El PSOE en su laberinto

Si en algo han coincidido prácticamente todos los sectores y dirigentes del PSOE ha sido en achacar su debacle electoral del domingo pasado a un problema de credibilidad. En vista de lo cual, la dirección del partido y sus principales actores han dado los siguientes pasos en su laberinto durante las últimas 48 horas:

- Alfredo Pérez Rubalcaba comunicó el lunes a la Ejecutiva su decisión de convocar un congreso extraordinario para el 19 y 20 de julio que elija un nuevo secretario general.

- Tres de los posibles candidatos a liderar el partido (Carme Chacón, Eduardo Madina y Pedro Sánchez) denunciaron de inmediato que lo procedente era adelantar las primarias abiertas previstas para otoño, y no resolver una crisis de liderazgo y credibilidad sin escuchar a militantes y simpatizantes.

- Chacón acusó explícitamente a Rubalcaba ante la prensa de buscar “pretextos para no dar voz a la gente”.

- Miembros de la dirección saliente y referentes de la vieja guardia socialista como el propio Felipe González respondieron de forma contundente que un congreso extraordinario es la fórmula para “devolver al partido su soberanía para decidir”. González recordó que la condición de afiliado “genera derechos y obligaciones”, a diferencia de quien no lo es. En un congreso, los militantes de las federaciones (unos 200.000) nombran delegados (entre 500 y 2.000) que a su vez eligen al secretario o secretaria general.

- La irritación interna siguió creciendo el martes ante la evidencia de que quienes defienden la solución del congreso son precisamente quienes nunca han creído en las primarias, menos aún cuanto más abiertas a la ciudadanía. La posibilidad de que el mayor hundimiento electoral del PSOE se resuelva con pactos de mesa-camilla en lugar de escuchar la voz de la calle cobra cuerpo.

- En la mañana del miércoles, Eduardo Madina ya no plantea como irrenunciable el adelanto de las primarias abiertas y declara que “sólo valoraría” la posibilidad de presentarse a la secretaría general en el congreso de julio si se acepta el voto directo de toda la militancia.

- La dirección insiste en que ese voto directo no está previsto en los estatutos, que el congreso ya está convocado oficialmente y que “no se va a hacer así” (Ramón Jáuregui).

- En las horas siguientes, Rubalcaba habla con distintos barones (no con Susana Díaz, curiosamente) y la dirección cambia de criterio: considera que sí se puede hacer si se ponen de acuerdo para saltarse la hasta ese momento insoslayable legalidad estatutaria, por ejemplo convocando un comité federal en el que la mayoría de sus miembros apoyen la moción.

- Si hace dos días se negaba desde Andalucía cualquier posibilidad de que Susana Díaz aterrizara en Madrid y este miércoles ella misma proclamaba que su absoluta prioridad es la Junta andaluza, anoche no sólo no descartaba tal posibilidad sino que en Sevilla ya se elaboraba incluso la quiniela de nombres de una Ejecutiva “de integración” encabezada por Díaz. Desde el PSOE andaluz, el cambio de prioridad de Madina (congreso con voto de militantes en lugar de primarias) y la nueva disposición de Rubalcaba sólo puede leerse como una declaración de guerra y una apuesta rotunda de la dirección saliente por Madina.

- Los detalles de esta batalla se conocerán en cuestión de horas o de días. Pero no se resolverán los enigmas principales que afectan al principal partido de la oposición. Como apuntaba este mismo miércoles Iñaki Gabilondo, “el PSOE necesita una regeneración profunda que no va a surgir del seno de su estructura de partido; una estructura apolillada, envejecida y debilitada”. Gabilondo no se cree (ni nadie que uno conozca) que después del congreso extraordinario de julio vaya a haber primarias: “es más, me resulta inverosímil”.

En 48 horas pueden cambiar muchas cosas en un partido abierto en canal y condicionado por los movimientos, acuerdos y desacuerdos entre aparatos. Alguien ganará y alguien perderá, pero difícilmente se recupera así la credibilidad. Alguien interpretará como un éxito que los militantes puedan votar directamente a su secretario general, aunque se trate de un paso atrás respecto a las primarias abiertas comprometidas. Lo que no cambia de este modo es lo que este mismo miércoles ponía en evidencia el Informe sobre la Democracia en España elaborado por la Fundación Alternativas: la “ruptura progresiva entre la ciudadanía y la élite”. El estudio confirma que la sociedad “está muy movilizada”, pero absolutamente distanciada de unas estructuras políticas en las que la ciudadanía no se ve representada. La abstención o la aparición del fenómeno Podemos son señales rotundas. Aunque ciertas élites no las quieran ver.