CÓMIC

Súper héroes en la aldea global

La superheroína musulmana Kamala Khan.

EVA ORÚE

Hace tiempo circuló un chiste: "Los seguidores de Mahoma ya tienen su súper héroe: Mulsul Man". Bastante tonto, es verdad. No obstante, me vino a la cabeza al leer la noticia en febrero de que la editorial Marvel lanzará una nueva serie de cómics protagonizada por una súper heroína musul... woman.

Kamala Khan , Señorita Maravilla, es una adolescente medio paquistaní, medio estadounidense, vecina de New Jersey, cuyo súper poder es kafkiano, la metamorfosis.

La noticia, publicada en The New York Times, habla de un personaje inspirado en Sana Amanat, quien contó al editor de Marvel, Steve Wacker, los avatares de su vida como hija de paquistaníes emigrados a Estados Unidos. Y ocurrió lo que sucede en los cuentos: el editor atisbó las posibilidades del relato. Y para desarrollarlo solicitó la colaboracion de G. Willow Wilson, escritora de novelas gráficas y musulmana ella misma.

"Es fuerte, hermosa y no tiene ninguna carga emocional por su condición de paquistaní y diferente", declaró Willow al Times al describir a su criatura. "Representará la experiencia universal de todas las adolescentes estadounidenses que se sienten algo aisladas y tratan de saber quiénes son", pero desde la perspectiva de "una musulmana con súper poderes".

En cuanto al nombre, la explicación es fácil: "El Capitán Maravilla representa el ideal al que Kamala aspira". Pues eso.

Que no nos falte de

Desde luego, los súper héroes ya no son lo que eran. Afortunadamente, cabe añadir. Pero la novedad no es absoluta. Kamala será, sí, el primer personaje musulmán con serie propia en Marvel, pero no el primer personaje musulmán en una serie de Marvel. Ese honor corresponde a Sooraya, del cómic X-Men, una adolescente suní nacida en Afganistán cuyo poder consiste en transformarse en arena y a la que conocimos en 2002.

"Es significativo que el anuncio de esta renocación haya venido de Marvel, porque históricamente siempre han estado más pegados a la realidad objetiva, y eso ha sido así desde la edad de oro, cuando la divisa era Súper Héroes con Súper Problemas."

El súper héroe Pantera Negra. 

Quien lo dice es Yago García, que es periodista y se confiesa aficionado a los cómics. Y al decirlo evoca al editor jefe de esa editorial, Axel Alonso, quien hace un año aseguró que "el Universo Marvel siempre ha reflejado el mundo que hay al otro lado de la ventana, por lo que nos esforzamos para asegurarnos de que nuestros personajes, relaciones e historias, están pegados a esa realidad". Palabras contenidas en un comunicado emitido para anunciar, en mayo de 2012, la primera boda gay de un súper héroe, NorthStar, a la sazón comprometido con el repesentante deportivo Kyle Jinadu desde 2009.

Lo llamativo, claro, era el hecho del enlace, la boda, no la condición sexual de NorthStar, que había hecho pública su homosexualidad en el ya lejano 1992. Y la boda tenía mucho que ver con la realidad social y política, puesto que Barack Obama acababa de dar su apoyo al matrimonio entre personas (y súper héroes) del mismo sexo. En definitiva: aun deformado, el cómic es un espejo.

Pero, para entonces, muchos habían salido ya del armario: Pied Piper, por ejemplo, el flautista archienemigonde Flash Gordon; o Extraño, que curiosamente es un súper héroe natural de Perú. Eso sí, otros no salen del closet por mucho que se les note (Ozymandias, el megalomaníaco personaje de Watchmen) o quieran ocultarlo (o no, que la gente es muy mal pensada. Aunque lo de Batman y Robin da qué murmurar).

Porque, incluso escondidos o apenas insinuados, los que no se ajustan al cánon siempre han estado allí. "El problema -apunta García- es en qué proporción, qué papel cumplen, si están sólo por una cuestión de corrección política o cómo es esa representación."

Normalización

Es un proceso que se ha repetido varias veces. Recordemos por ejemplo las apariciones de personajes negros en las historias del cómic, cómo al principio eran puros estereotipos y cómo poco a poco fueron ganando encarnadura.

En los años 30 y 40 eran, recuerda Sebastián Ruiz, imágenes estereotipadas de la pobreza y la esclavitud. Baste con mencionar al primer personaje negro que se instala en las tiras, el Príncipe Lothar. O a Ebony White, "claro retrato -dice Ruiz- de la corriente racista".

Hubo que esperar hasta 1966 para que Marvel liberara a Pantera Negra, el primer súper héroe negro (no el primer protagonista de color, que fue Waku, Príncipe de los bantúes, en 1954); tres años más tarde llegó Halcón, y poco después Linterna Verde, éste en DC. En el olimpo de los súper héroes la normalidad a veces se hace esperar, pero al final llega.

¿Qué será, será?

Lo siguiente, ¿qué será? Yago García me corrige: "Más que preguntarse 'qué será lo siguiente' hay que preguntarse 'cómo será'".

Tiene razón, por supuesto. En definitiva, todos: mujeres, negros, gays, musulmanes, asiáticos... han estado siempre ahí, cerca del poderoso hombre blanco. La diferencia es que, ahora, combaten a su lado e incluso ocupan su sitio. Como en la vida real.

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