El empleo mejora (y mucho), pero el esperado cambio de modelo productivo se hace de rogar

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En el Gobierno no han disimulado su satisfacción por los titulares económicos que ha dejado la semana: los datos del mercado laboral del pasado marzo mostraban como los afiliados a la Seguridad Social rozan los 21 millones de personas y el número de desempleados bajó hasta los 2,7 millones, la menor cifra en ese mes desde 2008.

Si se hurga en las estadísticas, se puede comprobar que en enero de este año, por sectores económicos el paro registrado descendió con respecto al mes anterior en la Construcción, (-0,58%), mientras subió en Industria (0,20%), Agricultura (1,28%) y Servicios (3,03%), tras las Navidades. En febrero, volvió a caer en la Construcción (-1,14%) y lo hizo además en Servicios (-0,43%), Industria ( -0,86%) y Agricultura (-0,32%). Y en marzo, el desempleo se redujo en Servicios (-1,58%), Industria (-0,96%), Agricultura (-1,52%) y Construcción (-0,16%). El elemento común en los tres meses es que el paro se rebajó en la Construcción, un área de actividad relevante en la economía tradicional.

No obstante, si se amplía la mirada, se puede afirmar que el empleo está creciendo más en sectores intensivos en conocimiento. Es una de las conclusiones del informe Las mejoras del empleo avanzan la transformación del modelo productivo, elaborado por el Gabinete Económico de CCOO, en el que se disecciona el periodo comprendido entre 2018 y 2023, cuando se crearon en España 1,58 millones de empleos asalariados netos (+10%). “Están ganando peso las ocupaciones más cualificadas a costa de las menos cualificadas y están ganando peso los sectores de valor añadido medio en detrimento de sectores de bajo valor añadido”, se asevera en el mencionado estudio.

Desde 2018, la mitad del empleo neto creado se concentra en Sanidad y servicios sociales (24% del total), Actividades profesionales, científicas y técnicas (15%), e Información y comunicaciones (11%). Por detrás se encuentran Educación (8%), Construcción (8%), la Industria manufacturera (7%), el Transporte y almacenamiento (7%) y el Comercio al por mayor y al por menor y venta y reparación de vehículos (7%). En sentido contrario, destaca la pérdida de empleo desde 2018 en Agricultura y Ganadería, hogares empleadores de personal doméstico, actividades inmobiliarias y en las artísticas, recreativas y de entretenimiento, de acuerdo a lo reflejado en el análisis de CCOO.

Sólo en 2023, en cifras absolutas, el 20% del empleo asalariado nuevo se aglutinó en actividades profesionales, científicas y técnicas, el 17% en Construcción, el 15% en Sanidad y servicios sociales (+101 mil) y el 15% en Hostelería. Esas cuatro áreas supusieron dos tercios del empleo neto surgido ese ejercicio.

Se ha contratado desde 2018 a ingenieros y profesionales en ciencias naturales, especialistas en organización, administración, ventas y finanzas, técnicos de tecnologías de la información e informática, médicos y profesionales de la salud, profesores y analistas o diseñadores de software, bases de datos y redes, por ejemplo. Pero de igual modo a más cajeros y taquilleros, auxiliares sanitarios, cuidadoras a domicilio de personas mayores, dependientas, albañiles y otros trabajadores de la construcción, electricistas, instaladores y reparadores de equipos eléctricos, montadores y ensambladores o a personal de limpieza de oficinas y hoteles.

Entre las ocupaciones laborales que, por el contrario, perdieron trabajadores en estos cinco años, en algunos casos por el cambio en los hábitos de consumo, según CCOO, están los directivos y gerentes de empresas de comercio, los jefes y vendedores de tiendas y almacenes, los soldadores, chapistas y herreros, o el personal de seguridad privado.

¿Indican las cifras sobre el mercado laboral que se está produciendo en España el cacareado viraje de modelo productivo? El vicesecretario general de Política Sindical de UGT, Fernando Luján, cree que éste aún no se atisba. “Pero sí hay determinadas señales que indican que algo está cambiando -matiza-. Me refiero a que se está creando empleo de bastante calidad en sectores vinculados con las nuevas tecnologías”. Con todo, considera que “el comportamiento del mercado de trabajo tiene mucho más que ver con la reforma laboral que hicimos en 2021 que con un cambio en sí del modelo productivo”, como mostrarían los datos de la Construcción, que ”llevan a los viejos modelos”, señala.

Para Luján, “los fondos Next Generation deben tener influencia” en la modificación del sistema que, entiende, sí se ha de producir, para no “perder una oportunidad única”. Anota que a su sindicato le “siguen preocupando” cuestiones como “el desempleo de larga duración, en el que no se han producido apenas variaciones, a pesar de la buena marcha de la economía y del mercado laboral”. “Esto nos produce alarma por la cantidad de personas que están en esa situación y por las transiciones que ya estamos afrontando, ecológica, tecnológica, digital y hasta la relacionada con la edad”. Y sigue: “Si antes había personas en cantidades no aceptables que salían del mercado y no se les daban nuevas oportunidades, ahora igual. No les hemos dado todavía una solución”, lamenta.

A su juicio, “hace falta una apuesta mucho más clara por el sector industrial, que debería empezar por un pacto de Estado y una ley de industria. En los países en los que es mayor, incluso dentro de España donde tiene más pujanza, el País Vasco, Navarra, La Rioja, por ejemplo, el desempleo está por debajo del 9% y los salarios son mejores. La calidad del empleo es mejor, el desempleo es menor y la capacidad de resistencia ante coyunturas como la covid aumenta", sintetiza. Y recuerda que “países con sectores industriales más fuertes, aguantaron el envite mucho mejor que los que dependíamos del sector Servicios, del turismo y la hostelería”. “Si algo deberíamos haber aprendido de esa grave crisis”, dice, “es que debemos apostar por tener un sector industrial potente. Se recomienda por encima del 20% del PIB -Producto Interior Bruto- y estamos por debajo del 14% y bajando”. Piensa que, en cambio, “España sí ha hecho los deberes con las nuevas energías. Ahí superamos el 50%, en energías limpias, y somos uno de los países más punteros de Europa”. “Ése es el camino” para el resto, apostilla.

Señales positivas, pero retos por delante

Por su parte, Marcel Jansen, profesor de Economía de la Universidad Autónoma de Madrid e investigador de Fedea, entiende que “un cambio de modelo productivo es una transformación a muy largo plazo” y “lo que hay, por el momento, son algunos indicios. Hay un crecimiento sostenido de empleo en sectores vinculados a la digitalización y algo de desplazamiento del crecimiento de empleo hacia grandes empresas, pero son primeros indicios”, insiste, mientras “la productividad sigue siendo muy decepcionante, invertimos menos de la medida en i+D+I, tanto lo público como lo privado, y corregir esto requiere más reformas”.

A su parecer, existen “dos cuellos de botella” que frenan que se logre: “Hay pocas pymes que consiguen crecer y tenemos pocas empresas medianas y grandes; y el asunto del capital humano. Si se mira a las competencias y habilidades de nuestra fuerza laboral, vemos el efecto de 20 o 30 años de descuido. Una elevada proporción de trabajadores no tiene ni siquiera competencias básicas, lo que condiciona lo que puedes hacer. Es verdad que hay un crecimiento en sectores de mucho valor añadido, pero tiran mucho también el turismo y la hostelería, lo que no va en la dirección” de una alteración del modelo.

No obstante, refiere “cambios que sí que van en la dirección correcta”. “Una de las reformas más prometedoras es la de la FP, la apuesta por tener un mayor porcentaje de jóvenes que terminen estos estudios, sobre todo, los de grado superior”, comenta, para añadir: “Los fondos UE pueden ayudar a la transición digital y a la ecológica, que puede generar bastante empleo de calidad. Pero son procesos a largo plazo y nos falta ambición y coherencia en las reformas”. No duda en afirmar que en concreto “la de la Universidad” es “decepcionante”. “Tenemos muy pocos departamentos líderes y un problema de retención de talento, ahí se está fallando. Si comparamos las condiciones que España está ofertando a jóvenes con buenos estudios, con lo que sucede en otros países europeos, vamos a la cola. La oferta media a alguien joven recién doctorado en el mercado ronda entre los 65.000 y los 70.000 euros anuales y en España, en la pública, se ofrecen 27.000 euros brutos”, aporta.

Jansen defiende que “las transiciones a largo plazo sólo se pueden hacer con estabilidad y consenso, tiene que haber acuerdos de Estado”, lanza. Apunta a Portugal para subrayar que en ese país “políticas como las educativas tienen continuidad desde hace décadas y están mejorando a un ritmo muy superior al de España”. “Tienen un plan, se ponen objetivos y son capaces de poner en marcha reformas a largo -suma-. En España no hay voluntad de pactar, no existen grandes consensos, y esto hace que algo tan esencial como la política educativa, por ejemplo, siga siendo un arma política y esté expuesta a vaivenes continuos. O que en la Universidad siga habiendo precariedad y falta de recursos”, critica.

“En definitiva, ¿estamos ante un nuevo modelo productivo?”, reconduce. “Diría que no, estamos ante transiciones bajo el impulso del cambio tecnológico, que genera oportunidades, sobre todo, vinculadas a actividades digitales, y se van a abrir posibilidades por la transición ecológica, pero se necesitan más reformas. No hay que agarrarse como a un clavo ardiendo a cualquier noticia buena. Falta una clara apuesta por las siguientes generaciones", resume.

Alude a la conjura de sectores "más a la izquierda" para impulsar la reindustrialización, para advertir de que "el futuro no pasa por la industria tal cual", sino "por sectores punteros en conocimiento que no son los viejos sectores industriales". "Hay señales positivas, pero muchos retos por delante y hay que poner sobre la mesa acuerdos transversales entre los grandes partidos", finaliza.

En el Gobierno no han disimulado su satisfacción por los titulares económicos que ha dejado la semana: los datos del mercado laboral del pasado marzo mostraban como los afiliados a la Seguridad Social rozan los 21 millones de personas y el número de desempleados bajó hasta los 2,7 millones, la menor cifra en ese mes desde 2008.

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