Un gran negocio fallido

Para el conductor residente en ciudad dormitorio, el atasco mañanero y diario en una capital como Madrid puede llegar a ser un círculo infernal de los que se ocupó Dante. Por eso, en pleno despegue económico, allá por los 90, con el socialista Josep Borrell como ministro de Obras Públicas se empezaron a diseñar vías para descongestionar los accesos a la capital.

Pero los proyectos concretos se ejecutaron con José María Aznar en el poder. El contrato de las radiales, la alternativa de pago a las autovías de Valencia y Extremadura, salió a concurso en 1999. El encargado de proclamar las buenas nuevas fue el entonces titular de Fomento, Rafael Arias Salgado: en 20 años, las empresas rentabilizarían la inversión, mientras los madrileños ahorrarían millones de pesetas en tiempo y gasolina. Además, las adjudicatarias debían hacerse cargo de la construcción y financiación de un tramo de la M-50, el tercer anillo de circunvalación de Madrid, que sería de uso gratuito. 

Todo ha acabado en fracaso. Las expropiaciones de terrenos pagadas a precio de oro (de acuerdo a la Ley de Suelo aprobada también por el PP en 1998) han disparado las indemnizaciones. Éstas pasaron de 427 millones a 2.297 millones (datos de Seopan). Si se añade la crisis, con una caída en picado del tráfico rodado, el escenario es de quiebra.

Problemas y compromisos

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El Gobierno socialista, que heredó el problema y los compromisos asumidos con las concesionarias por el Gobierno del PP, intentó mantener las concesionarias a flote mediante una doble vía: préstamos con aval de Estado y cuentas de crédito. El portavoz socialista de Infraestructuras, Rafael Simancas recuerda que el cambio de Gobierno acabó con los planes de reestructuración esbozados por el entonces ministro de Fomento, José Blanco, para el sector. Dichos planes pasaban por  hacer paquetes de concesionarias sanas y "tocadas" para reestructurar y equilibrar el sector.

"El Gobierno del PP decidió volver a la casilla anterior", sostiene Simancas. En plena crisis, las fórmulas de apoyo de préstamos y cuentas de crédito se cegaron y las compañlías han caído como bolos. 

"Ahora" sostiene Simancas "las empresas tratan de socializar las pérdidas e impulsan fórmulas, como las tasas en las autovías, que permitan al Gobierno pagarles los beneficios que esperaban". Según el portavoz, el PSOE no apoyará en ningún caso nuevas tasas en las autovías. "La solución pasa por jugar con los plazos de la concesión y las tarifas" concluye Simancas.