Valeria Castro: "La ternura es un arma revolucionaria"

Valeria Castro en el Actual 2024 de Logroño.

Valeria Castro (La Palma, 1999) estuvo nominada en noviembre al Latin Grammy en la categoría de Mejor canción de cantautor por La raíz, pero el premio se lo llevó Natalia Lafourcade. Cuatro meses después, optaba en febrero al Goya por una canción compuesta junto a Vetusta Morla para la película El amor de Andrea, pero el galardón fue para Rigoberta Bandini. Después de estas dos tentativas, su momento llegaba este miércoles en los Premios MIN de la Música Independiente, donde al fin se alzaba con dos reconocimientos: Mejor artista emergente y Mejor álbum de música de raíz por su primer disco, Con cariño y con cuidado. Un refrendo para la joven artista canaria, que atiende a infoLibre en un momento de creciente popularidad mientras sigue tratando de asimilar cómo es esto de estar nominada y, esta vez sí, ganar.

Hola, Valeria. Después de estar nominada a los Latin Grammy y los Goya y quedarse a las puertas, ¿cómo se lleva lo de ganar?

Es una sensación nueva (risas). Estoy muy contenta de que se valore el trabajo que hemos realizado. Tanto en la categoría de Mejor álbum de raíz, que premia mi raíz canaria, como en la de Artista emergente, que valora esos inicios de los que estamos empezando. De repente te das cuenta de que la gente te está mirando, porque tú sabes que te estás buscando tu huequito, pero cuando ves que es una realidad es como un sueño.

¿Te hace especial ilusión alguno de los dos premios en particular?

No puedo elegir, no puedo. Aunque las raíces son muy serias y parece que de repente se está volviendo a ellas en todos los territorios, en toda la música, y es honor que se me valore a mí por ello. Ojalá se vea como un conjunto y que el premio sea que se valoren las raíces de la gente y la música de raíz en general.

¿Qué significa la música de raíz para ti? Siempre se dice que es la que va anclada a la tierra que habitamos.

Exactamente. Para mí la música de raíz ahora mismo está siendo valorar las raíces folclóricas de dónde vengo, con ese imaginario compuesto por otros que ya vinieron antes que yo. Yo vivo con los ritmos folclóricos de Canarias, y por eso en el disco está Benito Cabrera, que es uno de los mejores timplistas canarios. Para mí, era una responsabilidad hacer lo que me salía de dentro y traducirlo sin filtros, pero sabiendo que quería tener presente a mi tierra, a mis islas y la música que yo bebí desde pequeña, con Los Sabandeños y toda la gente que hizo posible que a día de hoy Canarias esté en el mapa. Antes de nosotros vinieron otros muchos otros.

Este interés por el folclore llegó hasta Vetusta Morla incluso, y se ve en multitud de artistas. ¿Las nuevas generaciones miran al fin hacia nuestra propia cultura musical en lugar de estar tan influenciadas por todo lo anglosajón?

Sí y es muy bonito para mí. Todo serán modas, pero creo que ahora mismo, en 2024, esta moda tiene también algo político, algo de haber hecho una reflexión y de repente pensar en tus padres y tus abuelos y darte cuenta de que, a lo mejor, si yo no canto por ellos, si yo no canto lo que mamé de ellos, se va a olvidar. Por eso creo que ahora mismo se junta una pequeña moda y una responsabilidad generacional de no querer olvidar. Tenemos también la responsabilidad de hacer que no se olvide de dónde venimos, y me parece que la música es uno de los altavoces y una de las herramientas más bonitas y potentes que hay.

A tu manera, con tus canciones, estás poniendo a Canarias en el mapa por fin. Ya sabes que hay gente que no sabe ni ubicarlas.

Totalmente. Y yo que soy de La Palma, que nos confunden con Las Palmas y Palma de Mallorca, no te digo ya. Es un territorio que parece olvidado a día de hoy, pero trabajamos, yo personalmente y me consta que muchísimos más, por ponerlo en el mapa. Al final, estamos contando también nuestra historia vital, que es la de venir de una isla, venir de un sitio muy reducido en el que a lo mejor el mundo ha querido ponerte unos límites, pero estamos aquí presentes en la industria musical española para contarlo. Para que se sepa que la presencia de la música de Canarias está aquí para quedarse.

A las mujeres no nos habían dejado contar nuestras historias, pero la sociedad ha evolucionado hasta un punto en el que quiere oírlas

Es que no todo pasa en Madrid o Barcelona. Es algo que reivindica mucho Cala Vento, que se han llevado el premio a Mejor disco del año y Mejor disco de rock en estos Premios MIN entregados en Zaragoza y en los que, efectivamente, queda claro que no todo ocurre en las grandes ciudades.

Es algo a reivindicar, así es. Estamos viviendo un momento muy bonito gracias a las redes sociales, con sus más y sus menos, que han hecho mucho por la gente que venimos de sitios pequeños. Nos ha permitido que el altavoz sea más grande y ponernos en ese mapa. Incluso yo siento ahora mismo que de repente se está valorando casi más ser de un sitio pequeño y creo que hay una originalidad implícita en los lugares de los que no se han contado las historias. Las historias de Madrid a lo mejor ya se han contado, aunque evidentemente queden otras muchas por contar, pero sí que es verdad que de repente hay una novedad. Como también hay novedad con las mujeres en la música, pues creo que la gente está escuchándonos más porque no nos habían dejado contar nuestras historias y parece que la sociedad ya ha evolucionado hasta un punto en el que quiere oírlas, al fin y al cabo.

Y eso que hasta a Taylor Swift la atacan todo el rato porque muchos no se creen que sea compositora de su propias canciones. Siempre hay suspicacias con la autoría y el talento femenino, se da por hecho que lo hacen los tíos. Pero las mujeres componéis y contáis vuestras historias y cantáis a vuestras madres y abuelas si os apetece, como haces tú.

Nosotras tenemos el doble trabajo. Primero, el de hacer la música como cualquier artista, y segundo, el de validarnos, porque parece que hay todavía un filtro por el que no nos creen. Ahora mismo me siento bastante afortunada porque todos los círculos que me rodean creen mucho en mí, y creo que en la industria musical española, en la música independiente, hay una inercia de sororidad que espero que sea el principio de algo muy grande, y que llegue el punto en el que no tengamos que justificarnos, sino que la gente sepa valorarnos por nuestro trabajo y no por nuestro género. Que la sororidad siempre esté presente, porque para mí el mayor de los premios de esta industria es sentirme acompañada por todas mis compañeras.

Por Tanxugueiras, con quienes acabas de publicar una colaboración en gallego, por Fillas de Cassandra, Izaro, Alba Reche, Zahara, Ginebras... Todas ellas nominadas en los Premios MIN. ¿Establece eso una conexión femenina especial en la escena independiente?

Totalmente. Al acabar la gala nos abrazamos todas las chicas que habíamos ganado algo... también las que no ganaron. Porque es la primera vez que gano y no estoy acostumbrada a cómo se gestiona esto (risas). Pero sí, yo creo que estamos viviendo un momento muy bonito en el que vernos ahí es también el motor para el mañana, para las niñas que nos pueden estar viendo. Yo estoy aquí porque, aunque eran menos que ahora, había algunas mujeres subiéndose al escenario a cantar sus canciones. Sin irme muy atrás en el tiempo, yo me inspiro en Silvia Pérez Cruz, Rozalén y luego ya muchísimas otras como Chavala Vargas. ¡Tantas mujeres! Ojalá que las que hoy estamos aquí sirvamos de motor, no por nuestro ego, sino para que les sea más fácil a las que vienen, que el camino sea cada vez más llano y no con tanta piedra.

Publicaste un primer EP en 2021 (Chiquita), y en 2023 llegó este primer disco ahora premiado, Con cariño y con cuidado. ¿Un lema y una manera de afrontar la vida?

Absolutamente. Titulé el disco así para tener un lema que llevar por bandera, por traerme la calma a mi terreno, que es algo por lo que hay que luchar. No ya llegar a la calma, pero sí que no te pueda la ansiedad, la rapidez de las grandes ciudades. Y para mí defender un lema tan potente como Con cariño y con cuidado es una forma de tener claro que la vida va a tener muchos baches y piedras en el camino, pero podemos hacerlo de otra manera. Esta ha sido la defensa que he tenido este último año con este disco y es precioso que lo premien un poco por eso, porque si me despersonalizo yo pienso que se está premiando el cariño y el cuidado que creo que se debería tomar como referencia para vivir.

Ojalá la vida me trate tan bien que la gente se acuerde no de mi nombre, sino de mi música. Ser la banda sonora de la gente es el mayor premio que se puede recibir

Cariño, cuidado y ternura, como la que desprenden tus canciones y tus actuaciones. El público se queda callado cuando sales al escenario con la guitarra a cantar. Sin más artificios.

La ternura es un arma revolucionaria, absolutamente. Es bonito que se consienta que haya espacio para escuchar una voz y una guitarra que cantan desde la fragilidad. Por eso, que haya una sola persona escuchándome ya lo siento como un lujo.

Hablábamos antes de Canarias, unas islas de las que no hablamos demasiado. Lo hicimos y mucho en 2021 cuando entró en erupción el volcán de La Palma, pero parece que eso ya lo tenemos olvidado. ¿Sientes como una constante ese olvido?

Claro. Para mí es una responsabilidad hablar de mi tierra precisamente por todo lo que ha vivido. Todavía somos muchos los que estamos en esa isla sufriendo las consecuencias del volcán y hay que tirar para adelante de alguna manera. Es triste que se olviden las cosas, pero también supongo que, tratando de ver lo bonito de la vida, me siento muy honrada y significa mucho para mí poder usar mi altavoz para hablar de algo que me importa tanto como la gente que me vio crecer, que me educó, me enseñó y ahora mismo sigue luchando por reconstruir sus vidas.

Porque en Canarias vive gente, por mucho que se vea a veces casi exclusivamente como un destino turístico. Como en otras muchas zonas, estáis buscando el equilibrio necesario entre el turismo y la vida diaria.

Efectivamente. Las islas, como muchísimos otros territorios en este país, no podemos vivir solo del turismo, hay que valorar lo que hay detrás. No hay que explotar nuestras tierras hasta el punto de que no sean el fruto que creíamos para nuestros hijos. Tenemos mucho que dar y preservar, y no se puede tirar por la borda pensando solo en el turismo.

Preservar también los recuerdos, que son lo más importante que tenemos. ¿Te gustaría que las canciones de este disco y las que estén por venir pasen a formar parte de los recuerdos de la gente?

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Ojalá que sí, ojalá la vida me trate tan bien que la gente se acuerde no de mi nombre, sino de mi música. Es muy bonito ver cómo la gente de repente coge canciones, pone sus historias en ellas y vive a través de ellas para generar sus propios recuerdos. Para mí, ese es el mayor premio. Ser para la gente ese ente que otros son para mí, porque yo también soy oyente y canciones de otros forman parte de la banda sonora de mi vida. Por eso creo que ser la banda sonora de la gente es el mayor premio que se puede recibir.

Sobrevivir a tus propias canciones. Que no sepan de quien son, pero que se canten.

Absolutamente, eso sería maravilloso.

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