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Los diablos azules

Libreros de fiesta

Un momento de la Feria del Libro de Madrid en 2015, en el parque del Retiro.

Comienza la fiesta. Y la maratón. Aunque la Feria del Libro de Madrid (del 27 de mayo al 12 de junio en el parque del Retiro) se nutre de los esfuerzos de editores, distribuidores y libreros —amén de la tinta de los autores y los euros de los lectores—, son estos últimos los que van con más frecuencia con la lengua fuera. El evento que concentra al sector de la capital les obliga a desdoblarse para abrir la persiana en casa y en la caseta, y supone un ingreso considerable en sus magras cajas. Hablamos con tres libreros que nos dan su visión del baile de letras que comienza el viernes. 

Lola Larumbe. Librería Alberti. Caseta número 321.

Lola Larumbe es la responsable de una de las librerías más conocidas de Madrid. La Alberti celebró sus 40 años en 2015, y la propia librera lleva acudiendo ininterrumpidamente a la feria desde 1980. Durante los días del evento, traslada la frenética actividad de su local al parque del Retiro: en 17 días de fiesta librera, acogerá 37 firmas, de Ian Gibson a MarwanA la caza del lector

. "Ir a la Feria del Libro es una forma de proyección, de salir fuera a buscar otros lectores que no suelen visitarnos habitualmente, una manera de participar en un festejo de todo el sector. Pero también es una oportunidad para hacer caja. Gracias a ella, librería tiene un pico de liquidez que está muy bien para aguantar el tirón del verano, cuando todo se detiene. No podríamos prescindir de la venta que hacemos en la Feria".

Los hits de la feriahits . "Para nosotros, los libros que mejor funcionan a nivel comercial son los de Almudena Grandes, de Millás, de Rosa Montero, de Elvira Lindo… Es buena literatura, y dentro de ella se venden mucho. Este año supongo que tendrán tirón el de Vargas Llosa [Cinco esquinas], el de Juan Marsé [Esa puta tan distinguida], un ensayo que acaba de salir de Javier Marías sobre el Quijote... Y en editoriales independientes, llevaremos Tú no eres como otras madres (editado por Periférica y Errata Naturae) o, de Luis Sepúlveda, Historia de un perro llamado Leal"

Malabares con los autores. "Las firmas son muy importantes. El margen de la librería en la feria es escueto: la caseta es cara y la gente echa muchas horas. Hay que hacer un pacto con autores que tenga mucho tirón, y con libros que nos gusten aunque se conozcan menos. Este año tenemos a Millás, a Vila Matas, pero también a Gabriela Ybarra o Sergio del Molino. Hay que recordar que a Almudena Grandes todo el mundo la conoce y es un best-seller, pero empezó con nosotros en los ochenta. Todos han empezado en algún momento". 

La excepción a la regla. "Hoy he ido a recoger las llaves de la caseta y no había ido al Retiro desde el año pasado. He pensado que todas las ferias parecen la misma. Es verdad que hubo años buenísimos, en 2006 o 2008, y años peores, como 2011, pero la feria siempre va bien (a no ser que te toque un sitio desastroso o llueva muchísimo). Donde se palpa la situación real es en la librería. En la feria, puede parecer que en España todo el mundo compra libros y todo el mundo está leyendo. Pero el test se pasa en casa". 

Pablo Bonet. Librería Muga. Caseta 312.

La librería Muga se lleva a cuestas la casa desde el barrio de Vallecas hasta el céntrico Retiro. Mucho menos veteranos que la Alberti, comparten con ella su cuidado por el fondo y su vocación de centro cultural, más que de local de despacho de libros. Uno de los integrantes de este proyecto que busca hacer barrio, Pablo Bonet, acude a la feria desde 2003. 

Savia nueva. "La mayoría de los libreros pertenece a una generación mayor que la nuestra, llevan muchas ferias encima y les supone mucho esfuerzo. Para nosotros es una alegría cambiar de escenario, salir del local. Y, a nivel económico, es un pequeño colchón para el verano. El que te diga que eso no le importa, miente. Es verdad que nosotros mantenemos abierta la librería en su horario habitual, y eso nos supone un trabajo extra. Contratamos a un compañero más para estos días, y hacemos más turnos".

A la caza del... autor. "Para nosotros, en el día a día, es muy importante la relación con los autores. Apostamos por hacer encuentros y que el local sea mucho más que una librería. Así que en la feria aprovechamos para conocerles, estar con ellos e intentar mantener el contacto. Luego están las firmas: poco a poco hemos ido aumentando el volumen, porque vemos que marca la diferencia, sobre todo los fines de semana. Una buena firma te salva un día".

Dos caras del Retiro. "En los últimos años hemos visto dos ferias. Está la feria-espectáculo, en la que tiene cabida todo el mundo que haya escrito o firmado un libro, o que salga en la tele, y hace que venga mucho público. Pero ese no se acerca a casetas como la muestra. Y eso que también llevamos algún best-seller. Lo principal es que al haber tanto flujo de gente, suele haber ventas para todo el mundo".

Quejas y sugerencias. "Tenemos que pensar, todos, en hacer cosas nuevas que traigan a la gente. Sobre todo entre semana, porque la feria está floja. Hay que mejorar la repercusión de los actos culturales: que tengan más entidad, que haya más autores. El año pasado, una noche en vez de cerrar a las nueve y media, cerramos una hora más tarde. Es verdad que fue un fracaso, pero podríamos ampliarlo a otros días para que la gente se entere". 

Compañeros editores. "Si solo hubiera libreros, esto no tendría la magia y la potencia que tiene. Pero es verdad que tenemos peores condiciones. Una editorial está vendiendo directamente y se lleva el margen completo. Pero, del 10% de descuento que hay en estos días, nosotros nos hacemos cargo de la mitad. Estaría bien que asumieran el 10% ellos [esta es una reivindicación que comparte Lola Larumbe]. 

Óscar Muñoz. Traficantes de Sueños. Caseta 63. 

La librería Traficantes de Sueños, en Tirso de Molina, es de la generación de Muga. La particularidad de este proyecto es su especialización: la mayor parte de su fondo está dedicado a literaturas de procedencias poco conocidas y, sobre todo, a la política y los movimientos sociales. Su local es el centro de los movimientos madrileños que giran en torno a la construcción de lo común (y de parte de la nueva política de la capital). Uno de sus responsables, Óscar Muñoz, acude a la feria desde el año 2000.

Captar adeptos. "Para nosotros, lo principal es que un montón de gente que no te conoce se acerque a ti. Claro que hay un público que va buscando otras cosas, pero nos encontramos por con gente que podría ser afín a nuestro proyecto, tanto en gustos como ideológicamente, y de alguna manera se hacen seguidores. Generalmente, huimos de los best-sellers: son fáciles de encontrar en otros sitios, y nosotros tiramos por títulos que no son tan fáciles de conseguir y de los que controlamos bastante".

El azuelo de la recomendación. "Si un lector que no te conoce se acerca, acertar tiene que ver con saber coger al vuelo lo que te sugiere o lo que parece querer. El oficio del librero. Uno de los títulos que mejor ha funcionado el año pasado, pero también este, es Por qué fracasó la democracia en España [Emmanuel Rodríguez López, Traficantes]. Y luego hay grandes clásicos, como La mujer habitada, de Gioconda Belli, que siempre gusta".

Revancha del corralito

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El tirón político. "El momento histórico en el que vivimos ha despertado un nuevo interés por las cuestiones que nos tocan de lleno. E, indudablemente, lo hemos notado. Todos los años, lo que está sucediendo tiene reflejo en lo que la gente demanda. En los primeros años de la crisis, venía gente que quería saber un poco más de economía o del mercado financiero. Ahora serán las elecciones, los refugiados, la Unión Europea… Nuestra pequeña contribución al público generalista es hacer que todo el mundo pueda introducirse en estos temas. Es un reto".

Más allá del Retiro. "En la feria, sí hemos experimentado unos años de estancamiento desde que llegó la crisis, y ahora parece que se ha recuperado mínimamente. Pero no podríamos augurar una gran recuperación. Para nosotros, uno de los temas principales es la brecha que se ha abierto sobre el libro digital y las redes, que en el mundo del papel preocupa por el desconocimiento y por la consecuencia que ha tenido en otras áreas. En nuestra editorial, los textos son de acceso libre en la red. Hay libros que tienen tiradas de 1.000 o 2.000 ejemplares, y descargas de 200.000. Llegamos a sitios a los que jamás llegaríamos sin eso. Para nosotros, funciona". 

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