SALA DE VISIONADO

'Better Call Saul'

'Better Call Saul' (Movistar +)

El mundo de las series se está convirtiendo en un fenómeno fascinante en términos de programación. La abundancia de la oferta se complementa con el arranque de nuevas series o de nuevas temporadas de otras de forma casi constante. No hay prácticamente semana en la que no haya alguna novedad destacable. Este último mes, la vida de los teleadictos ha mejorado sensiblemente. Por lo menos, la mía. Ha comenzado a emitirse la segunda temporada de Better Call Saul, en España a través de la plataforma Movistar+.

Cuesta escribir sobre algo cuando te gusta demasiado. Pierdes la objetividad y en tu deseo de transmitir lo que sientes es más que probable que la hipérbole te arrastre más allá del sentido común. Dicho lo cual, me da lo mismo. Me entusiasma la serie. Me deshace emocionalmente. Al acabar cada episodio me debato entre la satisfacción de haberlo disfrutado y el mosqueo de lo corto que me ha parecido.

Better Call Saul es, como todo aficionado sabe de sobra, la precuela de Breaking Bad. El reto no podía ser más complicado de partida. El fenómeno en torno a Breaking Bad fue de tal envergadura que cualquier intento de desarrollar una secuela sonaba a apuesta fallida casi con seguridad. Partíamos de una de las cimas de la historia del cine y la televisión y desde ahí poco queda más que bajar o, incluso, despeñarse.

Supongo que fuimos millones de seguidores los que sentimos cierta orfandad con el final de las historias de Walter White. Muchos aficionados reclamaban, casi como obligación, un spin-off (una secuela) apoyada en Jesse Pinkman. Sin embargo, el creador de Breaking Bad, el extraordinario Vince Gilligan, acabó por hacer realidad lo que al principio sonaba casi a broma, producir una nueva serie que fuera la precuela del abogado Saul Goodman. Todo un reto. Casi una provocación.

Gilligan ha explicado para la revista Time el origen de la nueva serie. Al parecer, todo empezó desde la creación original de Saul Goodman, en la segunda temporada de Breaking Bad. La idea del personaje la propuso el guionista Peter Gould. Gilligan y el propio Gould enseguida empezaron a bromear sobre un spinoff al que medio en broma llamaban “El proyecto de Saul Goodman”. Tras repetir el chiste demasiadas veces la idea anidó seriamente en la cabeza de Gilligan.

Finalmente, mientras rodaban la quinta y última temporada de Breaking Bad, las conversaciones con el estudio de producción, Sony, y la cadena de cable, AMC, empezaron a concretarse. Gilligan lo explica desde todo un buen consejo para esta profesión: “Sabía que Breaking Bad iba a terminar y aprendí una lección hace mucho, que hay que tener el siguiente trabajo encauzado antes de acabar con el que estés”. Así que mientras hacían los últimos episodios de la exitosa Breaking Bad, Peter Gould y él sacaban tiempo para desarrollar y vender el nuevo proyecto.

Hay que reconocer que Better Call Saul despertó a todo tipo de agoreros y además con sólidos argumentos. El propio Vince Gilligan recuerda algunos de los más convincentes: las posibles comparaciones poco favorecedoras respecto a la serie original; la sospecha de que hacían la serie solo por motivos económicos, como mercenarios; la falta de novedad en el concepto; la posible cortedad de recorrido del personaje protagonista; etc. Pero Gilligan y Gould lo tenían claro. Adoraban el personaje y querían seguir escribiendo para él. Les encantaba meterse en su cabeza y hacerle hablar. Y sólo por eso, ya les valía la pena abordar el proyecto.

Better Call Saul ha aportado una larga serie de sorpresas en el tratamiento del personaje y en el desarrollo previo a que su vida se cruzara con Walter White. Quizá la más significativa es la extraordinaria simpatía que Saul Goodman o Jimmy McGills, como descubrimos que se llama realmente el personaje, despierta en el espectador. La explicación que da Gilligan a este hecho es que, en realidad, se trata de un underdog. Se trata de una típica expresión americana para definir a quien ves que la vida le golpea y que deseas fervientemente que dé la vuelta a la situación. El término se refiere a que, cuando alguien ve una pelea de perros, siempre empatiza con el que está debajo en la pugna (el underdog) esperando que se salve del castigo.

Saul/Jimmy es un pícaro con el corazón de oro. “En la serie se desvela un heroísmo que no hubiera imaginado cuando empezamos el proceso”, explica Gilligan. Una curiosa anécdota: mientras los creadores desarrollaban la serie se plantearon matar al personaje en la última temporada de Breaking Bad. A fin de cuentas, al tratarse de una precuela, no le afectaba el destino final. En esa fase les surgió una pregunta sin respuesta clara: ¿Cómo iba a afectar a una serie que empieza que los espectadores hubieran visto morir anteriormente al protagonista? Al final ganó la idea de que Saul Goodman tenía la habilidad de sobrevivir a todo, en cualquier circunstancia, y volver a ver la luz cuando todos los demás se hubieran ido.

La serie se estrenó hace un año, en febrero de 2015. Fue el mejor estreno de cable de la historia en su primera temporada y, además, con excelentes críticas. Ha sido nominada ya a todos los premios posibles dentro del mundo de la televisión. Better Call Saul ha lanzado aún más al estrellato a Bob Odenkirk, el actor principal. Estamos ante un caso muy poco habitual. Se trata de un monologuista de prestigio, con una larguísima trayectoria como guionista y actor de comedia. Curiosamente, lo que nunca había hecho es un personaje dramático. Era casi lo único que le faltaba.

El mecanismo de 'Better Call Saul'

El mecanismo de 'Better Call Saul'

Hablamos de un tipo que como guionista ha trabajado en Saturday Night Live, Roseanne, The Larry Sanders Show, etc. Incluso tiene un Emmy como guionista de sketches para The Ben Stiller Show. Como actor ha participado en multitud de papeles y cameos en series como Seinfeld, Everybody Loves Raymond, Curb Your Enthusiasm, How I Met Your Mother o Fargo. Incluso ha llegado a tener su propio programa de humor, Mr. Show, junto a David Cross. Todo un currículum.

Lo curioso es que Vince Gilligan eligiera a un cómico para un papel dramático. Según su teoría, un buen actor de comedia siempre puede hacer drama. A la inversa, sin embargo, no está garantizado. En este caso, parece evidente el acierto. Por cierto, Bob Odenkirk, para componer al personaje, se fijó en los agentes de Hollywood, a quienes conocía mejor que a los abogados. Para él, los agentes tienen la capacidad de hablar rápidamente, con el único fin de manipular sin que casi te percates, para acabar haciendo una venta inteligente. Su primer agente fue el legendario Ari Emanuel, que fue la base del famosísimo personaje Ari Gold, de Entourage, y ha basado su interpretación en él y en el mítico productor cinematográfico Robert Evans. Recientemente, Odenkirk ha declarado que cree que aún le faltan un par de años para sentirse un actor, que aún tiene que demostrarlo.

Gilligan y Gould defienden la idea de que los personajes van creciendo por sí solos y que, por eso, aún no saben muy bien hacia dónde irán. El creador de Breaking Bad explica que, en realidad, hasta la cuarta temporada de aquella serie no llegó a entender quién era realmente Walter White. Según él mismo ha confesado, originalmente tenía la idea de acompañar a Peter Gould la primeras temporada y luego dejarle al mando de la serie e irse a nuevos proyectos, pero ha acabado por caer en su propia red: “La primera temporada ha sido tan satisfactoria creativamente que no he podido renunciar a involucrarme en la segunda”. Estamos de suerte.

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