NEGOCIACIÓN COLECTIVA

La reforma laboral deja a 52.000 trabajadores sin la cobertura de un convenio

La reforma laboral elimina 100 convenios y deja a 52.000 trabajadores sin su cobertura laboral

No hubo caída al abismo tras el 8 de julio, pero la amenaza sigue pendiendo sobre un número considerable de convenios colectivos. Tres meses después de la fecha en que concluía el plazo de un año fijado en la reforma laboral para renovar los convenios bloqueados, sindicatos y patronal dicen haber parado el golpe. Gracias, aseguran, al acuerdo que firmaron en mayo y que permitía establecer prórrogas, además de acudir a la mediación y el arbitraje para resolver conflictos. De forma que, hasta el pasado viernes, han decaído un centenar de convenios de los 1.682 en peligro, según los cálculos de UGT. Casi 52.000 trabajadores se han quedado sin paraguas laboral. Pero pendientes de renovar quedan aún otros 1.088 convenios, el 64,7% de los denunciados hasta el 7 de julio. Eso se traduce en cerca de 800.000 trabajadores cuyas condiciones de trabajo peligran.

Tanto CCOO como UGT coinciden en que es pequeño el número de patronales o empresas que han dejado morir sus convenios. “De la directiva de la CEOE que en marzo orientaba a sus miembros a dejar caer los convenios para imponer condiciones a la baja, pasamos al acuerdo firmado en mayo, y ahora las negociaciones continúan”, explica el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, a quien no le gusta hablar de convenios decaídos: “El convenio no decae nunca, se sigue negociando”. La siguiente fecha límite para muchos, en cualquier caso, se ha retrasado ahora al 31 de diciembre.

Quizá no se abrió un abismo, pero sí se han levantado muros casi infranqueables en la negociación colectiva de algunas comunidades autónomas. Sobre todo en el País Vasco, donde UGT ya ha anunciado un “otoño caliente”. La coordinadora de Acción Sindical de CCOO, Rita Moreno, asegura que el 76% de los expedientes abiertos en las asesorías legales del sindicato por este motivo corresponden al País Vasco. Mari Cruz Vicente, responsable de Acción Sindical de CCOO en Euskadi, cifra en 300.000 los trabajadores vascos que pueden quedarse sin convenio. Son 68 los acuerdos sectoriales pendientes de negociar, otros 69 los que han decaído, destaca.

Espadas en alto

Y las perspectivas de que el bloqueo se desatasque parecen escasas. “No existe caldo de cultivo para firmar los convenios y recuperar la estructura de la negociación colectiva anterior al 7 de julio”, se queja Maribel Ballesteros, secretaria de Acción Sindical de UGT Euskadi. Ambos sindicatos culpan a las patronales territoriales y al sindicato ELA-STV del conflicto. Les reprochan que compartan el interés en deshacer los convenios provinciales para primar los de empresa.

“Si la condición para firmar un convenio es renunciar al fin de la ultraactividad [que el convenio se mantenga en vigor una vez caducado y mientras se negocia su renovación], por ahí no pasamos”, proclama Jon Etxabe, portavoz de Adegi, la patronal guipuzcoana. “El convenio es un instrumento para que la empresa siga en el mercado, no para que tenga que cerrar”.

Para ELA, que además es el sindicato mayoritario, el problema no está en la ultraactividad, sino en el contenido de los convenios. Y en que, mientras la patronal utiliza el fin de la vigencia de los acuerdos como un “chantaje” para rebajar las condiciones laborales, CCOO y UGT “firman cualquier cosa a cambio de mantener vivos los convenios”.

En los tribunales

El caso es que de los 579 conflictos colectivos que han llegado al Consejo de Relaciones Laborales vasco desde el 7 de julio hasta principios de septiembre, la mayoría se refieren a problemas en la negociación colectiva. Además, CCOO y UGT han acudido a los tribunales en todos y cada uno de los casos en que una patronal ha anunciado que no seguía negociando. Según Rita Moreno, a su asesoría jurídica han llegado un centenar de ellos.

Adegi, no obstante, baja la temperatura del conflicto. “De las rebajas generalizadas de salarios con que amenazaban los sindicatos, absolutamente nada”, resalta Jon Etxabe. Según dice, el 97% de las empresas vascas cuyos convenios han pasado a mejor vida mantiene sus condiciones de trabajo. Eso sí, esas compañías han enviado a sus trabajadores una carta en la que les comunican que su convenio ha muerto, y que pasan a depender de otro superior –más genérico y con peores condiciones–. Pero nada más, precisa. Las que han bajado salarios o aumentado jornadas de trabajo lo han hecho empujadas por la necesidad, para no cerrar, asegura.

No ha sido el caso de los más de 30.000 trabajadores que se han quedado sin su convenio en el transporte por mercancías de Barcelona. Las empresas les han modificado “la estructura de la nómina”, aunque no la cuantía del salario, cuenta el responsable de Política Sindical de UGT en Cataluña, Camil Ros. Ahora su sueldo equivale al Salario Mínimo Interprofesional (SMI)más los pluses necesarios para completarlo. CCOO y UGT lo han denunciado ante el juez.

Bloqueo en Cataluña

Cataluña es otro de los puntos negros de la ultraactividad. Según las cifras de UGT, quedan 208 convenios pendientes de renovar. Juan Carlos Casanovas, secretario de Negociación Colectiva de CCOO en Cataluña, adelanta que este mismo mes hay siete convenios que decaen y hasta el 31 de diciembre corren peligro otros 42. Las negociaciones en el sector del metal, el agroalimentario o el comercio textil están bloqueados, se lamenta Camil Ros.

Para Maribel Ballesteros, el envío de las cartas no es sino un síntoma más de la “individualización” de las relaciones laborales a la que aboca el desmantelamiento de los convenios. Al desaparecer la cobertura provincial, explica la dirigente ugetista, la patronal está dejando a cientos de empresas solas ante sus plantillas, “cuando antes era ella la que se encargaba de negociar”. El 94% de las empresas vascas, recuerda por su parte el portavoz de Adegi, tiene menos de 10 trabajadores. Y, añade Mari Cruz Vicente, de CCOO, son muy pocos los convenios estatales que se pueden aplicar en el País Vasco cuando decae uno provincial.

No obstante, tanto sindicatos como patronales coinciden en que aún no se ha dado el caso de que una empresa deje a sus trabajadores con el SMI tras desaparecer su convenio. Lo que podría ocurrir si no hay marco estatal al que acudir y sólo queda el Estatuto de los Trabajadores como última referencia.

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Tampoco los convenios de empresa

Tampoco en los convenios de empresa la negociación está siendo fluida. De los 1.088 convenios pendientes, 963 son acuerdos de ese nivel. “La mayoría de los conflictos colectivos planteados corresponden a convenios de empresa”, resalta Maribel Ballesteros. Eso sí, afectan a un menor número de trabajadores, 231.000, el 29% de los que tienen su convenio pendiente.

“En mayo las perspectivas en Cataluña eran fatales”, resume Juan Carlos Casanovas, “ahora está claro que el impacto ha sido menor del temido y que la patronal jugó con la ultraactividad para tirar a la baja de las condiciones de trabajo y los salarios”. Jon Etxabe, el portavoz de la patronal guipuzcoana, lo niega y clama contra el “imaginario” sindical: “Pedir la vigencia indefinida de los convenios va contra la ley; estamos ante un escenario nuevo donde la participación de los trabajadores en la gestión de la empresa será mucho más transparente”.

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