Opinión

Sobre este blog

El blog del Foro Milicia y Democracia quiere ser un blog colectivo donde se planteen los temas de seguridad y defensa desde distintas perspectivas y abrirlos así a la participación y debate de los lectores. Está coordinado por Miguel López.

Nos olvidamos de Haití

Fidel Gómez Rosa (FMD)

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El blog del Foro Milicia y Democracia quiere ser un blog colectivo donde se planteen los temas de seguridad y defensa desde distintas perspectivas y abrirlos así a la participación y debate de los lectores. Está coordinado por Miguel López.

Años después del devastador terremoto de enero de 2010, el gran Forges seguía firmando sus viñetas con el lema «Pero no te olvides de Haití». Era una forma de luchar contra el inexorable apagón informativo que rápidamente sucede después de cada catástrofe en el mundo, en el que la última tragedia sepulta a la anterior. En el caso de Haití, recordemos que el terremoto había matado a más de trescientas mil personas y dejado sin casa a un millón y medio. El país más pobre de América Latina quedaba una vez más a merced de la ayuda exterior.

En aquella ocasión, la comunidad internacional se movilizó a fondo en el apoyo a Puerto Príncipe con ayuda de emergencia, fuerzas de seguridad y asignación de fondos para la reconstrucción. Naciones Unidas, que tenía una misión de estabilización activa (MINUSTAH), coordinó el operativo de una crisis en la que el desastre natural hizo visible la complejidad de la situación haitiana en sus dimensiones política, social y económica sobre un fondo de conflicto interno permanente. La combinación de factores exigía una respuesta multidimensional para afrontar el desmoronamiento de las estructuras sociales, la prestación de sanitaria masiva y la atención a los desplazados en un escenario de inseguridad.

La magnitud del terremoto y la respuesta internacional fue una oportunidad fallida para refundar un país sobre nuevas bases. Con el paso de los años, el esfuerzo se fue diluyendo por la inconstancia de los apoyos externos, la falta de resultados tangibles y la fragmentación política interna hasta volver paulatinamente al ciclo inicial de violencia y corrupción generalizada. El Estado haitiano, carente de efectividad en sus instituciones y medios de respuesta, ha mostrado una incapacidad absoluta para hacerse cargo de la situación. El país, en estado de emergencia, se encuentra en manos de las bandas de crimen organizado.