ENCUESTA DE POBLACIÓN ACTIVA

Desde que llegó Rajoy creció un 92,6% el número de parados que llevan más de dos años sin trabajar

Siete años de crisis después, el principal problema del mercado laboral español no es el paro sin más, sino el paro de muy larga duración, el de quienes llevan más de dos años sin trabajar. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado la media de los cuatro trimestres de la Encuesta de Población Activa (EPA) y, según sus cifras, en España hay ya 2,38 millones de personas que llevan dos años o más sin encontrar trabajo. No sólo es un número récord en términos porcentuales  –son casi la mitad de los parados, el 42,5%– . Lo preocupante es también que esa cifra no deja de crecer: desde 2011 casi se ha duplicado –se ha disparado nada menos que un 92,64%–. Y que lo hace a una velocidad que deja el crecimiento del paro general al paso de la tortuga. En los últimos cuatro años el desempleo total ha aumentado sólo un 11,9%sólo . Es decir, hay 597.700 parados más que cuando el PP llegó al poder. Pero 1,14 millones más de desempleados que superan los dos años sin trabajar.

Estas cifras revelan que el paro se ha convertido en una enfermedad crónica y, quizá, letal. De sobra es sabido que cuanto más tiempo permanece un trabajador en el desempleo más difícil le resulta encontrar un nuevo puesto. La bolsa de quienes caen en la trampa del desempleo crónico ha convertido el paro estructural, que siempre ha sido alto en España, en otra anomalía más del mercado de trabajo nacional. Hasta el punto de que, por ejemplo, el Servicio de Estudios del BBVA no dudaba el pasado noviembre en situar en el 18% –3,5 millones de desempleados–  el paro estructural “normal” de España, tres veces superior al de Estados Unidos o Alemania.

Hasta ahora la categoría utilizada por economistas y otros expertos era el paro de larga duración, el de quienes siguen sin trabajar al cabo de un año. Pero la prolongación de la crisis ha obligado a los analistas a mirar un escalón más abajo aún. Dos años es el límite máximo para cobrar la prestación contributiva de desempleo. A partir de ese momento se accede a los subsidios, muy inferiores en cuantía: 426 euros. La cronificación del paro ha permitido así una rebaja sustancial de la factura mensual del paro que paga el Estado. También ha recortado el número de parados que cobran ayudas públicas. Si en 2010 el 80% de los desempleados ingresaban algún tipo de prestación o ayuda, al acabar 2014 eran sólo el 57,6%, según las cifras del Ministerio de Empleo.

Otro dato que avala el enquistamiento del paro es el aumento de quienes cobran los subsidios. Éstos ya son más que quienes ingresan prestaciones contributivas: de cada 100 desempleados con ayuda, 57 perciben alguna de tipo asistencial y sólo 43 la contributiva.

En cualquier caso, las cifras del paro de larga duración no son mucho mejores. Sin trabajar más de un año llevan 3,46 millones de personas, más de la mitad del paro total –5,6 millones– . El dato es un 43,5% superior al de 2011: hay un millón más de estos parados que hace cuatro años.

Al tiempo, el Gobierno ha recortado las partidas que destina a las políticas activas de empleo, básicamente la formación que los parados necesitan para adquirir nuevas cualificaciones profesionales o mejorar las que ya tienen a fin de encontrar trabajo. Los presupuestos de este año, 4.764 millones, rebajan en un 36% el dinero que se dedicaba a este capítulo en 2011.

667.800 trabajadores fijos y 1,33 millones a jornada completa menos

Las cicatrices de la recuperación: menos activos, más desanimados, parados crónicos, menor protección social...

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Las medias de la EPA también ponen de manifiesto el tsunami que ha arrasado el mercado laboral español en estos años. Desde 2008 se han destruido 1,09 millones de empleos indefinidos. Hoy hay 667.800 trabajadores con contrato fijo menos que en 2011. El volumen de los empleos temporales perdidos no ha caído tanto: la diferencia con 2011 es de 440.600; con 2008, cuando empezó la crisis, de 477.800.

Ha sido brutal igualmente la destrucción del trabajo a tiempo completo. Desde 2008 han desaparecido 3,47 millones de empleos con jornadas de ocho horas diarias. Desde 2011, el descenso es de 1,33 millones, una caída del 8,4%. Al tiempo, los trabajadores con jornada parcial han crecido más: un 10,43% en la última legislatura y un 14,65% desde 2008. La EPA contabiliza una media de 2,75 millones de asalariados que trabajaban a tiempo parcial en 2014.

Pese al descenso de la tasa de paro en 2014 respecto al año anterior, 1,6 puntos, la cifra de ocupados está aún por debajo de la que recibió Mariano Rajoy en 2011. Hay un millón menos de personas con trabajo que al principio de la legislatura y 3,12 millones menos de los que contaba la EPA en 2008, cuando comenzó la crisis. También sigue en condición precaria la población activa,  esquilmada por el retorno de los emigrantes a sus países de origen, la emigración de nacionales y el efecto desánimo. Hay 479.500 personas en edad y disposición de trabajar menos que en 2011.

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