La XII Legislatura

El Gobierno y el PP comprometen el papel institucional de Ana Pastor

El PP compromete el papel institucional de Ana Pastor

Cuando la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, fue propuesta por Mariano Rajoy para este cargo institucional, la reacción de sus compañeros del Partido Popular y de otras formaciones fue bastante positiva. Ponían en valor su gran capacidad de trabajo, su disposición al diálogo y su gestión en una cartera complicada como Fomento. Y señalaban que había sido una de las ministras más discretas del Ejecutivo. Pero había también quien insistía en que su proximidad a Rajoy –es amiga y de su círculo de máxima confianza– le podía generar más de una mala pasada y situaciones complicadas, sobre todo en una legislatura en la que el PP tiene una amplia mayoría en contra en la Cámara baja. La gestión que ha hecho de la repercusión parlamentaria del caso Soria caso Soriaes el último episodio polémico con la presidenta del Congreso como protagonista en los dos meses que lleva en el cargo.

Los grupos de la oposición consideran que la pertenencia de la presidenta del Congreso al partido del Gobierno está contaminando y condicionando su actuación desde que llegó al cargo. El caso Soria, señalan, es un ejemplo de ello. En el PP admiten algún gesto "confuso", pero culpan del clima parlamentario a los otros partidos. "Están en precampaña", se queja un diputado. A las dos actuaciones polémicas en el marco del caso que afecta al exministro de Industria se suman las tensiones que hubo para fijación de una fecha de investidura una vez que el rey ya había hecho el encargo a Rajoy.

Este martes, a las 17.00 horas, el ministro de Economía, Luis de Guindos, comparecerá en la Comisión del ramo en el Congreso de los Diputados para dar cuenta de la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado para 2017 y, posteriormente, atender a las preguntas sobre el nombramiento frustrado de José Manuel Soria como director ejecutivo del Banco Mundial. Precisamente este no es el formato que se acordó por la mayoría de los miembros de la Junta de Portavoces del Parlamento la semana pasada y en el que se volvió a insistir este lunes en la reunión de la Mesa, el órgano de Gobierno del Congreso. Es el formato que interesa al Partido Popular y al Gobierno porque, esquivando el Pleno, la sesión pierde solemnidad y repercusión y el caso Soria se diluye en el orden del día de una convocatoria que no será monográfica.

El pleno acordado que nunca llega

Cuando se conoció que la Comisión iba a ser el martes por la tarde, Pastor no había convocado todavía el pleno al que se había comprometido el jueves por la tarde. Al filo de las 20.00 horas de ese día y después de escuchar el enfado de todos los portavoces parlamentarios de la oposición, la presidenta del Congreso se desdecía respecto a lo que había mantenido por la mañana, negándose a convocar el pleno pese a la petición de todos los grupos salvo el PP, y señalaba que ese pleno urgente se celebraría en la próxima semana (o sea, esta). El motivo para no dar la fecha, según se esgrimió desde la Presidencia del Congreso, era que estaban pendientes de que el Ejecutivo les trasladase la disponibilidad de De Guindos

Dirigentes del PP consultados por infoLibre admiten que la actuación de Pastor fue "confusa". "Si tenía claro que no podía dar la espalda a una petición de la Junta de Portavoces hubiese sido mejor que hubiese convocado el pleno tras la petición y no haberla aplazado unas horas", señala un veterano parlamentario. En todo caso, en el PP atribuyen las presiones de la oposición para que la rendición de cuentas sea en un pleno a un "escenario de precampaña electoral en el que se quiere desgastar al partido con más apoyos en las urnas".

Pero la última palabra no estaba dicha. Un día después, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría Soraya Sáenz de Santamaría, dejó claro que independientemente de lo que hiciesen desde la Presidencia del Congreso ningún miembro del Gobierno iba a hacer acto de presencia en un pleno. Recordó que fue lo mismo que ocurrió en la brevísima XI Legislatura y que así, al menos, iba a seguir ocurriendo hasta que el Tribunal Constitucional no resuelva el conflicto de atribuciones sobre las competencias de un Gobierno en funciones que se planteó antes de la disolución de las Cortes para la convocatoria de las generales del 26J.

Dilatar el tiempo

Con estos mimbres, Pastor llegó este lunes al Congreso de los Diputados y, pese a la insistencia de los grupos, tampoco convocó el pleno. Según dijo, estaba esperando un escrito de Moncloa en el que se precise la disponibilidad para asistir a ese pleno. Un mero trámite si se tiene en cuenta que Santamaría ya dejó claro que la disponibilidad es cero. Al mismo tiempo, desde el Gobierno señalaban que no emitirá esa comunicación que Pastos dijo esperar hasta que no se convoque el pleno. A juicio de los grupos de la oposición, tras este cruce de declaraciones Presidencia del Congreso-Gobierno no hay más que una maniobra para ganar tiempo y convocar ese pleno cuando De Guindos ya haya acudido a esa Comisión.

A esa complicidad entre la presidenta del Congreso, el Gobierno y el partido del Gobierno se sumó este lunes por la tarde Ciudadanos. Si había alguna duda de la salud del pacto entre el PP y el partido de Albert Rivera tras la investidura fallida de Rajoy, la mano que echó Ciudadanos al PP para que De Guindos comparezca en el pleno la despeja. La cita será este martes a las 17.00 horas. En un principio había sido convocada una hora más tarde. La Comisión de Economía tendrá cuatro puntos en su orden del día. El que afecta a Soria es el segundo.

"Hay que tomar decisiones"

Algunos compañeros de Pastor en el PP coincidían este lunes a la hora de señalar que quizá se está desgastando demasiado en algunas decisiones que no requieren semejante desgaste. "No puedes señalar que estás esperando una comunicación del Gobierno para convocar un pleno. Hay que tomar decisiones. Ya sabe de sobra que el Gobierno no se quiere someter el control del Congreso. Pero la potestad de convocar es suya. A la larga, esto mantiene la crisis abierta más tiempo y damos munición a los otros partidos", sostiene un miembro del Comité Ejecutivo Nacional.

En ese sentido, PSOE y Unidos Podemos avanzaron su intención de promover la reprobación de la presidenta del Congreso si no cumplía con su obligación de convocar el pleno urgente que acordó la semana pasada la Junta de Portavoces. 

El portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, advirtió de que si Pastor no convocaba este mismo lunes el Pleno recabará las firmas de los grupos de la oposición para exigírselo una vez más y, si aun así persiste en su actitud, impulsará una iniciativa para reprobarla que implicaría censurarla públicamente. "Que no avergüence el puesto que ocupa y deje de torear al Congreso", sostuvo.

El socialista Hernando también consideró que el TC debe actuar con la máxima celeridad para resolver el conflicto planteado en la XI Legislatura y no descartó volver a recurrir de nuevo al tribunal si se acaba de confirmar la no convocatoria del pleno. Además, los socialistas pretender solicitar la comparecencia de Santamaría en pleno por "mofarse" del control al Gobierno en la rueda de prensa del pasado viernes.

"La delegada del Gobierno en las Cortes"

"No vale la excusa de que el Gobierno ha dicho que no [comparecerá] porque no es el Gobierno el que tiene que tomar la iniciativa, sino la presidenta", añadió Hernando. Ese mismo argumento fue defendido en la reunión de la Mesa los representantes del PSOE en ese órgano, según informa Europa Press. "No es posible que Pastor haya dejado de ser la presidenta del Congreso para convertirse en la delegada del Gobierno en las Cortes. No lo vamos a consentir", insistió.

En términos similares se expresaron los representantes de Unidos Podemos en la Mesa del Congreso. La vicepresidenta cuarta, Gloria Elizo (Podemos), no descartó la posibilidad de promover la reprobación de Pastor, a la que acusó de "blindar y proteger" al Gobierno, mientras que Marcelo Expósito (En Comú Podem), le reprochó que sea una presidenta "de parte" del PP y que no cumpla su función institucional.

Una figura "inexistente"

Fuentes parlamentarias señalan que no existe la figura de la reprobación a un presidente del Congreso de los Diputados en el reglamento de la Cámara. Asimismo, sostienen que se trataría de algo "inédito". El poder legislativo, añaden, es "autónomo". Como ocurre con la reprobación de los ministros, el alcance de este tipo de iniciativas no pasa de lo político, de una reprimenda a la persona a la que va destinada. No implican, pues, que tenga que abandonar su cargo. En todo caso, contribuiría al desgaste de Pastor.

En todo caso, en el PP lamentan que el caso Soria les esté condicionando la campaña electoral en Euskadi y Cataluña. infoLibre ya adelantó que sectores del Gobierno y el partido conservador habían aprovechado el escándalo de este nombramiento frustrado para ajustar cuentas con De Guindos asegurando que el titular de Economía no había facilitado a Rajoy toda la información al respecto. Este mismo lunes, el titular de Justicia, Rafael Catalá, consideró que el único responsable del nombramiento de Soria es el ministro de Economía.

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El primer conflicto: la fecha de investidura

La primera situación polémica a la que se enfrentó Pastor como presidenta del Congreso tuvo que ver con la convocatoria de la fecha de investidura del presidente del Gobierno una vez que recibió el encargo del rey. Una vez hecho el encargo del monarca la competencia para fijar la fecha del pleno era de Ana Pastor. Rajoy recibió el encargo el 28 de julio. Y no fue hasta el 18 de agosto cuando la presidenta del Congreso anunció que el debate se celebraría la última semana de agosto. En este intervalo, desde la oposición se le reclamó –como había hecho el PP cuando el candidato era Pedro Sánchez– que asumiera sus obligaciones y convocara el pleno. Mientras, Rajoy jugaba al despiste dando a entender que podía no aceptar el encargo real si no reunía los apoyos necesarios.

El papel de Pastor quedó desdibujado también en el momento en el que Rivera anunció en rueda de prensa, tras reunirse con Rajoy, que ya sabía la fecha de investidura pero que tenía que esperar a que ella, como presidenta del Congreso, la hiciese pública.

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