El debate de investidura

Sánchez aboga por el “mestizaje ideológico” tras destacar que “no hay una mayoría de izquierdas”

Sánchez aboga por el “mestizaje ideológico” tras destacar que “no hay una mayoría de izquierdas”

Ibon Uría

El candidato del PSOE, Pedro Sánchez, aseguró este martes en su discurso que investidura que la "esperanza" en torno a un posible Gobierno de las principales fuerzas de izquierda es "falsa". "Eso no suma", apuntó el socialista, que abogó en su lugar por el "mestizaje ideológico" de las "fuerzas del cambio". Sánchez fue el único interviniente en la primera sesión del debate de investidura, al que asiste con el único aval de sus 90 escaños y de los 40 votos de Ciudadanos. Una suma que, como admitió, "no es suficiente para conseguir el cambio". "No soy ingenuo", dijo consciente de que perderá la votación de este miércoles, en la que necesitaría la mayoría absoluta de la Cámara para ser elegido presidente. En cualquier caso, defendió el acuerdo PSOE-Ciudadanos como "parte de la operación" para poner fin a la etapa de Rajoy y como un primer paso exitoso. "Al aceptar esta sesión de investidura hemos resuelto el bloqueo de la situación política. Mi fracaso hubiera sido rechazar el ofrecimiento del jefe del Estado", arguyó.

La intervención de Sánchez [ver en PDF] fue larga. Más de hora y media de discurso dividido en dos grandes bloques. El primero, centrado en reclamar el apoyo de "las fuerzas del cambio" para echar a andar la legislatura. El segundo, dedicado a repasar las prioridades programáticas de un eventual Gobierno presidido por sí mismo, Ejecutivo basado en el contenido del acuerdo suscrito entre socialistas y Ciudadanos. El candidato insistió en que ya "no estamos en campaña electoral" y que hay que evitar la repetición de unas elecciones. "Los ciudadanos –dijo– nos han encargado que busquemos una solución política, hacer frente a los problemas y buscar un acuerdo mayoritario". Argumentó que "ninguna fuerza obtuvo los votos necesarios para formar Gobierno" y que el encargo del rey de formar Gobierno no era "una invitación que pudiera rehuir", sino "un deber ineludible" tras declinar Rajoy y el PP ese mismo ofrecimiento. Y por eso, remató, toca "un tiempo de cambio" y de acabar con la mayoría absoluta de los conservadores "sin frentismos".

¿Y cómo se puede materializar ese cambio? No con el PP. "Con el PP –dijo Sánchez– no podemos promover el cambio ni un Gobierno", pues los de Rajoy, a su juicio, insisten en el "inmovilismo". Hace falta, en cambio, un "diálogo fructífero". PSOE, Podemos y Ciudadanos, explicó Sánchez, suman una "amplísima mayoría" que puede unirse en las votaciones de las medidas en las que haya acuerdo, y que puede debatir todo lo demás. "Las diferencias entre ideologías no pueden ser nunca un problema, pueden ser objeto de debate, nunca de ruptura". "No hay una aritmética imposible. Estamos obligados a mezclarnos, al mestizaje ideológico. Y esto no significa renunciar a nada, no significa traicionar a nadie: significa que sabemos entender el valor de las diferencias, que aceptamos que vivir es convivir", expuso. Sánchez agradeció a Ciudadanos y en especial a Albert Rivera el pacto con el PSOE y dijo "no comprender" por qué otras fuerzas, en referencia a Podemos, no pueden apoyarle ya que, en sus palabras, "hasta la peor medida de ese pacto es mejor que mantener a Rajoy en funciones".

Sánchez regresó a ese mismo argumento más tarde. Recalcó que la suma de PSOE y Ciudadanos no le basta, pero también que es insuficiente la alianza entre los socialistas y el resto de fuerzas a su izquierda. A Podemos le reprochó, además, que "las imposiciones, el chantaje y el abandono de la mesa de negociacion" frenan el "vehículo para el cambio, que es el acuerdo. "Encasillarnos en nuestras posiciones significa que nada cambie", añadió. Subrayó que "cualquier fórmula de Gobierno pasa por el PSOE" como "piedra angular" de cualquier posible mayoría. "Mi grupo cuenta con 90 escaños. No tiene sentido pedir que se cumpla todo nuestro programa ni que otras fuerzas exijan que se cumpla exclusivamente el suyo", dijo Sánchez, que dijo no tener "líneas rojas". ¿Queremos el cambio y un Gobierno basado en el diálogo? ¿Sí o no?", cuestionó el candidato, que cerró su intervención con una apelación al "diálogo y el acuerdo": "Saquemos a España de la situación de bloqueo, pongamos en marcha el cambio, arranquemos a la velocidad que conjuntamente decidamos, pero avancemos", pidió al resto de diputados. 

Ejes del Gobierno "del bien común"

La segunda parte del discurso del líder socialista no deparó sorpresas. Sánchez la dedicó a desgranar las principales medidas que aplicaría un Ejecutivo presidido por él mismo, un Gobierno al que se refirió como el del "bien común". El candidato expresó que hay "cinco desafíos que necesitan soluciones, algunas muy urgentes" y en las que, "cuando existe voluntad de unión y cambio cierta, no cuesta encontrar un entendimiento". "Con generosidad, sin visiones miopes, en busca de acuerdos duraderos", reclamó Sánchez, quien en numerosas ocasiones expresó que "tan pronto como la semana que viene" podrían aplicarse algunas de estas medidas si las "fuerzas del cambio" –PSOE, Podemos y Ciudadanos, además de otras fuerzas de izquierda con menor representación parlamentaria–, se decidieran a investirlo presidente.

Así, prometió acabar en materia de empleo con las políticas "crueles e ineficaces" del PP, que "siempre bajo la bandera de la austeridad" han ahondado la "desigualdad" entre españoles. "Hay que consolidar una recuperación económica y sostenible y más justa", apostó el líder del PSOE, que reiteró su propósito de renegociar el déficit con Bruselas y de "renunciar a que el ajuste presupuestario se haga a costa del gasto social". En segundo lugar se refirió Sánchez a la desigualdad, ámbito en el que repitió las promesas conocidas del ingreso mínimo vital, el complemento salarial garantizado y la reuniversalización de la Sanidad. "Esta será la legislatura de la igualdad", proclamó. Hubo, a continuación, un capítulo dedicado a cuestiones como la paralización del calendario de aplicación de la conocida como Ley Wert de Educación o la derogación de deterinados preceptos de la Ley de Seguridad Ciudadana.

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Consulta el discurso de investidura de Pedro Sánchez [PDF]

El socialista hizo también referencia a la corrupción y a medidas de regeneración democrática. Sobre el primero de los aspectos, señaló que "la corrupción debe ser el enemigo común de todos los partidos democráticos" y prometió no caer en el "y tú más", sino "volcar desde el Gobierno todo el esfuerzo en prevenir, combatir y castigar con contundencia" las prácticas corruptas. En materia de regeneración, prometió reformar el procedimiento de nombramiento de los cargos de designación parlamentaria, derogar los plazos máximos para la instrucción de causas judiciales, rebajar a la mitad el número de firmas necesarias para presentar iniciativas legislativas populares (ILP) y reformar la financiación autonómica, entre otros elementos.

Finalmente, y sobre Cataluña, incidió en la necesidad de abordar la cuestión desde el "diálogo". "No es aceptable que dos Gobiernos democráticos hayan vivido durante años de espaldas uno de otros, sin comprender la ruina colectiva que provoca tal enfrentamiento", apuntó. Sánchez admitió que ha habido "razones para el desencuentro" pero enfatizó que "Cataluña forma parte de España", y apostó por "tender puentes" desde la "lealtad institucional". El socialista volvió a explicar su propuesta de reforma de la Constitución que no es, dijo, "una enmienda a la totalidad de la democracia del 78", sino el propósito de "una nueva generación de políticos" de "honrar a padres y madres" haciendo posible "mejorar ese legado con su reforma". Y esa mejora pasaría, dijo Sánchez, por una reforma constitucional con elementos como el desarrollo del Estado federal y la transformación del  Senado "en una verdadera Cámara territorial".

La sesión parlamentaria se reanudará este miércoles en el Congreso de los Diputados a las 9.00. A partir de esa hora intervendrán los portavoces del resto de partidos, que este martes no se pronuniciaron en el hemiciclo. Al final del debate, a última hora de la jornada según todos los cálculos, se votará. Salvo sorpresa de última hora Sánchez únicamente conseguirá 130 votos, muy lejos de los 176 necesarios para ser elegido presidente en primera vuelta. Si se confirma ese escenario, su segunda oportunidad será el viernes. Si vuelve a fracasar –entonces le valdría con la mayoría simple–, se convertiría en el primer candidato que no logra la investidura. En su intervención de este martes, el propio Sánchez dijo que "todos sabemos de antemano el resutado de la votación final de esta investidura si nos atenemos a lo escuchado". En cualquier caso, en el PSOE confían en que el debate de estos días los deje bien posicionados de cara al segundo tiempo de una negociación donde el reto fundamental será atraer a Podemos sin quebrar el acuerdo con el partido de Alberto Rivera.

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