minorías?

R: El humor negro tiene objetivos, fundamentalmente el poder. Hacer un chiste sobre un homosexual es repugnante, porque fomenta el odio. Pero no pediría que nadie fuera a declarar eso.

P: ¿Ha seguido el caso de los titiriteros detenidos en Madrid?titiriteros detenidos en Madrid

R: Realmente, como ellos dijeron, ver a guardias civiles entrar con cascos y porras en un teatro de barrio... Es un sinsentido total.

P: ¿Qué conclusión extrae de todo este proceso?

R: Evidentemente no hago chistes de Carrero Blanco, ahora sé que te pueden llevar a un banquillo. Mi conclusión es clara: desde las instituciones, desde la Fiscalía, se persigue este humor. Quieren coartar la libertad de expresión, pero no cuentan con apoyo social. Son una minoría sin apoyo social. Y no tienen mayoría parlamentaria. Hace falta derogar la ley mordaza. Ése sería un paso fundamental.

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