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La situación en el PP

El 'aguirrismo' toca a su fin

Aguirre, de espaldas, en un acto de la campaña del 24-M.

Esperanza Aguirre tenía un sueño: ser cabeza de lista del Partido Popular al Ayuntamiento de Madrid para conseguir otro sueño, el de ser la primera alcaldesa electa de la capital. Aunque la idea no le convencía mucho, Mariano Rajoy aceptó, buscó lo que él llama huir del "lío", al menos de cara al 24-M. Sabía lo que es tener al PP de Aguirre en pie de guerra y quería una campaña en paz. Las urnas despertaron del sueño a Aguirre. Es verdad que Madrid tendrá la primera alcaldesa electa de su historia, pero su nombre es Manuela Carmena.

Cuando aceptó que Aguirre fuese la cabeza de lista, Rajoy puso un cortafuegos: si llegaba a la Alcaldía tenía que abandonar la dirección regional del partido. Una forma de curarse en salud en el supuesto de que ésta pudiese esgrimir sus resultados en Madrid como plataforma de lanzamiento para saltar a la política nacional. Pero nada más lejos de lo que sucedió. En Génova interpretan que una campaña muy focalizada en atacar a la ya alcaldesa madrileña, unida a su reacción a las informaciones desveladas por este diario sobre los negocios de su marido, terminaron de hundirla.

Frente a las fotos que los suyos ansiaban, la de la "jefa" –así la llaman– en el balcón de la sede nacional del PPcelebrando el éxito y la de su toma de posesión como alcaldesa, queda la de una líder de la oposición. La de este sábado en el salón de plenos del Ayuntamiento de Madrid, ayudada por Manuela Carmena (Ahora Madrid) a introducir su voto en la urna. En sus horas más bajas no sólo ella se difumina como dirigente política, también los suyos, los aguirristas, empiezan a buscar acomodo en otros sectores del partido o incluso fuera del partido. Como ocurrió con el aznarismo y el gallardonismo, el aguirrismo empieza a agotarse.

Como ya ha informado infoLibre, sectores del PP confían en que Aguirre y los suyos den un paso atrás en las próximas semanas en la dirección del partido en Madrid. De lo contrario, pese a que las fuentes consultadas coinciden en que Rajoy debería tomar las riendas de la formación en Madrid con una gestora antes del congreso previsto para comienzos de 2016, pocos confían en que el presidente vaya a dar este paso. "Si se lo pide el presidente tendrá que hacerle caso, ahora no está muy fuerte y tiene poco poder del que sacar pecho", dice alguien que la conoce muy bien

Su núcleo de fieles, tocado

Que Aguirre ha perdido fuerza no es un secreto. Sus resultados electorales (21 concejales, cuando la mayoría está en 29) han puesto el broche a un proceso en el que vio cómo poco a poco los que crecieron a su sombra se quedaban por el camino. Los escándalos de corrupción han tenido mucha culpa de ello. Hace sólo una semana dos de sus más fieles colaboradores en su etapa al frente de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria y Lucía Figar, renunciaban a sus consejerías, Presidencia y Educación, respectivamente, tras ser imputados en la Púnica. Otro de sus hombres fuertes, Francisco Granados, fue detenido y encarcelado en la primera fase de esta operación. Y atrás también quedaron, arrastrados por la Gürtel,Aberto López Viejo, Benjamín Martín Vasco y Alfonso Bosch Tejedor. La acompañaron en las listas electorales que ella encabezó. Pero son sólo un ejemplo. 

Pese a que ella siempre lo ha negado, quienes la conocen sostienen que en sus años al frente del PP de Madrid no ha habido candidato a alcalde a la Comunidad de Madrid que no haya puesto ella. Y entre los alcaldes también ha habido imputados por corrupción. La Púnica, por ejemplo, se llevó a cuatro de ellos.

Ni siquiera puede tirar de su delfín, Ignacio González. El presidente en funciones de la Comunidad de Madrid está ya en posición de retirada en lo institucional, pero conserva un puesto relevante en el PP de Madrid, la secretaría general. Otro obstáculo para Rajoy, que le borró del mapa de las candidaturas.

El tándem Aguirre-González

"Es una cuestión de estabilidad. ¿Es Aguirre la persona más adecuada para liderar el partido estos meses clave antes de las generales? ¿Es Ignacio González, con un pie fuera de la política y en el punto de mira por el caso de su ático en Estepona, el secretario general idóneo?", se pregunta un diputado regional de la Asamblea madrileña

El escenario, en todo caso, es muy complicado. Si no hay paso atrás voluntario por parte de Aguirre y González, el tiempo que queda hasta el congreso regional va a hacerse muy cuesta arriba para Cristina Cifuentes, la más que posible presidenta de la Comunidad de Madrid gracias a Ciudadanos y, también, la más que posible sustituta de la lideresa al frente del PP de Madrid.

Hasta la fecha, la exdelegada del Gobierno en Madrid no ha querido posicionarse sobre esta posibilidad. "Cuando lleguemos a ese puente, cruzaremos ese río", ha repetido con insistencia cada vez que se le ha preguntado. Pero a nadie se le escapa que si Rajoy apostó por ella como candidata es también porque quiere que sea ella la que encabece la renovación en el PP de Madrid. En el PP hay una tradición no escrita, pero sí establecida, según la cual los presidentes de comunidades autónomas o los líderes de la oposición, si no gobiernan, son los presidentes regionales del partido.

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¿Zancadillas a Cifuentes?

Llegado este momento, una de las incógnitas que se plantean en el partido es si Cifuentes va a encontrar muchas zancadillas en este proceso, como ya ocurrió en el momento de elaboración de las listas electorales y en la campaña electoral que condujo al 24-M, cuando logró, frente a los pronósticos de los aguirristas, más votos que su compañera de tándem. La propia exdelegada del Gobierno en Madrid admitió estas circunstancias en una reciente entrevista publicada por El País: "Me hubiera gustado un poquito más de apoyo, esta es la verdad".

Las fuentes consultadas consideran que pese a que Aguirre se encargó de meter a muchos de sus fieles en la lista de Cifuentes y que muchos de los alcaldes son de núcleo de confianza estos acabarán por tenerse que reposicionarse. "El político es, primero de uno mismo. Y luego, de su jefe. Si Aguirre pierde fuerza y poder, la gente se reubicará", vaticina un concejal electo del PP de Madrid.

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