Aznar alaba ahora la “solidez” de su partido

Desde hace unos años, Mariano Rajoy y su equipo aguardaban con temor el día después de cada convocatoria electoral a la espera de un pronunciamiento de José María Aznar, presidente de honor del Partido Popular y también presidente de FAES, la fundación vinculada a la formación conservadora. Este lunes, tras haber mejorado en 14 los escaños del 20-D, en Génova respiraban aliviados porque Aznar no tenía argumentos para aguarles la fiesta. Y así fue. 

En la inauguración del Campus FAES, ahora incluido dentro de los cursos de verano que la Universidad Complutense de Madrid organiza en El Escorial anualmente, Aznar no tuvo más remedio que dar la enhorabuena a su partido por los resultados. "Lo primero que hay que hacer es felicitar al Partido Popular. Porque ha demostrado una gran solidez y ser extraordinariamente importante para la estabilidad de España", señaló. "Merece su reconocimiento y mi elogio y felicitación", añadió.

Su reacción es opuesta a la de hace seis meses, tras las generales del 20-D. Un día después, Aznar acudió a la reunión de la plana mayor del partido para poner en duda el liderazgo de Rajoy y las políticas del PP reclamando la convocatoria de un congresoconvocatoria de un congreso.

Acto seguido, también felicitó al Partido Socialista. Según señaló, es "una buena noticia" que siga siendo segunda fuerza habiendo evitado el anunciado sorpasso de Podemos.

Tras insistir en la importancia del PP para la estabilidad de España, el expresidente reconoció que hay un problema de gobernabilidad. "Esto requiere acuerdos y negociaciones, altura de miras y generosidad", sentenció antes de desear suerte a Rajoy en este proceso. "Deseo que Rajoy, en las conversaciones que tenga y en los esfuerzos que haga para formar gobierno, tenga éxito, y manifiesto mi apoyo para que ese éxito se pueda concretar lo más rápidamente posible".

Hace sólo un mes, en el Foro Anual de Economistas, acto en el que previamente había intervenido el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, había vaticinado un panorama muy negro para España. Sólo habían pasado 24 horas desde que se conociera que la deuda española había superado, por primera vez en su historia, el 100% del PIB. "Desde el punto de vista económico, político y social, cualquier país cuya deuda supera el 100 por ciento de su PIB se adentra en una espiral de problemas de todo orden de la que es extremadamente difícil salir", sostuvo antes de rematar: "Esto es, me atrevo a decir, difícilmente discutible".

Días después, criticaría la estrategia de Rajoy de polarizar la campaña. Estrategia que ahora, con los resultados en la mano, se ha demostrado acertada, según insisten desde la dirección nacional del PP.

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A juicio de Aznar, España tiene una oportunidad "para conjurar algunas amenazas internas y dar un paso adelante en un escenario internacional confuso, pero extraordinariamente importante respecto a las oportunidades que ofrece".

En su discurso no faltó, no obstante, su clásica reivindicación de la vuelta "a la gran política". "La mejor manera de devolver el crédito a la política española es volver a la gran política, a la política que se gana el respeto, a una política inspirada por las más altas ideas. Porque si jugamos a menospreciar el poder de las ideas, o a creer que es posible hacer política sin ellas, tendremos que asumir las consecuencias", avisó.

"Hoy en Europa está en juego el consenso en el que desde la Segunda Guerra Mundial se han asentado la libertad, el estado de derecho y el progreso económico", añadió, y advirtió que "ese acuerdo fundamental se encuentra resquebrajado y sometido a una estrategia que persigue su ruptura". Frente a ello, sotuvo, "la respuesta debe ser la firmeza frente a los intolerantes y la denuncia de la manipulación populista de la democracia. Pero no será una respuesta suficiente si no significa también la recuperación de la política como encuentro y conversación, como ejercicio de liderazgo y como propuesta inclusiva a la sociedad".