Educación

Wert, solo una vez más ante el frente común contra su ley

El ministro de Educación, José Ignacio Wert, conversa con el presidente del Congreso, Jesús Posada.

El rodillo de los conservadores frenó en seco las peticiones de retirada del proyecto de reforma educativa solicitadas al Gobierno por todos los grupos de la oposición, salvo UPN y Foro Asturias. La mayoría absoluta del PP tumbó con 149 votos a favor y 179 en contra las once enmiendas a la totalidad al proyecto de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) que ahora sí comienza su trámite parlamentario. El debate, ensombrecido por los corrillos que en cada esquina de la Cámara tenían como protagonista la moción de censura con la que amenazó Rubalcaba y la crisis en la que anda inmerso el Gobierno a propósito del caso Bárcenas, volvió a escenificar la soledad del Ejecutivo ante un texto que ha contado con la oposición unánime de la comunidad educativa. 

El pleno –celebrado en el Senado ante las obras que afectan al hemiciclo del Congreso– comenzó veinte minutos tarde y de forma accidentada por las protestas de los grupos de la oposición, que afearon al PP haber impedido que la sesión incluyera el tradicional interrogatorio al Gobierno y a su presidente, Mariano Rajoy. Estas protestas se repitieron en las intervenciones de varios de los portavoces, que se quejaron de la ausencia del presidente del Ejecutivo. "Este es un debate equivocado y aquí hay un personaje equivocado, usted", llegó a decir el portavoz de Compromís, Joan Baldoví. 

Las proclamas a favor de la educación pública estuvieron en la boca de varios portavoces, pero también en las camisetas verdes que han simbolizado las protestas de la comunidad educativa y que los parlamentarios de La Izquierda Plural portaban en el inicio de la sesión. Cuando el presidente de la Cámara, Jesús Posada, les pidió que se las quitaran, se pusieron en pie y sacaron unos carteles en los que podía leerse "Gobierno dimisión. Elecciones Ya". Tras dos advertencias, guardaron los carteles y ya sí comenzó la sesión. 

En su primera intervención, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, justificó la reforma con el argumento de que el sistema escolar vigente está anticuado y estancado, es excesivamente rígido y no proporciona los resultados académicos deseados. Asimismo, rechazó que el proyecto signifique una recentralización de competencias, como se le acusó desde algunas fuerzas políticas y dijo que se trata de una distribución nueva de éstas "acorde con la Constitución". 

También se pronunció Wert sobre los exámenes externos que el Ejecutivo define como "pruebas de evaluación a nivel nacional en puntos críticos de cada etapa educativa". Negó que fueran "reválidas" a pesar de que, según el texto actual, la segunda prueba, que tendrá lugar en cuarto de ESO, sí tiene carácter excluyente y contará un 30% frente al 70% del total de la Secundaria. Si el alumno no aprueba, no podrá obtener el Graduado Escolar. Para obtener el título de Bachiller también será necesaria la superación de una nueva reválida. También negó que sirvan para "clasificar" centros ni establecer rankings como temen sindicatos, padres y docentes. 

Críticas de la oposición

El parlamentario socialista Mario Bedera dijo que la LOMCE es "segregadora y elitista" y "desmonta el modelo de educación pública" atendiendo a intereses minoritarios como el de la jerarquía católica. En este sentido, recordó que "nunca una reforma educativa había sido tan rechazada en el Parlamento ni contestada por la comunidad educativa, provocando una huelga general que por primera vez unió desde la educación infantil a la universitaria".

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Muy dura fue también la diputada de La Izquierda Plural Caridad García, que dijo que el texto es "adoctrinador", "antidemocrático" y "recentralizador". Por su parte, el parlamentario de CiU Martí Barberá, tachó la reforma de "involucionista" y dijo que va " contra la voluntad mayoritaria del pueblo catalán" con "un ataque directo al Estatut y a la Ley de Educación de Cataluña".

Joan Tardá, de ERC, aseguró que su partido no acatará la ley por su ataque al sistema educativo catalán. "No pasarán. Nos harán daño pero no conseguirán sustituir nuetsro modelo educativo por otro centralizador. Wert, no vamos a aceptar su proyecto partidista, intervencionista, reaccionario y clasista", advirtió. Los reproches por una ley que ataca a la diversidad autonómica en la enseñanza también se oyeron por boca de los portavoces de PNV, Coalición Canaria y Grupo Mixto. Y UPyD puso el acento en la falta de consenso del proyecto.

En el turno de réplica, el titular de Educación, volvió a reprochar a los grupos que enmendaron el proyecto que no hicieran ninguna propuesta y calificó el debate previo de "ejercicio destructivo sensiblemente alejado de la realidad". "¿Debo entender, señorías, que el ejercicio de ignorancia palmaria sobre el contenido de la ley que han exhibido la mayor parte de los oradores obedece a pereza mental y falta de deseo?", se preguntó ante los abucheos de los diputados, acallados después por la vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos. 

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