La XIV Legislatura

La cúpula del PP no se da por aludida por las presiones internas para desbloquear la investidura de Sánchez

El presidente del PP, Pablo Casado, saluda a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

La primera vez que Pablo Casado dijo de forma muy clara que Pedro Sánchez no puede mirar al Partido Popular a la hora de formar gobierno fue la semana pasada en Zagreb (Croacia). En declaraciones a los periodistas en el marco del congreso del PP Europeo, el jefe de los conservadores cerró la puerta al presidente del Gobierno en funciones de cara a su investidura. No obstante no retiró su oferta de llegar a acuerdos puntuales a lo largo de la legislatura siempre y cuando no se ubique fuera de la Constitución y la ley. Este lunes, en el acto institucional con motivo del Día internacional contra la violencia de género en la Comunidad de Madrid, volvió a insistir: "Represento a un partido que no puede ser humillado", dijo quejándose de cómo Sánchez está tratando al PP desde el 10N, no respondiendo ni siquiera a la llamada que él mismo le hizo la noche electoral.

El líder del principal partido de la oposición no es ajeno al debate interno que hay en su partido sobre cuál debería ser ahora su forma de actuar con un ramillete de opciones que irían de la abstención, al gobierno de coalición pasando por un "gobierno de concentración". Pero con sus últimas declaraciones se desmarca de todas ellas.

Sin pedir unidad de mensaje

Fuentes de la dirección nacional del PP destacan que en Génova –la sede del PP nacional– no preocupan las voces que se desmarcan de las directrices de Casado y que en el último Comité Ejecutivo Nacional no se pidió unidad de mensaje en lo que tiene que ver con la formación de gobierno porque no se consideró una prioridad. 

Al líder de los conservadores no le inquieta, señalan las mismas fuentes, que desde sectores de su partido se hable de coaliciones, grandes coaliciones o abstenciones. En todo caso, defienden, esto es una muestra de que el PP es un partido plural y que hay "debate". Pero además de plural, es un partido "jerárquico" y las decisiones sobre la estrategia recaen sobre Pablo Casado.

En declaraciones a la prensa en la sede del Gobierno regional, el líder del PP defendió que ni pactar un Gobierno de coalición ni una abstención supondría una garantía de que Sánchez ha cambiado y se les podría volver en contra. Una forma de dar respuesta a quienes desde su propio partido han defendido fórmulas para evitar que Pedro Sánchez pacte con Unidas Podemos y con los independentistas por una cuestión de "responsabilidad y sentido de Estado".

Álvarez de Toledo, Feijóo, Aznar...

Dos días después de las generales, cuando Sánchez y Pablo Iglesias (Unidas Podemos) ya habían dado sus primeros pasos para el principio de acuerdo, la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, abogada en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional por un Gobierno de concentración PP-PSOE-Cs. 

Por su parte, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha considerado que Casado debe hablar con Sánchez si este último quiere hacer una política de Estado. Y el expresidente José María Aznar, considerado uno de los referentes políticos del líder del PP, ha abogado por una gran coalición sin el jefe de los socialistas al frente de la misma.

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"Una gran coalición es cuando dos soluciones se unen para resolver un problema. En este caso, después de lo que he explicado, Pedro Sánchez es el problema y que el Partido Popular le hiciera presidente sería hacer presidente a un problema haciendo que la solución dejara de ser la alternativa", sostuvo. "El PP no puede ser cómplice de una negociación en la que se ponga en almoneda el orden constitucional y el sistema de la Transición; nuestra responsabilidad es ser alternativa a este Gobierno", añadió.

El PP, dijo, no podría sentarse en el banco azul del Congreso de los Diputados [el destinado a los miembros del Gobierno] "con un presidente que está blanqueando a los independentistas". Y tampoco podría abrirse a una abstención. Porque nada impediría que Sánchez pactase "presupuestos y políticas de gobernabilidad con quienes le hicieron presidente en la moción de censura"

¿Cabe la posibilidad de que todo lo que está diciendo ahora Casado quede en papel mojado si Sánchez se aparta? La sensanción en el entorno del líder del PP es que su postura no va a variar un ápice porque Sánchez se ha encargado de "quemar todas las naves", de "romper todos los puentes". Que a él no le va a "traicionar" la hemeroteca porque lleva meses diciendo lo mismo.

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