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Plaza Pública

Las dos almas del PSC

ODÓN ELORZA

Me duele la división entre las dos almas del PSC y no parece tarea fácil que puedan seguir conviviendo como sucedió durante años. Ójala estuviera equivocado pero los tres parlamentarios socialistas indisciplinados son tan solo la punta del iceberg y no sería justo que el partido que más luchó por favorecer la cohesión de la ciudadanía catalana y para articular su encaje en España acabara roto. Con una consecuencia añadida; si los socialistas no somos capaces de encauzar nuestra diversidad y arreglar nuestras diferencias familiares, dificilmente podremos ser creíbles cuando propongamos soluciones complejas para España y Catalunya.

Vivimos la polarización creciente de la sociedad catalana y su división en dos bloques enfrentados. Una derrota de la política que se produce en un periodo en el que el gobierno nacionalista del PP liquida los derechos sociales, provoca la exclusión de millones de familias, impone una involución autoritaria frente a la necesidad de la regeneración de la democracia, ataca el sistema de libertades y rechaza la reforma constitucional. Por eso siento la necesidad de escribir, como un desahogo, y, de paso, para mojarmeaportando algunas reflexiones.

De entrada quiero expresar, sin complejos ni miedos, una vieja convicción: España es un Estado plurinacional y pluricultural. Sólo a partir de esta consideración fundamental, que significa que es una nación de naciones y que ello supone una gran riqueza para todos, resultaría posible avanzar en la solución de una nueva relación con Catalunya.

He leído dos veces, con calma y buena voluntad, el Manifiesto suscrito por los socialistas del PSC favorables al derecho a decidir ya así como varios artículos de sus portavoces. Y observo que no incluyen referencias a cuál es su propuesta sobre la relación que desean entre España y Catalunya. No se aprecia una posición más allá de la apuesta legítima pero no legal del referéndum. Me preocupa no ver ninguna mención a la cultura federal ni identificación alguna con la solución federal que exige una reforma de calado de la Constitución.

Da la impresión de que llevados por la marea dominante y por una lectura propia del programa que presentó el PSC en las pasadas elecciones autonómicas en el que defendía que "la ciudadanía de Catalunya pueda ejercer su derecho a decidir, con una pregunta clara, sobre cualquier propuesta de cambio sustancial en la relacion entre Catalunya y España, acordada entre ambas instituciones y a través de un referéndum o consulta acordados en el marco de la legalidad ", el centro de su preocupación y de su discurso político reside en la celebración del referéndum. ¿Está o no incumpliendo el PSC su programa electoral?

Dejar para un momento posterior la especificación y defensa de un proyecto propio para el futuro de Catalunya me parece un error político o un pecado de ingenuidad. Porque las fuerzas soberanistas sí que tienen claro que su propuesta y objetivo es la independencia y que la consulta es sólo un medio. Por eso es un error sacralizar como causa nacional en el Manifiesto un derecho a decidir que, además, ya contaría con dos preguntas a responder, lo cual llevaría a una complicada interpretación de los resultados.

Por otra parte, quienes dentro del PSC y del PSOE defienden la fe federal deben ser conscientes de que su discurso ha de venir acompañado de una denuncia radical hacia las graves responsabilidades contraídas por el Gobierno de Rajoy y el PP. Ellos son los principales causantes, por sus campañas anticatalanas durante años, de la situación de agravio, confrontación política y bloqueo que vive Catalunya. Si no lo hacemos así, se debilitará el perfil de la posición del PSC y del PSOE y quedaremos diluidos y confundidos con los razonamientos y estrategias del nacionalismo español.

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Mientras el PSC se desangra, continúa la confrontacion entre dos nacionalismos que se retroalimentan y que persiguen el poder, cada uno a su manera, aun a costa de quebrar la convivencia. Ambos han pretendido siempre aniquilar al PSC, la llave decisiva para alcanzar un gobierno socialista en España y el adversario directo de la derecha catalana. Entre el "España nos roba" del President Mas, volcado en una estrategia victimista para reducir distancias electorales respecto a ERC y en vender fábulas secesionistas, y el mensaje de "España se rompe" de un PP aferrado a una concepción inmovilista de la Constitución de 1978, existe un espacio político muy ancho que tenemos que trabajar con el relato de los valores de la cultura federal y de las identidades compartidas en Europa.

Reconozco que son tiempos difíciles para conseguir que la propuesta federal, aquella que quiso despertar Pasqual Maragall de la mano de ICV y ERC y no supimos sembrar, recoja apoyos y provoque ilusión. En todo caso, la opcion de profundizar en la via de un sistema federal asimėtrico de la mano de una reforma de la Constitución, planteada por Rubalcaba como solución de conjunto para redefinir el autogobierno de Cataluña en un nuevo vínculo con España, exigirá también reescribir los artículos tabúes de la Transición con el reconocimiento formal de la realidad nacional de Catalunya.

Una consideración final pensando en las dos almas del PSC y en lo que hoy nos divide. Me parece imprescindible un referéndum consultivo democrático y legal para que el Pueblo de Catalunya (art. 92 de la C.E.), en caso de lograrse un pacto de reforma de la Constitución, pudiera expresar su libre voluntad sobre el proyecto de un nuevo vínculo entre España y Catalunya. Y ello con independencia del preceptivo referéndum a celebrar en toda España que exigiría dicha reforma. Ya sé que planteo algo complejo pero conviene darle una vuelta, además de reforzar las vías de diálogo hacia dentro y hacia fuera. Pocas cosas se pueden imponer por la fuerza contra la voluntad democrática de la ciudadanía.

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