Compromís
Romper con Sumar o ampliar alianzas: el eterno debate sin resolver de las dos almas de Compromís
La negligente gestión de la dana por parte de la Generalitat de Carlos Mazón que llevó a los partidos del Gobierno central y sus aliados parlamentarios a crear una comisión en el Congreso —en respuesta, a su vez, a las que el PP impulsó tanto en el Senado como en las Cortes valencianas, donde la derecha tiene mayoría— ha provocado el enésimo cisma en la izquierda, en este caso con Compromís y Sumar como protagonistas y damnificados. La exclusión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de la lista de comparecientes de la comisión presentada por Sumar fue el detonante de la crisis; mientras Compromís quería llamarlo para que diera explicaciones, el resto de formaciones que integran la coalición de Yolanda Díaz se opuso de manera tajante.
Una decisión que provocó el enfado mayúsculo de Compromís, que defiende que debe tener la última palabra sobre "asuntos de estricta obediencia valenciana". Ante la falta de acuerdo, el grupo plurinacional decidió no presentar su lista de comparecientes. Este último desencuentro ha dividido, a su vez, a la coalición valencianista, conformada por varios partidos, que difieren sobre el tipo de relación que han de tener con otras fuerzas políticas en el marco de la izquierda confederal. Dos almas enfrentadas.
El martes, tras reunir a sus respectivas direcciones, la ejecutiva del partido mayoritario, Més-Compromís —a la que pertenecen figuras como la de Joan Baldoví o la diputada Àgueda Micó—, aprobó por unanimidad romper con el espacio confederal que lidera Yolanda Díaz y abandonar el grupo parlamentario de Sumar "para garantizar la capacidad de defender los intereses valencianos". Un posicionamiento que se produjo tras cuatro horas de debate interno y después de que otro partido de la coalición, Iniciativa —antaño liderado por Mónica Oltra y con Alberto Ibáñez como principal cara visible en la Cámara Baja—, aprobara, también por unanimidad, "continuar el trabajo dentro del grupo parlamentario plurinacional en el Congreso", una postura también compartida por el tercer partido, Els Verds. Dos posiciones, a priori, irreconciliables.
La ejecutiva de Compromís tendrá la última palabra
Los partidos de la coalición deberán verse las caras en el órgano de dirección de la coalición, que tendrá que tomar una decisión en un sentido u otro. Esa ejecutiva es el "único espacio desde el cual seguir buscando una solución consensuada ante el veto vivido con la comisión de investigación sobre la dana en el Congreso", según trasladó Més en un comunicado. Pese a decantarse por romper con Díaz, la dirección del partido de Baldoví mantiene "su compromiso con la estabilidad del Gobierno de coalición del Estado, la aprobación de medidas progresistas y la defensa del programa electoral con el que concurrió a las elecciones generales".
Por su parte, desde Iniciativa apuestan no solo por continuar en el grupo plurinacional sino por "ampliar las alianzas" con otros actores políticos de cara a los próximos comicios autonómicos, como Podemos e Izquierda Unida. El partido cree que lo imprescindible es "echar al PP de Mazón y articular una mayoría progresista". Una postura que la dirección de Iniciativa trasladará también en la ejecutiva "para seguir buscando una solución consensuada", indican en su comunicado. En los órganos de dirección de Compromís las decisiones deben adoptarse por consenso y, si no hay acuerdo, se entenderá que la alianza con Sumar sigue.
Esa ruptura perjudicaría, todavía más, las expectativas del socio minoritario del Gobierno en un momento de debilidad interna y tras la abrupta salida de Podemos en diciembre de 2023. La portavoz de Sumar en el Congreso, Verónica Martínez, aseguró este miércoles que van a poner todo de su parte para que este desacuerdo con Compromís se solvente con un pacto "más satisfactorio" para todas las partes. "Evidentemente confío en que sí se solucione", afirmo, "desde la convicción de que vamos a estar, en todo caso, negociando para que esa solución se produzca". El líder de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, también se mostró esperanzado de que al final haya "una pronta y buena resolución" a esta crisis interna.
Dos almas con prioridades opuestas
Las raíces de este conflicto interno no son nuevas, sino que se encuentran en la propia alianza con los de Díaz en las generales, que les otorgó dos escaños en Madrid: el de Àgueda Micó, secretaria general de Més-Compromís, y el de Alberto Ibáñez, coportavoz de Iniciativa. Aunque cuentan con un diputado más que la pasada legislatura, dentro de Més creen que están "más invisibilizados" ahora que en los últimos cuatro años. Unas acusaciones de las que se defienden fuentes de Iniciativa bajo el argumento de que ahora el contexto es diferente al de hace una década y, por consiguiente, su papel actual en Madrid es diferente al de Baldoví. "No es tan importante salir en los medios, que solo ponen el foco en las polémicas, como conseguir contrapartidas y mejorar la interlocución sectorial como hacen ERC, Bildu o el PNV", razonan.
La facción mayoritaria de Compromís apuesta por abandonar el grupo parlamentario de Sumar
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El sector de la organización encabezado por Més, lleva tiempo reclamando más autonomía respecto de Sumar y reclamando contrapartidas para mantener su apoyo al Ejecutivo. Los nacionalistas valencianos quieren exhibir que cuentan con independencia —evitaron involucrarse desde el primer momento en la creación de Sumar— y demostrar que ellos son la formación "fuerte" del espacio al contar con una "marca consolidada". La otra pata de la coalición considera, sin embargo, que no hubieran obtenido los dos diputados en el Congreso si no hubieran ido en coalición con Sumar y consideran que el grueso del electorado de Compromís no prioriza tanto los asuntos "nacionalistas" en las generales, aludiendo al voto dual que se da habitualmente.
Desde Més también consideran que ni la vicepresidenta segunda ni el grupo parlamentario de Sumar han priorizado en ningún momento la "agenda valenciana", con cuestiones como la financiación autonómica, la oposición a la ampliación del Puerto de València o el Tren de la Costa. "Sumar es dócil con el PSOE, su objetivo lo exige. El de Compromís debería ser otro", razonan desde el sector más nacionalista de la coalición. En Iniciativa rechazan esa máxima y, aunque admiten que Díaz se ha diluido, creen que es tan "valencianista" luchar por el derecho civil que por "condiciones dignas" para la vivienda.
Así, desde el partido de Ibáñez creen que, ante la falta de acuerdo, prevalecerá el "statu quo”, es decir, que mantendrán la alianza con Díaz hasta que, al menos, acabe la legislatura. "Reclaman el statu quo. Que nadie toque nada, aunque todo se derrumbe, porque si hacemos números, si hacemos cálculos, saldrán perdiendo", razonan desde Més, que creen que "ahora no es el momento de caer" con todo lo que está ocurriendo, en referencia a la precaria situación de Carlos Mazón, y consideran que sí se llegará a un acuerdo "in extremis".