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La gran paradoja del 21A: un Parlamento más soberanista, una ciudadanía menos independentista

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¿Les parece descabellado...?

Mariana Jiménez

Cuando buscamos en la Wikipedia la palabra 'conspiración' encontramos que es un sustantivo femenino que significa acuerdo secreto contra algo o alguien, especialmente contra el estado o el soberano. Medrar para hacerse con los bienes del prójimo en un simple escenario de supervivencia o incluso para hacerse con el poder político de la comunidad está unido a nosotros desde el comienzo de la Historia. ¿Acaso Juana estaba realmente loca?

Me gustan los thrillers, me gusta Hitchcock y soy terriblemente escéptica. Por cierto, sin ánimo de hacer un spoiler en Todos lo saben, jamás hubiera supuesto que tuviera una trama tan previsible. Yo soy de las que me quedo con aquella frase que dice: "Cuando tu madre te dice que te quiere, verifícalo".

Cuando leo un titular que dice que China está al frente de la expedición que tiene como objetivo conquistar la cara oculta de la luna, pienso que con qué rapidez se han olvidado de la otra cara.

El otro día descubría estupefacta que si bien la portada de la versión impresa del The New York Times o del China Daily es la misma para todos los lectores, la portada de la versión en línea es diferente para cada usuario. Los algoritmos que determinan el contenido que vemos están basados en inteligencia artificial. Así que no nos queda otra que ser inconformistas con la información que recibimos.

Tampoco nos podemos fiar de la 1ª teoría conspiranoica que nos encontremos. Esta también debemos de ponerla en tela de juicio. Bueno, lo de encontrarla es un decir, ya que generalmente las webs en las que podemos encontrar este tipo de noticias tiene un mal posicionamiento SEO. Si no, les invito a que busquen el vídeo sobre la demolición controlada del World Trade Center que realizan un grupo de expertos en diferentes temáticas: física, ingeniería, arquitectura… Parecer parece ciencia, pero quizás sea especulación, permitámonos pues, la duda.

Cuántas veces no habrán escuchado eso de que los secretos de estado deben quedarse como están: “en secreto”. Nos amedrentan con que la democracia podría volatilizarse. Es algo así como lo de la infidelidad, que no me los ponga (los cuernos), y si me los pone que no me entere y si me entero que no me importe. ¿Creen ustedes que en el siglo XXI nos podemos aferrar a la seguridad?

Siguiendo con el tema del matrimonio, la tasa actual de divorcio alcanza ya el 50%. Una de cada dos de las parejas que contraen… ¿Y quién tiene hoy en día un trabajo seguro? ¿Salimos a la calle a preguntarlo? La realidad es otra muy diferente. O huimos de la burbuja de la seguridad o estaremos continuamente frustrados. La especie que sobreviva será la que mejor se adapte al cambio. Y entonces ¿vamos a buscar la seguridad en el Estado? Sinceramente, no creo que conocer determinados secretos creara una ecatombe.  Y sí, si sigo creyendo que la información es poder.

Todo lo anterior iba a colación de que tengo mi propia teoría. Supongo que a alguno de los lectores también se les habrá pasado por la cabeza. Mi teoría es sobre el gobierno de Sánchez. La derecha en España no pasaba por el mejor de sus momentos en la segunda legislatura de Rajoy. Además, el problema de Cataluña había transcendido más allá de nuestras fronteras y la gestión del 1-O no salía bien parada.

Las técnicas de persuasión se basan en muchas ocasiones en conocer las necesidades, los anhelos del otro. Si no eres cauto, puedes estar perdido. Pues bien, nos han contado que Sánchez tenía un gran deseo: “ser presidente” y Begoña “presidenta”. Creo recordar que es la primera vez que José Mota en su sketch de nochevieja inmortaliza a la mujer de un presidente. Por otro lado, parece lógico que fuera Sánchez, el líder en la oposición, quien tuviera este deseo.

Rajoy podía haber dimitido y entonces la vicepresidenta se hubiera hecho con el Gobierno, pero —y siempre hay un pero— el PP estaba tocado, tocado, tocado, aunque aún no hundido. Si Rajoy no dimitía entonces Sánchez sería presidente, pero no un presidente cualquiera, sino algo así como un presidente consorte al que no iban a dejar hacer gobierno. Mientras tanto el PP se podría recomponer. Soraya y el PP saldrían fortalecidos con las primarias y con el 155, ahora, en el campo del PSOE. Soraya, la auténtica lideresa en la oposición, una mujer válida, hecha así misma, a pesar de los intentos de denostación por algunos de los sectores de su partido, con unas ideas de derechas no tan castas, todos los requisitos necesarios para anular a Albert y a Sánchez. ¿Han oído hablar ustedes de ese fenómeno que se llama eclipse solar doble? Pues algo así.

Pero los cálculos no salieron bien… ¡Ay, Villarejo, cuánta falta nos haces! Y es que yo no quiero ver una pelea de gatas ni de lejos. Algo se truncó y al final en lugar de la niña de Rajoy nos encontramos con el niño de Aznar y alguien se preguntó: ¿Y ahora qué hacemos? A juzgar por los acontecimientos aún se lo siguen preguntando.

Mientras tanto Sánchez cumplió su sueño, pero no le dejaron hacer gobierno y nos han estado enredando mucho, pero mucho, mucho, con lo del cambio de ubicación del féretro. Si Sánchez hubiera estado bien asesorado habrían delegado tan precisa misión en Funerarias el Salvador, que tengan por seguro les habría dado una solución y económica, que en tiempos de crisis, la pela es la pela.

Y digo yo: ¿Les parece plausible o más bien un cuento chino?

¡Ay, mísera de mí y ay, infelices! ________________

Mariana Jiménez es socia de infoLibre

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