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TENSIONES ENTRE LOS SOCIOS DE GOBIERNO

Los seis incendios sofocados por PSOE y UP en la comisión de seguimiento: del 'sí es sí' al gasto militar

Pedro Sánchez, Ione Belarra, Irene Montero y Nacho Álvarez, este miércoles en Madrid.

Cuando echó a andar la coalición en enero de 2020, el Ejecutivo se esmeró por dotarse de las herramientas necesarias para salvaguardar la travesía de una fórmula de gobierno novedosa desde la II República. Nadie ignoraba por entonces que la convivencia en el Consejo de Ministros entre dos formaciones como el PSOE y Unidas Podemos podría resultar tormentosa por momentos. Y bajo ese planteamiento se creó la llamada Comisión Permanente de Seguimiento del Acuerdo de Coalición. 

Esta misma semana, la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz ha solicitado una reunión urgente de la misma tras el choque frontal entre socios a cuenta de las inversiones millonarias comprometidas para Defensa en la nueva hoja de ruta de la OTAN. El primer paso ha sido la aprobación de un crédito extraordinario del Fondo de Contingencia de 1.000 millones de euros, una medida que ha despertado las críticas de Unidas Podemos tras lamentar haberse enterado por la prensa. “Las formas en política son tan importantes como el fondo", advirtió Yolanda Díaz el martes tras el Consejo de Ministros antes de reclamar "cierta calma" para abordar un debate tan sensible sobre el gasto militar: Es un debate que debe hacerse de manera serena. La posición de Unidas Podemos es conocida en el seno del Gobierno”, lamentó Díaz. 

La Comisión de Seguimiento aún no tiene fecha, pero lo habitual hasta ahora es que se convierta en un foro para sofocar incendios. Cuando se celebre, será la sexta vez que se convoque desde el principio de la legislatura y ha servido para limar asperezas desde asuntos relativos a las leyes de Igualdad o la reforma laboral. Según el documento pactado por los socios de Gobierno, ese foro ha de servir para “revisar el funcionamiento de la coalición y el cumplimiento de los objetivos propuestos, coordinar la acción entre ambos socios y unificar criterios y consensuar posiciones políticas para el desarrollo del programa del gobierno progresista”. 

Una herramienta comunicativa

Fuentes del Ejecutivo ponen en valor la utilidad de ese espacio para garantizar la convivencia entre el PSOE y Unidas Podemos: “Es legítimo que uno de los socios solicite su convocatoria. Normalmente dan buenos resultados y resulta provechoso”. Hay quien en la coalición, no obstante, relativizan el impacto real de la Comisión: “Es más una herramienta comunicativa que otra cosa”, explican. “Cuando un lío ocupa portadas varios días es útil como cortafuegos. Es verdad que esas reuniones sirven para debatir desavenencias y reconducir problemas, pero las verdaderas soluciones políticas no ven la luz verde ahí porque se resuelven al máximo nivel: antes Sánchez con Iglesias y ahora con Yolanda Díaz”, exponen´. 

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Hasta el momento, solo se han celebrado cinco reuniones de seguimiento, alguna de ellas para intentar encauzar auténticos incendios. Fue el caso de la conocida como ley del “sí es sí”. Los primeros compases de la legislatura fueron protagonizados por sonoros enfrentamientos entre la ministra de Igualdad, Irene Montero, y la entonces vicepresidenta, Carmen Calvo. Aquel encuentro se produjo en febrero de 2020 y consiguió dar luz verde a la Ley de Garantía de la Libertad Sexual en vísperas del 8 de marzo, tal y como pretendía Unidas Podemos, tras varias semanas de acusaciones cruzadas. 

La quinta y última reunión hasta la fecha tuvo lugar tras la salida del Gobierno de Pablo Iglesias y a cuenta de la reforma laboral impulsada por el ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz. Desde Unidas Podemos se acusó a la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, de intentar entorpecer y de entrometerse en las reuniones del diálogo social con sindicatos y empresarios. El encuentro, finalmente, acabó con una solución intermedia: el ministerio de Economía participó de aquellas negociaciones pero siguió siendo Trabajo quien las lideró. 

Pero cuando se pregunta en el Gobierno por el mayor momento de tensión de la legislatura entre los socios casi todo el mundo coincide en señalar un enfrentamiento que ni siquiera pasó por la Comisión de Seguimiento: la primera negociación presupuestaria de 2020, cuando el PSOE se abrió a negociar con grupos que no formaban parte de la llamada mayoría de investidura, como Ciudadanos. Cuentan los testigos de aquel enfrentamiento que jamás se vivió un momento más delicado entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, incluso con cruces de amenazas veladas de un horizonte electoral y de una ruptura del Gobierno. No pasó y no hay visos de que vaya a pasar. Es lo que todo el mundo, en el PSOE y Unidas Podemos, tienen claro. Tanto como que los choques, más o menos sonoros, también continuarán. 

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