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Elecciones catalanas 27-S

El PSC resiste como tercera fuerza, pero en mínimos

Ibon Uría

Los socialistas catalanes, capitaneados por Miquel Iceta, no obtuvieron el mejor de los resultados este 27-S: con el recuento prácticamente finalizado, se quedaron en 16 escaños y el 12,70% de los sufragios, un retroceso de cuatro parlamentarios y casi dos puntos porcentuales de voto con respecto a 2012. Es la tercera ocasión, tras 2010 y 2012, en la que el partido marcó un nuevo suelo electoral. Pero logró resistir con unos resultados mucho mejores que los pronosticados por las encuestas hace meses, y también levemente por encima de lo que calcularon los sondeos publicados durante la campaña.

En la nueva configuración del Parlament de Catalunya el PSC será la tercera fuerza por detrás de Ciudadanos, que aventajó en las urnas a los de Iceta en más de cinco puntos y encabezará la oposición a Junts pel Sí con sus 25 diputados. Ese puesto, el de principal alternativa al Govern, fue ocupado por los socialistas ininterrumpidamente entre 1978 y 2010, y sólo en las anteriores autonómicas celebradas, las de 2012 –entonces el PSC cosechó 20 parlamentarios y un 14,43% de los apoyos–, cedieron esa segunda posición en escaños –no así en porcentaje de voto– en favor de ERC, que se les impuso por un asiento en la Cámara.

La candidatura que lidera Iceta logró, eso sí, situarse por delante de Cataluya Sí que es Pot, que en los sondeos siempre aventajó a los socialistas en dos o tres diputados. A la hora de la verdad, sin embargo, la coalición impulsada por Podemos y que agrupa también a ICV, Esquerra Unida –la marca de Izquierda Unida en Cataluña– y Equo estuvo muy lejos de las expectativas que había despertado y también del PSC, que consiguió sacarle unos 150.000 sufragios en toda Cataluña, votos que se tradujeron en un margen de cuatro puntos porcentuales –12,70% contra 8,90%– y cinco diputados –16 a 11–.

Salvar los muebles

Ya a primera hora de la noche, pocos minutos después del cierre de las urnas, el sondeo de TV3 adjudicó a los socialistas entre 14 y 16 diputados. La directora de campaña y secretaria de Organización del PSC, Assumpta Escarp, opinó que la encuesta reflejaba que los socialistas "mantienen posiciones" en "un contexto muy polarizado" en torno al debate de la independencia, al tiempo que admitió que el proceso soberanista ha mermado las filas del partido y ha implicado un "retroceso" en el apoyo al partido.

Con el recuento ya muy avanzado, la segunda valoración de la noche fue por boca del cabeza de lista y primer secretario del PSC, Miquel Iceta. Iceta sostuvo que "el president [Artur] Mas convocó estas elecciones convencido de que habría una mayoría a favor de la independencia" y que "contando los votos, no es así". "Espero que sean conscientes", zanjó. El candidato, que se estrenó en esta cita con las urnas como número uno de su partido, dio la enhorabuena por la victoria a Junts pel Sí y deseó que los vencedores gobiernen "con respeto a la ley", al tiempo que se felicitó por el máximo histórico de participación registrado en estas elecciones.

Sobre sus propios resultados, Iceta afirmó que son "todo un éxito". "Valoramos de forma positiva estos resultados en un contexto de máxima polazación y de competencia con fuerzas emergentes. Creo –agregó– que la campaña nos ha permitido remontar una situación que muchos habían definido como terminal antes del verano". El candidato recordó cómo hubo sondeos que llegaron a dejar al PSC con menos de una decena de parlamentarios y concluyó que, en lo que al encaje de Cataluña y España respecta, "no hay salida que no pase por el diálogo" que "siempre" han defendido los socialistas.

Finalmente, minutos antes de las 11 de la noche y con más del 90% de voto escrutado, compareció en la sede socialista de Ferraz (Madrid) el secretario general y candidato a la Moncloa del partido en las próximas generales, Pedro Sánchez. En una comparecencia sin opción a preguntas y rodeado de las banderas europea, española y catalana, Sánchez opinó que "la principal conclusión" de los comicios es que "aquellos que dijeron que estas elecciones iban a ser un plebiscito, lo han perdido". "La mayoría no quiere la independencia –sostuvo–: quiere un tiempo de diálogo y convivencia".

En ese contexto, Sánchez pidió a quien forme Gobierno que afronte la tarea de "coser las heridas que en estos cinco años se han abierto" en una Cataluña que ahora está "fracturada", porque "tiene que comenzar un nuevo tiempo liderado por la convivencia, la defensa de la legalidad y la estabilidad política". El líder de los socialistas reiteró que han salido derrotadas las "tesis del inmovilismo del PP" y que ha triunfado "el discurso reformista que lideran el PSC y Ciudadanos".

"España es una nación indivisible, diversa y plural. Yo les digo a los catalanes hoy que me comprometo a reconstruir la unidad de Cataluña desde el Gobierno de España. Y a los españoles, les digo que me comprometo a abrir un tiempo de reformas y modernización de España que garantice un periodo de convivencia, prosperidad y desarrollo económico", concluyó.

El PSC resiste en Barcelona

Con más del 97% del voto escrutado en las cuatro provincias catalanas, el PSC es tercera fuerza en todas ellas pero con grandes diferencias en el nivel de apoyo. Sus mejores resultados los logra en Barcelona, donde se alza con el 13,66% de los votos y obtiene 12 de sus 16 diputados –hace tres años consiguió 14–. En esa circunscripción se le han esfumado unos 10.000 votos con respecto a los niveles de 2012, cuando cosechó el 15,40% de los sufragios. En la Ciudad Condal incluso mejora en términos absolutos los registros de hace tres años, al obtener 98.300 votos por los 97.517 de 2012.

En el resto de provincias las cifras de los socialistas son más discretas. En Tarragona se quedan en el 11,81% de las papeletas y pierden un diputado en comparación con las anteriores autonómicas. En Lleida, mientas tanto, mantienen su único diputado con un 8,41% de los votos, pero aventajan en apenas 600 votos a la CUP, que se sitúa cuarta. Ese mismo escenario se repite en Girona, donde el PSC logra un 8,67% de los votos que se traducen en un único representante –en 2012 fueron dos parlamentarios gracias al 10,05% de los votos– y aventaja en apenas 200 votos a la CUP.

Una caída que no se frena

Pese a que los resultados no son todo lo malos que algunos vaticinaban, lo cierto es que en estas elecciones el PSC no logró poner freno a un desplome iniciado en 1999 y que por ahora no ha encontrado su fin. Y es que en 2012, última referencia hasta este domingo, la lista del PSC entonces capitaneada por Pere Navarro logró 20 escaños y un 14,43% de los sufragios.  

Más lejos quedan aún las cifras de esta noche de las obtenidas por elPSC cuando era partido de Gobierno en Cataluña. Los socialistas, aunque nunca fueron la primera fuerza en escaños, consiguieron la mayoría de los votos en 1999 y 2003. En esa última legislatura (2003-2006) y en la siguiente (2006-2010), de hecho, fueron quienes encabezaron el Govern de la Generalitat –con Pascual Maragall en el primer mandato y José Montilla en el segundo–.

El descalabro no se ha detenido tampoco hoy: en 1999 consiguieron 52 parlamentarios, 42 en 2003, 37 en 2006 y 28 en 2010. Ese, el de 2010, fue el peor resultado histórico del partido hasta entonces, y en 2012 se reeditó el negativo logro de empeorar el suelo electoral de la formación. Este domingo, por tercera vez, el PSC marca un nuevo mínimo con 16 escaños, claro que, como recordó el propio Iceta en su comparecencia, hace algunos meses los sondeos les auguraban datos aún peores, con apenas una decena de parlamentarios, camino de la irrelevancia.

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