Ministerio de Exteriores

Margallo destituye al cuñado de Aguirre por “perjudicar la imagen de España”

El escritor Íñigo Ramírez de Haro, denunciando la "censura" de su obra 'Me cago en Dios', en mayo de 2004.

Íñigo Ramírez de Haro, que conjuga la triple condición de diplomático, dramaturgo y cuñado de Esperanza Aguirre, fue destituido este jueves de manera fulminante como número dos de la Embajada en Serbia por “perjudicar la imagen de España”, confirmaron a infoLibre fuentes de Exteriores. El cese de Ramírez de Haro llega seis días después de que, en plena promoción de su nueva obra teatral, el musical Trágala, trágala, el diario serbio Politika, el de mayor tirada en el país, le dedicase parte de su portada bajo el siguiente titular: “Soy víctima de la Inquisición”.

Aunque el texto original resulta ininteligible para cualquiera que no domine el alfabeto cirílico, Ramírez de Haro lo ha volcado traducido en su página web personal, donde define como “suculento” el titular elegido por el rotativo de Belgrado. Y es ese texto, donde el diplomático dedica al ministro Margallo el epíteto de “inquisidor”, el que ha precipitado el fin de su carrera balcánica y su regreso forzoso a Madrid, donde permanecerá al menos dos años.

Las declaraciones –entrecomilladas o sin comillas– del artículo de Politika resultan “inapropiadas para un funcionario que representa a España”, aduce el ministerio. Oficialmente, el cese no obedece tanto a que tildase de inquisidor al ministro Margallo sino al retrato que Ramírez de Haro traza sobre el poder de la Iglesia y la atmósfera inquisitorial que, en su opinión, aún ensombrece el país.

Sus palabras, en las que se ratificó este mismo jueves en una conversación telefónica con el subsecretario de Exteriores según el Ministerio, “perjudican la imagen de España”. La noticia de su cese fue adelantada por el diario El País.

Obra "nunca prohibida"

Muy laudatorio para con el hasta ahora encargado de negocios de la legación española en Belgrado, el artículo de Politika amplificó su tesis sobre el enorme y casi omnímodo poder de la Iglesia católica: “El Gobierno conservador –comienza uno de los párrafos– le reprocha especialmente la crítica de la iglesia y del clero en su obra Me cago en DiosMe cago en Dios, estrenada en Madrid ya hace diez años y luego representada en París y Lisboa y, posteriormente, en Nueva York".

"A pesar –continúa el diario– de las duras protestas de la derecha que reclamó que su obra se quitara del cartel supuestamente por ofender a Dios y burlarse de Jesucristo, esta nunca fue prohibida. Más aún, el tribunal dictaminó que la prohibición de esta obra constituiría una restricción de las libertades artísticas y sería contraria a la Constitución española aprobada en 1978, después de la muerte del dictador Franco".

El elogio al diplomático, mayor por el contraste con el dardo que Politika lanza contra la Administración española, viene a renglón seguido: "Sin embargo, en la práctica nada es como establece la Carta Magna, de suerte que Iñigo Ramírez de Haro, pese a su brillante curriculum, su título de marqués, su formación polifacética y su exitosa trayectoria diplomática no llega a ser nombrado embajador”.

Hermano del marido de Esperanza Aguirre, Íñigo Ramírez de Haro ya alcanzó notoriedad hace 11 años tras el tormentoso estreno en Madrid de su obra Me cago en Dios: dos ultras decidieron defender la fe católica dándole al autor una paliza sobre las tablas que solo el público de la sala evitó que fuese a más. Y su propia cuñada, entonces recién elegida presidenta de la Comunidad de Madrid tras el tamayazo, tildó de “blasfemo” el montaje.

La "mancha" de España

Ahora, su nueva obra, Trágala, trágala, utiliza el género del musical para colocar sobre el escenario la figura de Fernando VII rodeado de secundarios como Pablo Iglesias y la reina Letizia. La tesis del libreto: “España creó la Inquisición y seguimos bajo su yugo. Esta es la única marca España, la mancha de España”. Así lo sostuvo el dramaturgo durante la presentación de la obra ante la prensa.

Los portavoces ministeriales no confirmaron si la destitución se produjo por iniciativa directa del ministro Margallo e invocaron su “vulneración de libro” del artículo 14.2 del Reglamento de la Carrera Diplomática como causa suficiente para la sanción. Sí precisaron que el cese fue comunicado a la Junta de la Carrera Diplomática, órgano asesor del Ministerio. El artículo invocado dice lo siguiente: "Los funcionarios nombrados conforme al apartado anterior [los que ocupan puestos en el exterior reservados a funcionarios de carrera y cubiertos por libre designación] podrán ser cesados discrecionalmente en cualquier momento, previa comunicación a la Junta de la Carrera Diplomática".

En la práctica, estaba al frente de la legación

Del púlpito al confesionario: el caso Margallo

El hecho de que, en ausencia de embajador –el puesto estaba vacante–, el cargo de Ramírez de Haro como encargado de negocios lo situase en la práctica al frente de la misión española en Belgrado, ha operado como agravante.

Y la guinda la puso la referencia a que el ministro le había vetado para el puesto de embajador. “El ministro no ha podido vetarle porque para los países en los que pretendía ser embajador se exigen requisitos que él no cumplía y, por tanto, jamás estuvo en la terna sobre la que tenía que decidir el ministro”. El más importante de esos requisitos, aseguran las fuentes, es haber permanecido en Madrid durante dos años en cargos directivos.

La plaza de embajador en Belgrado permaneció vacante desde julio de 2014 hasta el pasado viernes, cuando el Consejo de Ministros la cubrió con el diplomático Miguel Fuertes Suárez.

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