El futuro de la izquierda

Las diversas corrientes de IU asumen que Garzón obtendrá en torno al 75% de los votos

l coordinador federal de IU, Cayo Lara (de espaldas), y el portavoz Alberto Garzón durante la reunión del Consejo Político de la federación.

La renovación en la cúpula de IU está cada vez más cerca. La federación celebrará los próximos jueves, viernes y domingo –los dos primeros días de forma telemática y el tercero presencialmente– la votación en la que su militancia podrá escoger el 60% de la nueva dirección de IU. El claro favorito es el equipo liderado por Alberto Garzón, que salvo sorpresa mayúscula se hará con la mayoría del nuevo Consejo Político Federal, el máximo órgano entre congresos de IU, que será el encargado de nombrarle nuevo coordinador federal.

La Asamblea Federal de IU celebrará su encuentro presencial los próximos 4 y 5 de junio. Pero la cita será poco más que un trámite, ya que el próximo lunes se conocerán los resultados de la votación entre las bases en relación al proyecto y la nueva cúpula de IU, que pasará de tener 244 miembros a contar con tan sólo 150. Los en torno a 22.000 militantes escogerán el 60% del órgano –el otro 40% corresponde a los cupos reservados a cada federación– y, tal y como aprobó IU, se ha limitado a tres cuartos el porcentaje máximo de asientos que puede ocupar una sola candidatura.

Este tope implica que si Garzón obtiene más del 75% de los votos, el 25% restante se lo repartirán proporcionalmente las otras dos listas en juego: IU sí, con más fuerza, liderada por la eurodiputada Paloma López, y Revolución democrática, encabezada por Tasio Oliver, dirigente de Izquierda Abierta –el partido de Gaspar Llamazares–.  Fuentes de esta segunda candidatura afirman que la lista de Garzón podría obtener hasta un 80% de los sufragios, por lo que no es descabellado pensar en la posibilidad de que haya que limitar a tres cuartas partes del órgano (68 miembros) la participación de su lista.

La candidatura liderada por Garzón para el Consejo Político Federal –Una IU para un nuevo país– únicamente cuenta con 75 candidatos para los 90 puestos en liza. El líder parlamentario de IU congrega en torno a sí al aparato del PCE, así como a buena parte de los coordinadores regionales y a su círculo más cercano dentro de la organización, que cuenta con algunos de los cargos públicos más mediáticos que representan a IU.

De esta forma, el secretario general del PCE, José Luis Centella, concurrirá como número tres de la lista de Garzón, y el expresidente del PCE y exsecretario general del Partido Comunista de Andalucía (PCA), Felipe Alcaraz, cierra la candidatura en el puesto 75. Además, el actual líder de los comunistas andaluces, José Manuel Mariscal, concurre en el puesto 15, cuatro por debajo de Álvaro Aguilera, secretario general del Partido Comunista de Madrid (PCM).

Además, los coordinadores de IU en Galicia (Yolanda Díaz) y País Vasco (Isabel Salud), así como el líder de EUiA –la rama catalana de IU–, Joan Josep Nuet, también son candidatos en la lista de Garzón, en los puestos 12, 34 y 19, respectivamente. En el número dos se encuentra una de las voces con más proyección de IU, la eurodiputada Marina Albiol, y al dirigente también lo acompañan colaboradores muy cercanos como la actual secretaria de Comunicación, Clara Alonso (en el puesto 10); la secretaria de Finanzas, Lola Sánchez (en el lugar ocho); la responsable de Programas, Marga Ferré (decimoctava candidata); o secretario de Organización de IU Andalucía, Toni Valero (que ocupa el séptimo puesto de la lista).

El número de apoyos mediáticos de las otras dos candidaturas es más reducido, aunque no por ello inexistente. La lista liderada por Paloma López incluye a algunos dirigentes y cargos públicos señeros de IU, como son la también europarlamentaria Ángela Vallina (en el puesto 11) o el actual responsable de Economía, José Antonio García Rubio (que va décimo). El alcalde de Zamora, Paco Guarido, y el coordinador saliente, Cayo Lara, cierran simbólicamente la lista en los puestos 88 y 90, respectivamente.

Por su parte, la candidatura apoyada por Izquierda Abierta está encabezada por el alcalde de Castilleja del Guzmán, Tasio Oliver, al que acompaña Gaspar Llamazares, excoordinador y actual portavoz de IU en el Parlamento de Asturias, en el número tres. El excoordinador de IU en Extremadura, Pedro Escobar, concurre como número cinco de la lista, en la que también están presentes dirigentes como Antonio Cortés, actual secretario de Finanzas a nivel federal, como undécimo candidato.

La lista de Garzón ha sido la más avalada por las bases, si bien la candidatura de López ha conseguido congregar en torno a sí el 37% de las firmas de las bases que han participado. Fuentes de la lista liderada por la eurodiputada aseguran que contemplan un suelo de en torno al 20% de los votos, en base al número de avales obtenidos por su ponencia –un 17,8% de los recogidos–, y afirman que se sentirían "muy satisfechos" si la candidatura obtuviera en torno al 25% de los sufragios.

La lista de Oliver, por su parte, rechaza hacer pronósticos, aunque fuentes de la plancha admiten en conversación con infoLibre que no parten con "ninguna expectativa", porque son conocedores de que su fuerza orgánica es escasa. "Después de la desfederación de Madrid o de la decepción que produjo el pucherazo en las primarias de Sevilla [en las pasadas elecciones generales], nuestro espacio no tiene nada que ver con el que era hace dos años, así que lo que tengamos estará bien, lo importante es que no desaparezca la pluralidad, porque somos los únicos que defienden un modelo diferente", plantean.

Los simpatizantes podrán votar las ponencias

A diferencia de las listas para el Consejo Político Federal, que únicamente podrán votar los militantes, las urnas en las que se elegirá la ponencia que definirá el proyecto de IU estarán abiertas también a los simpatizantes. Uno de los temas en los que más han chocado las tres candidaturas es el de la confluencia con Podemos, un asunto que vertebró el debate durante las semanas en las que se presentaron las ponencias; no obstante, el acuerdo rubricado entre IU y Podemos para acudir juntos a las elecciones, ratificado por el 87,8% de los militantes y simpatizantes que votaron en la consulta sobre el mismo, supuso un fuerte espaldarazo para las tesis de Garzón.

En cualquier caso, las diferencias en la hoja de ruta que debe seguir IU tras su Asamblea van más allá de la relación con Podemos. La ponencia del equipo de López, que se articula en torno a la Declaración de Zamora –un manifiesto crítico con Garzón que se hizo público en febrero–, aboga por reforzar la marca de IU y rechaza en su ponencia que “se articule como una marca electoral de los partidos integrados, sin estructuras […], sin afiliación y sin cuotas”.

Por su parte, Garzón apuesta por justamente lo contrario: tomarse la Asamblea de IU como el pistoletazo de salida de un "proceso constituyente de un movimiento político y social" que sea capaz "de articular una herramienta más potente y más amplia". "Debemos seguir siendo los más consecuentes defensores de la unidad de la izquierda en un frente electoral que pueda obtener la victoria en las urnas", afirma el dirigente, que no obstante plantea ir "más allá" y construir "una unidad estable, conquistar un frente que agrupe las fuerzas transformadoras”.

Las principales apuestas de la ponencia de Izquierda Abierta son a nivel organizativo, toda vez que la candidatura de Llamazares no cree que haya que superar IU y rechaza que se convierta en una organización subalterna a Podemos. En este sentido, plantean instaurar el sufragio universal obligatorio con listas abiertas para escoger tanto a la dirección federal como al coordinador, así como las listas electorales.

Los militantes entregan a Garzón tres cuartas partes de la dirección de Izquierda Unida

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Lara hace autocrítica

La militancia también tendrá que pronunciarse sobre el informe de balance de gestión elaborado por Cayo Lara. En el documento de balance, el líder saliente de la federación reconoce que IU se mostró incapaz de disputar el espacio electoral a una fuerza como Podemos, que nació "con parte de nuestra gente y en algunos casos fruto de no saber resolver nuestras propias contradicciones", señala el coordinador. Lara, igualmente, plantea que IU se ha mostrado como "una organización lenta y a veces contradictoria en su funcionamiento, y con dificultad para impulsar el conflicto", uno de los puntos de coincidencia con Garzón, que ha impulsado una reducción del número de miembros de la dirección y aboga por una toma de decisiones más ágil.

"Eso nos ha llevado a vivir un período de frustración permanente en el que no hemos sabido gestionar adecuadamente las diferencias internas, ni trasmitir un discurso que diera respuesta a lo que quienes confrontaban con el gobierno de Rajoy reclamaban", reconoce Lara, que igualmente lamenta el aumento de la deuda derivado de la falta de grupo parlamentario tras las últimas elecciones, aunque hace hincapié en que la cantidad total que debe IU se ha reducido con él al frente. "Es radicalmente negativo servir de altavoces para dirimir las diferencias internas", lanza igualmente el coordinador a sus compañeros de la dirección.

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