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Elecciones generales

El PSOE avala que Sánchez intente formar gobierno aunque no sea el más votado

El PSOE respalda a Pedro Sánchez para que no renuncie a gobernar incluso si el PP gana las generales

Ibon Uría

"Gobernaré sólo si el PP es la lista más votada", prometió la semana pasada Mariano Rajoy, a quien todas las encuestas dan de momento como vencedor el 20-D aunque sin mayoría absoluta y con un fuerte descalabro en votos y escaños. ¿Hará Pedro Sánchez una promesa similar? El dirigente socialista lo ha evitado hasta ahora, dejando así la puerta abierta a un posible pacto con C's o Podemos aunque el PSOE no fuese la lista más votada. Los dirigentes socialistas consultados por infoLibre avalan esta estrategia, que se separa de la que adoptó José Luis Rodríguez Zapatero cuando estaba en la oposición.

El 4 de marzo de 2004, el entonces candidato a la Presidencia del PSOE, pronunció esta frase: "Si saco un voto menos que Rajoy, pasaré a la oposición". Faltaban apenas diez días para las elecciones generales y, en la recta final de la campaña, Zapatero dejó claro que no se valdría de acuerdos tras las urnas para alcanzar el poder. La suya era una apuesta a una sola carta, a todo o nada: a victoria socialista o cuatro años más de gobierno conservador.

El resultado de ese órdago es bien conocido: Zapatero apostó y derrotó al PP. Lo hizo además con los mejores resultados en número de apoyos jamás cosechados por el PSOE: 11 millones de votos. En Ferraz hay quien ha recordado ese compromiso estas semanas, con apenas dos meses por delante hasta la próxima cita electoral.

Los socialistas afrontan el 20-D como una ocasión de oro para resarcirse de su debacle electoral de 2011, la que los desalojó del poder, mermó sus filas en el Congreso y el Senado hasta dejarlas en mínimos históricos y los abocó a un periodo de interinidad comandado por Rubalcaba. Y ahora que la travesía por el desierto parecía tocar a su fin, la irrupción de Podemos y Ciudadanos es otro factor de incertidumbre que resulta clave. Resumen del diagnóstico: muchas cosas han cambiado en la última década, y lo que en 2004 fue una efectiva llamada al voto útil sería ahora una jugada poco inteligente.

El día después

"Pedro no va a decir eso, sería una estupidez con la fragmentación que hay ahora", resume gráficamente un senador socialista. "A Pedro no se le va a pasar por la cabeza, no tiene ningún sentido ir por ahí", coincide una dirigente andaluza, para quien "las circunstancias son ahora otras" e implican que "gobernará quien consiga una mayoría para hacerlo". "Zapatero lo hizo porque entonces eran sólo dos partidos, hoy sería un disparate", añade otra fuente consultada en el seno del PSOE de Susana Díaz.

Un cargo próximo al candidato asegura no haber estado presente en "ninguna reflexión" ni "ningún debate" donde "se haya comentado eso", según relata a infoLibre. Esta misma fuente señala que "la España de hoy no tiene nada que ver" con el electorado ante el que se presentó Zapatero y, aunque concede que "en dos meses las cosas pueden cambiar" y que las campañas son "dinámicas", reitera tajante que jamás "se ha planteado" la posibilidad de repetir esa apuesta de 2004.

Sobre los efectos positivos que podría tener una declaración como la de Zapatero en 2004, el parlamentario de la Cámara alta cree que "para llamar al voto útil no hace falta una declaración tan contundente", porque los electores tienen interiorizado que la "única alternativa" a Rajoy la encarna Sánchez: "Todo el mundo sabe que, o gobierna Rajoy, o gobierna Pedro". "El paralelismo con 2004 es como mezclar peras y manzanas", cuenta un dirigente andaluz, que describe el contexto de hace una década en términos de "bipartidismo total" mientras que admite que, en el actual, las minorías "pueden condicionar". "Antes se ganaba con más del 40% [de los votos]. Ahora, quien gane, con suerte llegará al 30%", ilustra.

Añade el senador que desde las elecciones municipales y autonómicas del pasado mayo el bipartidismo y la polarización van ganando terrero poco a poco, y que una "buena campaña electoral" que "subraye esa idea" hará el resto. "Notamos una ligera trayectoria ascendente en nuestros sondeos", comenta una fuente de la Ejecutiva Federal. Desde la federación andaluza se recuerda que el PP presionó precisamente en mayo para arrancar al líder socialista un compromiso de que gobernara siempre la lista más votada y que, por más que se empeñaron los conservadores, no lo consiguieron. "Y si no fue entonces, pues ahora menos", ironiza una de esas voces.

La soledad del PP

Además de la incertidumbre en torno al resultado electoral –los sondeos otorgan al PP el primer puesto con cierto margen, pero los expertos admiten que el escenario es altamente volátil–, otro de los factores que desaconseja al PSOE cerrar puertas de cara al día después de las elecciones es que "está en una posición mejor que la de los conservadores para pactar", consideran todas las fuentes consultadas en el propio PSOE. Hace una semana, por ejemplo, se aprobó en el Comité Federal que dio luz verde a las candidaturas para el 20-D un acuerdo con Nueva Canarias para concurrir en listas conjuntas.

"El PP puede ser el más votado, pero el aislamiento que tiene es espectacular", subraya un miembro del Senado. Este dirigente no descarta que Mariano Rajoy salga victorioso de las urnas "por un puñado" de papeletas, pero plantea una cuestión que inquieta en la calle Génova: "¿Y luego que harán para gobernar?". "Incluso si Rivera dejase gobernar a Rajoy, después acabaríamos seguramente en una situación de bloqueo en la que el PP no podría sacar adelante el día a día", dice una dirigente andaluza.

"El PP está en modo pánico", añade un cargo de confianza de Susana Díaz.

En opinión del senador, estos son los escenarios más probables: si el PSOE gana, gobernará. Ciudadanos o bien Podemos se verán forzados a entregarles su apoyo. Si se impone el PP, los socialistas presentarán a un candidato alternativo –Pedro Sánchez– y cree que las formaciones de Iglesias o Rivera le darán su confianza. "Si Podemos no nos quiere apoyar para echar al PP y vamos de nuevo a elecciones, que lo expliquen ellos. Y Ciudadanos igual", resume. Lo que descarta es que ninguno de esos dos partidos alternativos vote a favor de Rajoy. En el caso de Podemos, el argumento es evidente. En el de Ciudadanos, vincula el razonamiento al desgaste de los conservadores por los casos de corrupción, a su "nula" regeneración y a sus frecuentes críticas a Rivera.

Así las cosas, todos los cargos consultados coinciden en que no habrá mayorías absolutas, y la mayoría de ellos considera además que el PP no va a poder formar un nuevo Ejecutivo por falta de aliados en el Congreso. "Ni Convergència ni el PNV votarían a Rajoy", dice otra fuente próxima a la dirección del PSOE. "Nosotros tenemos que salir a ganar, y ya veremos qué hacemos el 21 de diciembre", comenta un dirigente andaluz. "El PSOE puede jugar a pactar a izquierda y derecha, y está en condiciones de obtener un resultado razonable que le permita gobernar con apoyos", añade otra miembro del PSOE-A.

Rivera, el preferido

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Aunque la campaña se vaya a plantear desde Ferraz de modo que enfatice la idea de que las elecciones son un cara a cara entre el PP y Sánchez –"se va a reforzar la idea de que el enemigo es Rajoy. Pedro va a ignorar a Albert Rivera, y a Podemos ni te cuento", resume un veterano miembro del PSOE–, nadie oculta que se están estudiando los escenarios postelectorales y que hay socios preferidos y socios incómodos.

Ahora mismo, la sensación entre los socialistas es que Ciudadanos "tiene el viento de cola" y Podemos "está en declive". "Lo de pactar con Podemos es un debate falaz porque se están empezando a disolver como un azucarillo", destaca un parlamentario madrileño que considera que a los socialistas les interesa el crecimiento de Ciudadanos porque los de Rivera ganan peso, fundamentalmente, a costa del PP. "Rivera es el más listo. Ha captado apoyos nada despreciables en círculos de poder, y además es más razonable como socio", termina.

Esta misma fuente recuerda que "hace un par de años" se hablaba de un hipotético sorpasso de los de Iglesias a los socialistas, y que ese escenario crítico, "sin minusvalorar a Podemos", está ya "superado". "Es mejor pactar con Ciudadanos que con Podemos", se coincide desde Andalucía, desde donde se apunta que el partido morado se "deshincha" por momentos y donde, tras la experiencia de gobernar con apoyos de la formación de Rivera desde las autonómicas de mayo, no se vería con malos ojos elevar esa fórmula a nivel nacional. "Y esperemos –reiteran– que no haya que contar con Podemos".

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