Primarias del PSOE

Patxi López propone que el PSOE limite al máximo los pactos con la derecha

Ibon Uría

La candidatura de Patxi López a la Secretaría General del PSOE ya tiene documento político. Antes incluso de que se convoque oficialmente el proceso de primarias y se abra el plazo para reunir los avales, el antiguo lehendakari y presidente del Congreso ha decidido seguir los pasos del ex secretario general Pedro Sánchez y hacer público un texto que, bajo el título Más de 100 razones para unir al PSOE[ver en PDF], propone, entre otras cuestiones, reducir al máximo los pactos con la derecha: deberán "limitarse", dice el equipo de López, a cuestiones como la reforma de la Constitución, la política antiterrorista y la proyección exterior de España.

La política de alianzas es uno de los debates fundamentales en torno a los que ha girado la actual crisis del PSOE, una cuestión "pendiente" en palabras de Patxi López. El equipo del exlehendakari rechaza que la cuestión pueda resolverse respondiendo a la pregunta de si el PSOE "debe mirar más al centro o más a la izquierda". "Ni una cosa ni la otra, creemos en un PSOE autónomo y sin complejos que no mire a su izquierda ni a su derecha, sino a la mayoría de la sociedad", replica, pero plantea que con la derecha sólo puede haber acuerdos en cuestiones que afecten a "las reglas de juego democrático" o a "la garantía de la convivencia".

Por si quedaban dudas, el equipo de López recalca que "pactar los presupuestos no forma parte de este planteamiento" y defiende un socialismo "exigente, moderno y mayoritario" que presente un proyecto claramente diferenciado del PP. Por eso no puede apoyar sus cuentas para 2017, "porque los presupuestos definen un proyecto de país, sus objetivos, sus prioridades; y los objetivos y prioridades del PSOE son muy distintos a los de la derecha –argumenta–. Y pactar la reforma laboral, por poner otro ejemplo, tampoco (...) porque el PP quiere competir con salarios bajos". Y el PSOE, zanja, "con innovación y talento".

Este rechazo a pactar con los conservadores no implica que acepte automáticamente una alianza a la izquierda del PSOE. De hecho, el documento deja claro que los socialistas no pueden necesitar "referirse a otros para identificar su espacio" y que, si no son "la muleta que atempera la gestión dolorosa de la derecha", tampoco pueden convertirse en "una minoría más en una suma confusa de minorías de izquierda". ¿Cuál es entonces el modelo para el partido? Un PSOE "autónomo", que busque "el respaldo de las mayorías para gobernar", que "entre Hollande y Corbyn" elija al alemán Martin Schulz y su izquierda "nítida" y "eficaz".

Un líder sin "oposición sistemática"

Si el viraje traumático del no es no a la abstención ha sido el acontecimiento clave de puertas afuera para entender la deriva del PSOE en el último año y medio, la división interna ha sido el quid de la cuestión interna. Patxi López lleva semanas presentándose como el candidato de la unidad, el mejor para coser entre los extremos que, a su juicio, representan la andaluza Susana Díaz y el exlíder Pedro Sánchez. De ahí su lema de campaña, Con Patxi ganamos todos, el título de su documento, Más de 100 razones para unir al PSOE, y de ahí que buena parte del texto esté dedicado a la cuestión interna.

López afirma que unir al PSOE es "el primer reto", que no tiene sentido un partido "en primera persona del singular", que no se puede enfrentar a las bases con los dirigentes ni exigir uniformidad a los disidentes. "Fraternidad y lealtad, respeto a las diferencias e incorporar a lo diverso en un proyecto común suficientemente motivador", receta el exlehendakari. "La unidad hay que practicarla", resume, de modo que, si gana las primarias, se propone contar con los equipos del resto de aspirante. Y, además, defenderá en el Congreso Federal que los perdedores colaboren "lealmente" con la nueva dirección y renuncien "a organizar una oposición interna sistemática".

El actual diputado por Bizkaia critica a quienes "justifican sus propuestas de cambio con una descalificación general" a la historia del partido y a quienes plantean un "falso dilema entre la democracia representativa y la democracia directa en el partido". Pide así un PSOE donde "en el día a día" elijan los órganos y en "ocasiones importantes" la militancia, que remedie la "endogamia excesiva" de los últimos tiempos, no deje a "ningún militante sin voz y ningún cargo sin control", no caiga en "asamblearismo estériles" ni "cesarismos" y que sea, en definitiva, un partido "más abierto, poroso, ágil, democrático y tecnológico".

En el terreno de lo concreto, la candidatura de López propone una serie de medidas: introducir una segunda vuelta en las primarias, que los pactos de Gobierno o acuerdos de coalición se sometan al voto de la militancia –como ya planteó Sánchez–, que las consultas a las bases tengan que celebrarse siempre a propuesta del Comité Federal o del 20% de afiliados, reactivar las Casas del Pueblo con una Secretaría de Dinamización de Agrupaciones Locales, celebrar una convención anual para que la militancia pueda votar en órganos representativos el trabajo de la Ejecutiva y los planes futuros, y que las mociones de censura al secretario general deban refrendarlas las bases.

Finalmente, propone celebrar una conferencia programática en la primavera de 2018 y que el 39º Congreso Federal –previsto para el 17 y 18 de junio– mandate a la nueva Ejecutiva a presentar un Plan Nacional contra la Corrupción ante las Cortes Generales y a elaborar sendos planes estratégicos para aumentar la militancia del partido –los socialistas han perdido más de 50.000 afiliados desde 2009, especialmente en la etapa de Rubalcaba–, mejorar la acción política en las grandes ciudades, promover el trabajo en el ámbito rural y actualizar las capacidades y técnicas electorales del partido.

Un guión conocido

Por lo demás, el conjunto de medidas políticas y económicas planteadas por López –que fue miembro de la Ejecutiva de Sánchez– recuerda a los últimos programas socialistas. En lo económico, por ejemplo, se plantea la derogación de la reforma laboral del PP –"no valen medias tintas ante la reforma laboral del PP: hay que tumbarla", afirma en su documento político–, de la reforma local y del actual índice de revalorización de las pensiones. Además, defiende el Ingreso Mínimo Vital propuesto por el PSOE y se abre a estudiar una "banca pública solvente que acompañe inversiones estratégicas para el país".

También se propone una reforma fiscal que logre aumentar la recaudación gravando más la riqueza y menos la renta, con el foco puesto en la fiscalidad verde, y una homogeneización de los tributos cedidos a las regiones para acabar con el dumping fiscal de la Comunidad de Madrid, reivindicación que ya llevaron los líderes socialistas a la última Conferencia de Presidentes. López aboga igualmente por legislar para que las empresas destinen el 5% de los beneficios que repartan a "sistemas de participación económica de los trabajadores", por eliminar el impuesto al sol y por destinar más medios a la lucha contra el fraude, entre otras cuestiones.

En el terreno de los derechos sociales, apuesta por derogar la LOMCE, establecer la gratuidad de los libros de texto en las etapas de escolarización obligatoria, sacar la religión del horarios y el currículo escolar y recuperar Educación para la Ciudadanía. López quiere garantizar la sanidad pública como derecho constitucional,establecer el "derecho a morir serenamente" e incluir, también en la Carta Magna, la defensa de los Servicios Sociales. Derogar la Ley Mordaza, limitar los aforamientos, suprimir el voto rogado, denunciar los acuerdos con el Vaticano, recuperar la reforma del aborto de 2010 o bajar el IVA cultural son otras de sus promesas.

No hay grandes novedades tampoco en el capítulo del modelo territorial. La declaración de Granada –aprobada en 2013, ver en PDF– sigue siendo el documento al que se agarra el PSOE, y también Patxi López. "La solución –sostiene– está en la reforma constitucional en clave federal, reconociendo singularidades". Otros elementos de esa reforma serían una nueva financiación autonómica, una clarificación del reparto competencial y una modificación de arriba abajo del Senado, para que se convierta en la Cámara de cooperación federal. La sociedad catalana, destaca el documento, sería llamada a un "doble refrendo" de esta propuesta: votaría "junto al resto de los españoles" la nueva Constitución y, de manera singular, la "adaptación" del Estatut catalán al nuevo marco.

Más sobre este tema
stats