el 'caso Villarejo'

El BBVA mantiene a Francisco González como presidente de honor tras el 'caso Villarejo'

El presidente de BBVA, Carlos Torres, y el consejero delegado, Onur Genç, durante la rueda de prensa con motivo de la presentación de los resultados de 2018.

Francisco González, ahora presidente de honor del BBVA y hasta diciembre presidente ejecutivo de la segunda entidad financiera del país, seguirá en su puesto, al menos de momento.

Este viernes, y tras el primer consejo de administración celebrado –la víspera– tras el estallido del escándalo del espionaje a políticos y empresarios realizado por el excomisario José Manuel Villarejo a instancias del banco, su nuevo presidente, Carlos Torres, ha pedido esperar antes de tomar decisiones. Torres pidió al consejo esperar a los resultados de la investigación "profunda y exhaustiva" que ha encargado la entidad en relación a los servicios que prestó al banco el grupo Cenyt, propiedad del citado expolicía, en prisión desde noviembre de 2017.

"Se ha encargado una investigación profunda y exhaustiva que está siendo realizada por terceros. El banco actuará con absoluto rigor y diligencia y, en este sentido, es muy importante que dejemos que la investigación haga su trabajo", ha afirmado Torres en unas declaraciones difundidas por BBVA con ocasión de la publicación de sus resultados de 2018.

BBVA ha fichado a PwC para que determine qué relación tuvo el banco bajo la presidencia de Francisco González con Cenyt, la firma de detectives del encarcelado excomisario José Manuel Villarejo. Además de la consultora, que realizará lo que se conoce como un informe forensic obre este asunto, BBVA ha contratado al despacho de abogados Uría Menéndez para que trabaje como asesor legal de forma conjunta con el bufete Garrigues, que presta sus servicios jurídicos al banco desde que en junio de 2018 iniciara una valoración externa de la información y documentación recopilada sobre el caso Villarejo.

La crisis estalló cuando el 10 de enero los digitales moncloa.com y elconfidencial.com publicaron que, por encargo del BBVA, el entonces comisario José Manuel Villarejo había interceptado 15.000 llamadas en 2004 y 2005 durante la denominada Operación Trampa. Entre los teléfonos pinchados estaba el del exministro socialista Miguel Sebastián. El policía cumplió ese encargo entre 2004 y 2005 con el objetivo de desestabilizar el desembarco de la promotora inmobiliaria Sacyr en el accionariado del BBVA.

La conexión de Villarejo con el BBVA, que le pagó al menos cinco millones de euros, está en manos del juez de la Audiencia Nacional que instruye el caso Villarejo o la denominada Operación Tándem.

También el banco anunció que había puesto en marcha una investigación interna aunque su versión oficial ha sido, hasta el momento, que no encuentra los informes que el antaño poderoso policía, cara visible de las llamadas cloacas del Estado, hizo a través de su empresa Cenyt tras vigilar a los integrantes de lo que él mismo denominaba el "Grupo Hostil" al banco. Primero, el BBVA aseguró que había emprendido sus propias pesquisas en junio. Luego, una vez trascendió que Villarejo había espiado por encargo del banco a políticos y empresarios, la entidad difundió que había encargado una investigación exhaustiva a la consultora PwC.

Para el recién nombrado presidente ejecutivo del BBVA, Carlos Torres, la permanencia de su predecesor en la estructura del banco, aun en un puesto de carácter honorífico, se ha convertido en el peor y más inmediato de sus problemas. Torres envió una carta a la plantilla en la que calificaba de "deplorable" la hipótesis del espionaje de ser cierta. "La investigación –decía la misiva– ha verificado hasta ahora que Cenyt proporcionó distintos servicios al banco, pero no se han encontrado documentos relacionados con el control e intervención de comunicaciones privadas publicados por los medios desde el día 9 de enero".

Fundador y presidente del BBVA entre 2000 y 2018, la reunión del consejo del BBVA se celebró este jueves apenas tres días después de que el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, alertase del grave daño reputacional que el escándalo del espionaje implica para la segunda entidad financiera del país.  "Es muy importante –dijo Hernández de Cos el lunes– que la investigación [interna del BBVA] se realice con total profundidad y con la mayor prontitud posible para tratar de eliminar y minimizar el riesgo reputacional potencial que podría suponer para la propia entidad".

El aviso del Banco de España vino precedido del lanzado, nada menos que desde Fráncfort, por el Banco Central Europeo (BCE). Fue su vicepresidente, el exministro de Economía Luis de Guindos, quien el jueves de la semana pasada y en referencia a la inspección encargada por el BBVA a la consultora Price Waterhouse Coopers (PwC)se pronunció en los siguientes términos: "Esperamos que las conclusiones estén disponibles tan pronto como sea posible, porque en este tipo de circunstancias el tiempo es esencial", ha afirmado Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, durante la rueda de prensa que se ha celebrado en Fráncfort tras la reunión del Consejo de Gobierno de la institución.

Según las informaciones difundidas hasta ahora, entre los espiados se encontraban Miguel Sebastián, entonces director de la Oficina Económica de Moncloa y luego ministro de Industria. Villarejo llegó a pinchar una conversación en la que intervenía María Teresa Fernández de la Vega, en aquel momento vicepresidenta del Gobierno. También fueron espiados Rodrigo Rato, que ocupaba el cargo de director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI); Luis del Rivero, que presidía el grupo Sacyr; el financiero Juan Abelló; Ignacio López del Hierro, marido de la exsecretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal; y Carlos Arenillas, vicepresidente en esas fechas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

"González está tranquilo"

El presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, ha asegurado que Francisco González, su antecesor en el cargo, se siente "muy tranquilo" ya que "desconocía completamente" estas irregularidades. "He hablado con él y lo que me transmite es que tiene la conciencia muy tranquila. Me dice que no sabía nada de las irregularidades que salen en las noticias", ha asegurado el actual presidente del banco azul con ocasión de la presentación de los resultados anuales de la entidad, que obtuvo un beneficio neto de 5.324 millones de euros en 2018, un 51,3% más, informa Europa Press.

"Yo le creo, es una persona que siempre ha actuado siempre con ese norte que le caracteriza", ha apostillado. Torres, que asume su primera rendición de cuentas como presidente del banco, ha pedido que no se prejuzgue unos hechos que aún no están constatados, remitiéndose repetidamente a la declaración oficial en la que pide esperar a los avances de la "profunda y exhaustiva" investigación, a pesar de la insistencia de los periodistas por arrojar luz al caso.

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El presidente de BBVA se ha defendido y ha dicho que él no es quién para pedir la renuncia de nadie a las insistentes preguntas relacionadas con que el expresidente mantenga un cargo de honor. Además, ha indicado que el puesto de González es solamente honorífico y no ejecutivo. En cualquier caso, ha reconocido que el presunto seguimiento de comunicaciones privadas son "muy graves y contrarias" a la entidad.

"Juzgar actuaciones del pasado con información de hoy es, en cierta medida, hacer trampa", ha criticado el banquero, subrayando que lo que se pretende es esclarecer los hechos "cuanto antes", sin llegar a conclusiones precipitadas, algo que, a su juicio, se está haciendo y no se debería hacer. "Que no quepa duda de que vamos a levantar todas las piedras", ha sentenciado.

En función del resultado de la investigación, el banco tendrá "tolerancia cero" y "sin contemplaciones de ningún tipo". No obstante, Torres ha dicho que todo apunta a que el caso se va a judicializar, por lo que habrá una investigación más extensa y que posiblemente se alargue mucho más que los "meses" previstos para el informe forensic encargado por el banco a empresas externas.

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