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Sánchez busca convertir las europeas en un freno a la "internacional derechista" y la "máquina del fango"

Asuntillos bélicos

Tráiganme la gorra de plato y mi guerrera con mejor quincalla: Netanyahu y el ayatolá coquetean a misilazos. Anteanoche, el prudente archipámpano del sionismo internacional respondió (a petardazos) a la agresión de los iraníes en respuesta al bombardeo del consulado iraní en Damasco en respuesta a la mañana en que Caín descalabró a Abel. En Oriente Próximo, ciudad de vacaciones, desde que amanece apetece. El mundo contiene la respiración mientras el simpatiquísimo Jamenei (el ayatolá tribute band) se amasa las barbas calibrando el contraataque. "Represalia limitada", titulan los periódicos. "Una advertencia de las capacidades de Israel". Bombardeos homeopáticos, navajazos entre colegas.

Los belicólogos (profesión cuyo esplendor y finura rivaliza con los podcasters del true crime) están inspiradísimos. ¿Que Irán tiró trescientos drones contra Israel? Naderías: habían avisado a los jordanos, uña y carne del Mossad, que se encargaría de tocar el clarín para que los aliadines yanquis, gabachos y alemanes (ay, la culpa) mandasen a sus avioncitos a neutralizar el confeti. Finísimos análisis, alambicadas especulaciones. Los telediarios de medio mundo abren con los fogonazos en la Cúpula de Hierro. ¡Grandes padecimientos en Tel Aviv, los perros se asustan con los petardos! Mientras tanto, en Gaza llevan treinta y tres mil muertos; y subiendo. La respuesta más proporcionada de la historia.

Doña Úrsula aguantó la bravata con su mejor rictus de esfinge: tan pronto se llevaron al espontáneo, instó a los gobiernos europeos a armarse hasta los dientes

Por puro masoquismo, desde que comenzaron las matanzas sigo el canal de varios chicuelos con tirabuzones. Dicen cosas sensatísimas. Gematria (una numerología sui generis), cábala para tontos y Hashem colocándoles un erial en multipropiedad. Estoy aprendiendo mogollón. La otra noche (el puñetero insomnio) di con un debate desternillante: varios cejijuntos discutían sobre lo de la tierra prometida obviando el detallito de que, a poco que te fijes, la parcelita se la deben a los ingleses más que a Yahvé. Como me chifla un debate teológico, estuve a punto de postear un contrargumentito bastante resultón: si tu Dios te dio una tierra que no has tenido hasta que le convino a la OTAN…, dale un repaso a las escrituras, que alguna cláusula te has dejado sin leer.

Aprovechando la coyuntura, un espontáneo le ha recordado a Von der Leyen que tiene las manos manchadas con la sangre de los niños gazatíes. Metafóricamente, todo hay que aclararlo. Doña Úrsula aguantó la bravata con su mejor rictus de esfinge: tan pronto se llevaron al espontáneo, instó a los gobiernos europeos a armarse hasta los dientes. Nos acercamos a la década del treinta, los alemanes entran en recesión y quieren bajar el paro avivando las acerías. Esta historia ya me la han contado. 

Para colmo, una encuesta ha revelado (chan, chan chaaan) que la mitad de los jóvenes españoles dirían nones a lo de defender la patria. Con razón, ¿te imaginas que el ejército solo sirviese para el desfile de la Hispanidad? Menudo chasco. Seguro que todos esos nacionales hipervitaminados preocupadísimos por la inmigración ilegal dejarían su beatífico desempeño acosando moritos en Lavapiés y correrían a colocarse en la primera línea del frente. Ellos y los cabestros de Desokupa, quédense tranquilos.

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