El futuro de la izquierda

Podemos más IU: ¿Suman, restan o multiplican?

Podemos-IU: la trastienda de un acuerdo imposible

"Plantearon como requisito irrenunciable la conformación de una coalición entre IU Federal y Podemos, en una lógica de acuerdos entre partidos que nunca ha estado en la hoja de ruta de Podemos". Con esa contundencia, el partido liderado por Pablo Iglesias anunciaba en plena precampaña la ruptura de las conversaciones con la vista puesta en las elecciones generales del 20-D. Un final traumático y una relación entre ambas formaciones que se fue desgastando a lo largo de la campaña electoral con acusaciones cruzadas. "La empecé con un mapa de España diciendo no voten ustedes aquí a IU-Unidad Popular porque es votar al PP", aseveró el coordinador federal, Cayo Lara, que acusó de esto, durante un Consejo Político Federal, a "una fuerza amiga".

Sin embargo, tras meses de bloqueo institucional y con la repetición de elecciones en el aire, la posibilidad de Podemos e IU de acudir juntos a las urnas a nivel estatal en un futurible 26-J volvió a ponerse sobre la mesa hace una semana. Así, el pasado 13 de abril, el secretario general del partido morado se mostró partidario de abrir nuevamente un diálogo entre las dos formaciones para explorar un posible acuerdo electoral, aunque reconoció que era "difícil". Una opinión que contrastaba con la de su número dos, Íñigo Errejón, que rechazaba una suma de siglas y seguía en la línea mantenida por el partido cuando se dinamitaron las conversaciones en octubre.

Así, el pasado miércoles se hizo público el cambio de criterio de Podemos, que ahora estaría dispuesto a compartir listas con Izquierda Unida en todo el país, y no sólo en algunas comunidades autónomas. "El acuerdo no está ni mucho menos cerrado", avisaron fuentes de IU a infoLibre, aunque confirmaron que había quedado "consolidada" la postura de que los dos partidos acudiesen juntos a nivel estatal en unas posibles nuevas elecciones. Ante esa apertura de contactos, el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Antonio Hernando, dudó este jueves de que se puedan extrapolar los votos que las dos formaciones consiguieron el pasado 20-D para hacer pronósticos en unos nuevos comicios: "En política, 3+3 no son 6", avisó.

Dirigentes políticos de uno y otro partido barajan tres posibles escenarios electorales a raíz de este acuerdo: que la suma de los votos facilite un aumento de los escaños en el Congreso de los Diputados; que acabe restando, teniendo en cuenta las corrientes internas que rechazan el pacto IU-Podemos; o que multiplique, que consiga movilizar a un electorado que no se había pronunciado el pasado 20-D y que vaya a las urnas con la ilusión de dar el sorpasso al PSOE. infoLibre analiza varios expertos en Sociología y Ciencias Políticas qué escenario parece más plausible. 

Suma de fuerza electoral

La primera hipótesis, la de que la coalición se traduzca en una suma de los votos, plantea la posibilidad de que ir juntos a las elecciones beneficie a ambos partidos ligeramente. Sin ir más lejos, el barómetro de febrero del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) daba a Podemos un resultado ligeramente superior al que habían logrado el pasado 20-D. Así, la formación dirigida por Pablo Iglesias aparecía con una estimación de voto del 21,9%, casi un punto por encima de las generales, mientras que la capitaneada por Alberto Garzón conservaba el 3,7% que había cosechado en las urnas el mes de diciembre.

"Las coaliciones, por regla general, nunca suman en términos absolutos", asevera a este diario Julián Santamaría, catedrático emérito de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y expresidente del CIS. "Este tipo de alianzas explícitas suelen dar un resultado muy regular", añade Fermín Bouza, profesor de la misma materia en la UCM. Así, ambos tiran de historia política para explicarlo: "En 1979, cuando el Partido Socialista Popular de Enrique Tierno Galván se incorporó al PSOE, en los comicios los resultados fueron muy parecidos, no se produjo un incremento significativo", apunta Santamaría en conversación telefónica.

En la misma línea se pronuncia Belén Barreiro, socióloga, directora de la firma MyWord y expresidenta del CIS. "No se pueden hacer esas sumas electorales. No puedes hacer un pronóstico cogiendo los resultados del mes de diciembre y elaborando un reparto de escaños en función a esa suma. Nadie te garantiza que vayas a conservar todo el voto que Podemos e IU tenían", asevera.

Resta: confrontaciones internas

Por ese motivo, tres de los cinco expertos consultados por este diario ven más probable, aunque recordando en todo momento que "lo que se pueda decir ahora, sin datos, es aventurarse mucho", que la suma de fuerzas entre las dos formaciones a nivel estatal reste, es decir, sume menos que el pasado 20-D. "Van a sumar menos yendo juntos que por separado", afirma Barreiro, que utiliza como argumento las reticencias que parte del electorado pueden tener al acuerdo Podemos-IU: "El hecho de que sea una coalición puede llevar a votantes socialistas que votaron a Podemos a no querer esta fórmula y a volver a votar al PSOE. Y votantes de IU, cuya fuerza va creciendo en las encuentas con un trasvase de votos del partido dirigido por Pablo Iglesias, podrían rechazarla en próximas elecciones".

Con esta opinión coincide Bouza, que cree que a una parte de los potenciales votantes de las dos formaciones políticas les puede producir rechazo el acuerdo electoral. Y se atreve a hacer un pronóstico: "Si IU consiguió en los pasados comicios casi un millón de votos, calculo que la mitad, más o menos, podrían buscar acomodo o en la abstención o en algún partido de la extrema izquierda", asegura. Hay que recordar que el partido liderado por Cayo Lara está fragmentado ante la posibilidad de ir de la mano con los de Iglesias a las urnas. Una división que se puede apreciar en cada Consejo Político Federal (CPF) que celebra la formación. A comienzos de mes, por ejemplo, el líder de Izquierda Abierta (IzAb), Gaspar Llamazares, culpabilizó a Podemos del adelanto electoral. "Una coalición 'sui generis' que excluye el nombre de una de las partes: el de Izquierda Unida", escribió en Twitter el dirigente nada más conocerse la noticia.

Sin embargo, esta es una opción que descarta Lluis Orriols, profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid. "Esta era una posibilidad que barajaba Podemos con anterioridad. Pensaba que la marca de IU podía asustar al votante más moderado", señala. Sin embargo, cree que eso tenía sentido cuando el morado era un partido "mucho más transversal y que conseguía superar las barreras ideológicas con su tradicional discurso de 'arriba y abajo'", algo que le granjeaba votantes "del centro izquierda e, incluso, del centro derecha". Sin embargo, el politólogo señala que ahora las encuestas "lo definen como un partido de izquierdas" y que Podemos ya está estructurando "su discurso" hacia ese polo. "Por lo tanto, un acuerdo con IU no asustaría tanto al electorado que tiene o que podría tener", asevera.

Multiplicación: el 'sorpasso'

El secretario de Organización del partido morado, Pablo Echenique, se pronunció en declaraciones a El País justo después de que se hiciese pública la intención de la formación liderada por Pablo Iglesias de comenzar a explorar la vía del entendimiento a nivel estatal. Y aseguró: "La alianza podría dar el sorpasso al PSOE"sorpasso. Ese es, exactamente, el tercer escenario que barajan algunos dirigentes políticos de las dos formaciones de cara a una posible repetición de elecciones el próximo 26 de junio. Que la ilusión de desplazar a los socialistas como representantes de la izquierda en España logre movilizar a gran parte del electorado alrededor de la coalición. 

Los dos expresidentes del CIS rechazan esta posibilidad, aunque vuelven a recordar que estamos "en un ambiente volátil". "Ilusión... o miedo", cuestiona Barreiro. "¿Qué tipo de incentivo o de estímulo puede tener la gente hoy para votar a Podemos que no tuviese en diciembre?", se pregunta Santamaría, que añade que en este momento "la gente tiene menos razones para sentir ningún aliciente con el posible sorpasso del que podría tener durante el mes de diciembre". Bouza, aunque considera que es un escenario que se puede barajar, también lo descarta al considerar que, para que fructificase, sería necesario que se produzca "una comunicación muy buena" entre los dos partidos y los potenciales votantes que genere "ilusión". "Sin embargo, tengo desconfianza porque considero que actualmente las dos formaciones lo están haciendo mal en este sentido", sentencia.

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Orriols, por su parte, cree que es un escenario plausible, aunque no se decanta por ninguna de las hipótesis que hablan de la posibilidad de un incremento del rendimiento en las urnas. "Hace unos meses, el hecho de que Podemos subiese en las encuestas generó un entusiasmo que se convirtió en una profecía autocumplida", explica el politólogo, que vaticina que "el pacto Podemos-IU" también puede "generar ese viraje" y conseguir transformar la "recesión" que parece que vive el partido de Pablo Iglesias en un nuevo "crecimiento".

Sin embargo, el analista electoral Jaime Miquel se muestra más categórico. "La coalición viene a deshacer el empate con el PSOE, pero de una forma arrolladora", asegura el experto, que añade que el partido dirigido por Pedro Sánchez va en dirección a lo que le ha sucedido al PASOK en Grecia, "que ya es un recuerdo del pasado". "Errejón, que era el más reticente porque considera que Podemos pierde la transversalidad, ya es consciente de que los espacios se han ido definiendo y perfilando", añade Miquel, que recalca, en conversación telefónica, que "ya está claro" que el partido de Pablo Iglesias "es el futuro socialdemócrata reponsable español". Y todo ello teniendo en cuenta que "hay una parte de IU que odia más al líder de Podemos que a Rajoy" y que, en unas futuribles elecciones, "se irá al PSOE o se quedará en casa".

Un sorpasso en porcentaje de votos que también auguró este viernes Metroscopia en una encuesta para El País, que da a la coalición Podemos-IU una estimación de voto del 20,8% –la suma de los dos partidos el 20-D era del 24,4%– frente al 20,1% que le da a los socialistas. "Sería, en todo caso, un sorpasso en porcentaje de voto, no necesariamente en número de escaños", añade la compañía demoscópica. Sin embargo Miquel no está de acuerdo: "Aunque la coalición no sume más votos que por separado en diciembre, es suficiente para invertir su situación con el PSOE en términos de escaños", asevera. Una diferencia en el hemiciclo que para el analista electoral puede ser amplia.

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