EL FUTURO DE LA MONARQUÍA
El archivo de la Fiscalía acerca un poco más el regreso del rey Juan Carlos a España
El regreso del Rey emérito a España desde Emiratos Árabes Unidos (EAU), donde se instaló en agosto de 2020, está un poco más cerca después de la decisión de la Fiscalía del Tribunal Supremo de archivar las diligencias abiertas contra Juan Carlos I. Tendrán que ser ahora Zarzuela y Gobierno quienes decidan cuándo y en qué condiciones se produce, según informa Europa Press. Desde que el 3 de agosto de 2020 se anunció que abandonaba España, el antiguo monarca ha aprovechado todas las ocasiones que se le han presentado, principalmente a través de los amigos que le han visitado en Abu Dhabi o con los que sigue hablando telefónicamente, para hacer saber su deseo de poder regresar.
No obstante, Juan Carlos I era muy consciente de que hasta que no se despejara el panorama judicial que tenía ante sí, con tres investigaciones abiertas por parte de la Fiscalía, esto no sería posible, y ello pese a que a finales de 2020 y principios de 2021 procedió a dos regularizaciones fiscales para facilitar las cosas.
Cuando se produjo su marcha, el Rey emérito estaba ya en el punto de mira de la justicia. En realidad, su situación comenzó a torcerse primero con el fatídico accidente de caza en Botsuana en 2012 y su lacónico "lo siento mucho, no volverá a ocurrir" y su relación con Corinna Larssen. Tras su abdicación en junio de 2014 las cosas se fueron precipitando, pero la puntilla fue la noticia publicada por el Sunday Telegraph el 14 de marzo de 2020 sobre un generoso regalo millonario a Juan Carlos I por parte de Arabia Saudí. Esto llevó a que Felipe anunciara el 15 de marzo que retiraba su asignación el Rey emérito.
Fundación Lucum y fundación Zagatka
Un año antes, en Zarzuela se habían recibido dos cartas del bufete británico en el que trabaja el abogado de Corinna Larssen informando de que Felipe y la princesa de Asturias figuraban como segundo y tercer beneficiarios de la Fundación Lucum, creada en 2008 por el entonces monarca para ocultar la donación de 100 millones de dólares que le habría hecho Arabia Saudí. Ante estos hechos, el rey y la princesa de Asturias procedieron a una declaración ante notario el 12 de abril de 2019 en la que renunciaban a cualquier herencia que pudiera legarles Don Juan Carlos, si bien no fue hasta marzo de 2020 cuando se hizo pública esa decisión.
De forma paralela, en marzo 2019 Álvaro de Orleans-Borbón, primo lejano de Juan Carlos, negó ser el "testaferro" del Rey emérito y aseguró que los fondos de la Fundación Zagatka, creada en 2003 en Ginebra, eran suyos y que su objetivo era poder ayudar a las familias reales que lo necesitaran. Desde Zarzuela se aclaró que Felipe desconocía "por completo" que fuera beneficiario de dicha fundación y se informó de que ante notario él y la Princesa Leonor se habían desmarcado por completo de cualquier vínculo que pudiera haber con la Fundación Lucum.
Tres investigaciones
Así las cosas, en junio de 2020 la Fiscalía del Supremo iniciaba las diligencias diligencias respecto al supuesto cobro de comisiones por el rey emérito por la concesión del AVE a La Meca a empresas españolas.
Con el rey emérito ya exiliado, en noviembre se abrieron dos nuevas investigaciones. La primera, por el uso por parte de Juan Carlos y otros familiares de tarjetas 'black' sufragadas por un empresario mexicano y la segunda relacionada con la existencia de una cuenta con 10 millones de euros a nombre del rey emérito en la isla de Jersey, un paraíso fiscal.
Ahora, la Fiscalía ha decretado el archivo de todas las diligencias y, según resalta su abogado, Javier Sánchez-Junco, tras concluir que no "existen circunstancias que permitan apreciar la existencia de ilícito alguno imputable" al antiguo monarca "o conducta que sea susceptible de reproche penal".
El abogado ha dicho que informará a Juan Carlos I de lo sucedido y la próxima semana dará a conocer tanto las "valoraciones" respecto al archivo como "las decisiones" que este "pueda tomar", en aparente alusión a su regreso a España.
Debate sobre el regreso
La noticia después del pasado verano de que la Fiscalía tenía previsto archivar las diligencias hizo que en la recta final del año se precipitaran los rumores sobre un inminente regreso del rey Juan Carlos y se especuló incluso con que pudiera hacerlo para pasar la Navidad en España. Desde el Gobierno se ha insistido en todo este tiempo en que el antiguo monarca era libre de regresar igual que lo fue de marcharse, situando la responsabilidad de la decisión en el propio Juan Carlos y en particular en la Casa Real y Felipe VI.
Al margen de ello, y a sabiendas de que la Fiscalía iba a archivar las investigaciones, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha mostrado partidario de que el rey emérito dé "explicaciones" a los españoles por sus conductas.
En Zarzuela, no se ha pronunciado en todos estos meses de nada relacionado con la situación judicial del que fuera rey. El actual monarca tampoco dio ninguna pista en su último mensaje de Navidad, cuando ya eran sonoras las especulaciones con que el regreso podía ser inminente y se hablaba de posibles lugares de residencia.
Felipe VI marcha distancias
Desde que en marzo de 2020 retirara la asignación a su padre y su posterior marcha a Emiratos, Felipe ha tratado en varias ocasiones de marcar distancias con la conducta mantenida por su padre, reivindicando su apuesta por la transparencia desde su llegada al trono. Así, en su mensaje navideño de 2020 sostuvo que los principios éticos y morales "nos obligan a todos sin excepciones" y "están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales o familiares", en aparente alusión a los problemas de su progenitor con la justicia.
En su último mensaje, también hizo una mención velada. Las instituciones, dijo Felipe, incluyendo entre ellas a la Casa Real, deben asumir las obligaciones que les han sido encomendadas, "respetar y cumplir las leyes y ser ejemplo de integridad pública y moral".
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En la carta en la que Juan Carlos informaba a su hijo de su decisiones de trasladarse fuera de España, le explicaba que lo hacía "ante la repercusión que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada" con el fin de "contribuir a facilitar el ejercicio de tus funciones, desde la tranquilidad y el sosiego que requiere tu alta responsabilidad".
El rey emérito era consciente de que los señalamientos hacia su persona podían afectar el reinado de su hijo e incluso a la Corona, algo que ha mantenido mientras ha permanecido en Abu Dhabi, donde tiene como anfitrión al príncipe heredero del país, Mohamed bin Zayed.
En sus conversaciones con la periodista francesa Laurence Debray, que en octubre publicó el libro Mon roi déchu (Mi rey caído), Juan Carlos reconoció que hay personas contentas con que esté en Abu Dhabi y que desde allí es una figura menos incómoda para su hijo. "Desde aquí no molesto a la Corona", le dijo a esta.