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Cataluña

¿Qué son unas elecciones plebiscitarias?

Elecciones plebiscitarias en Cataluña

Ibon Uría

Elecciones plebiscitarias en 2016. Es la vía que plantea el president de la Generalitat, Artur Mas, si el Gobierno central no autoriza una consulta sobre la autodeterminación en Cataluña. Pero, ¿qué significa esa fórmula? ¿Está legalmente regulada? ¿Cómo se desarrollarían los hipotéticos comicios? Lluis Orriols, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Oxford y profesor en la Universidad de Girona, y Joan Ridao, doctor en Ciencias Políticas y exdiputado de ERC, han respondido a las preguntas de infoLibre acerca del camino que Mas definió como "marco legal final" para esquivar la negativa del Ejecutivo central a un referéndum.

¿Qué son unas elecciones plebiscitarias?

Ridao explica que la fórmula no está regulada legalmente. "La praxis nos dice que consistiría en la transmutación de unas elecciones legislativas en un auténtico plebiscito, pero en el derecho constitucional el término no está reconocido como tal". Orriols coincide, y añade: "Por el momento, no está muy claro cómo pretende Artur Mas diseñar esas elecciones". El experto cree que la estrategia del president pasaría por convertir unas elecciones en las que, aunque sobre el papel se elegirían a los diputados autonómicos, en la práctica subyacería la idea de una consulta sobre la independencia catalana.

El carácter no jurídico de unas eventuales elecciones plebiscitarias es reconocido incluso por el Consejo Asesor para la Transición Nacional puesto en marcha por la Generalitat. En su primer informe, dicho organismo incluye esta posibilidad entre la gama de recursos a emplear en caso de que no pueda realizarse una consulta legal, y precisa: "El concepto de elecciones plebiscitarias es de carácter político. Dicho en otras palabras, la naturaleza plebiscitaria de unas elecciones no viene determinada por el ordenamiento jurídico, sino por las circunstancias políticas y por la posición de los actores, especialmente las instituciones y los partidos". El Consejo explica inmediatamente después que el objetivo principal de la votación sería determinar la opinión del electorado en torno a "una determinada propuesta de gran trascendencia".

¿Cómo se celebrarían?

Los expertos consultados coinciden en señalar varias circunstancias que, en el escenario ideal para los impulsores de la fórmula, deberían concurrir. En primer lugar, las coaliciones preelectorales. "Creo que en la cabeza de Mas está hacer una candidatura única de todos los soberanistas", señala Orriols. Ese elemento, sostiene por su parte Ridao, aportaría a la votación "un tinte mucho más plebiscitario", reforzaría la sensación de consulta en detrimento del carácter legislativo de la cita con las urnas. En segundo lugar, "en ese escenario ideal el programa no sería una relación de medidas de acción de gobierno, sino que se reduciría a un sí o un no, nada más", dice Orriols.

¿Qué dificultades supondría para los impulsores?

La necesidad de contar con una actitud favorable de instituciones y partidos es, precisamente, una de las complicaciones del modelo: "La duda es ver si los partidos concurren con una sola consigna", señala Ridao, saber si entran en el juego planteado por Mas. En ese sentido, indica Orriols, "cuanto más simplificado sea el programa, más favorable sería para los impulsores". En caso contrario, prosigue, si los partidos optasen por concurrir con un menú electoral que contemplase medidas no únicamente relacionadas con la independencia –propuestas de ámbito económico, social...–, "no podría determinarse si el ciudadano vota a una fuerza por su posición sobre la independencia o por sus medidas sociales".

Hay más contratiempos: "Los partidos no soberanistas podrían boicotear las elecciones", asegura el experto. "Aunque no restarían legalidad, sí dañarían la legitimidad del resultado", comenta. El peligro, coinciden las fuentes consultadas, es que determinados partidos obvien el desafío planteado por el president, que no acepten el carácter especial de los comicios. Y, además, "en las elecciones se eligen representantes, no votos, y en las papeletas aparecería una lista electoral y no un sí o un no a la indepenencia", señala Orriols, que cree que esos elementos son "distorsionadores" y dificultan el éxito de las elecciones plebiscitarias.

¿CUáles son las ventajas de la fórmula?

Aunque difusa, los expertos señalan que la propuesta de elecciones plebiscitarias también tiene algunas ventajas para los intereses de sus impulsores: "Las elecciones plebiscitarias solucionan los problemas técnicos y jurídicos de plantear un referéndum por parte de la Generalitat", dice Orriols. O lo que es lo mismo: la fórmula ideada sí sirve para sortear la ausencia de competencias para consultar a los ciudadanos por parte de la administración autonómica.

"Alguien ha llegado a decir que serían elecciones en fraude de ley, pero es algo difícil de probar jurídicamente: difícilmente el Gobierno podría recurrir al Tribunal Constitucional y sería absurdo plantear la hipótesis del fraude", sostiene Ridao. No es el único aliciente: Orriols explica que es más fácil movilizar al electorado en unas elecciones que en un referéndum. "Es más fácil que el sí consiga el voto favorable de más de la mitad del censo en unos comicios que en una consulta, y eso permitiría decir que más de la mitad de los catalanes están a favor de la independencia", concluye.

¿Hay precedentes?

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Los expertos consultados coinciden en señalar que no existen precedentes de elecciones plebiscitarias o, mejor dicho, de elecciones legislativas celebradas con carácter plebiscitario. "Han existido plebiscitos, ha habido referendos a lo largo de la Historia, pero esta es una nueva estrategia técnica y política: revestir de carácter plebiscitario unas elecciones", sentencia Ridao.

¿Ahora, o en 2016?

"Para Artur Mas, lo mejor sería celebrarlas en 2016. Eso le permitiría agotar la legislatura", explica Orriols. Ridao, por su parte, cree que no habría grandes diferencias entre celebrar los comicios ahora o aplazarlos hasta la fecha que el propio president barajó en una entrevista radiofónica la semana pasada: ahora o en 2016, dice, "las elecciones serían un último recurso más o menos desesperado. Artur Mas preferiría en cualquier caso que se celebrase la consulta".

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