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El equipo de Iglesias confía en que los militantes den un amplio respaldo a su liderazgo en Podemos

"No nos miremos a nosotros mismos, sino hacia fuera. Hoy nace una nueva fuerza política para cambiar el país". Así puso Pablo Iglesias el punto y final al encuentro realizado por Podemos en Vistalegre, un acto que se desarrolló durante todo el fin de semana y que, además de servir para dar el pistoletazo de salida a la elección de las estructuras del partido, evidenció en algunos momentos las diferencias internas a causa del modelo organizativo en torno al que debe construirse el partido.

Durante toda esta semana –del 20 al 26 de octubre–, los más de 130.000 inscritos en Podemos tendrán la opción de votar a través de Internet los documentos ético, político y organizativo que prefieran de entre las decenas que han presentado los distintos equipos de la formación. Uno de los miembros del equipo promotor del partido, Íñigo Errejón, se mostró confiado en una de sus comparecencias ante la prensa realizadas el domingo en el encuentro en que las propuestas del grupo de Iglesias serán las más votadas y llegó a asegurar que lo “menos probable” era que perdiesen la votación.

El mismo lunes 27, Podemos hará públicos los resultados de la consulta y, a partir de ese momento, comenzará una segunda fase: la elección de las personas que ocuparán los cargos de las recién creadas estructuras. Entre el 28 de octubre y el 5 de noviembre, cualquier afiliado de Podemos podrá presentarse como candidato, y el día 8 los aspirantes mantendrán un debate presencial en un plató de televisión. La votación tendrá lugar del 10 al 14 de noviembre; tan sólo un día después, el elegido será presentado como nuevo líder del partido.

Lo que sí se ha aprobado ya han sido las cinco resoluciones que saldrán del congreso, tras la votación por parte de toda la militancia. La que recibió más apoyos (el 45%) ha sido la referente a la defensa de la educación pública, seguida muy de cerca por otra que planteaba "medidas urgentes contra la corrupción", una declaración en defensa del derecho a la vivienda, una cuarta "por el derecho a la salud" y, por último, una propuesta de reestructuración de la deuda que plantea que "el objetivo" no es no hacer frente a su pago, sino "recuperar un nivel de endeudamiento y una senda de sostenibilidad de la misma que posibilite la recuperación de los niveles de bienestar".

Los dos modelos organizativos, a debate

El debate más importante, sin embargo, se encuentra en el modelo de organización. Y en este sentido, el encuentro no ha hecho sino certificar la existencia de dos posturas definidas. Por una parte, la del equipo promotor –Pablo Iglesias, Carolina Bescansa, Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero y Luis Alegre–, que plantea unas estructuras de carácter más clásico con una dirección fuerte y unipersonal con el objetivo claro de llegar al Palacio de la Moncloa. Por la otra, la que propone el grupo Sumando Podemos –encabezado por los eurodiputados Pablo Echenique y Teresa Rodríguez–, cuyo documento establece una organización mucho más horizontal y un liderazgo tripartito.

Durante los dos días que duró el encuentro, la discusión entre una y otra propuesta sobrevoló las intervenciones de ambos equipos, incluso el sábado, cuando en teoría sólo iba a hablarse de las propuestas éticas de los grupos –las que menos controversia han generado–. El propio Iglesias ya afirmó el primer día ante una pregunta realizada por los simpatizantes que "tres secretarios generales no le ganan las elecciones a Rajoy ni a Pedro Sánchez, pero uno sí", y los miembros de su equipo se encargaron de repetir otra de las ideas en las que más hincapié ha hecho grupo: que aquel que pierda la votación sobre el modelo de partido debería "echarse a un lado".

En este sentido, Errejón explicó el domingo en una comparecencia ante la prensa que si su documento no es el ganador se retirarán, ya que sería a los vencedores “a quienes les corresponda conducir el proyecto”. El día anterior, Alegre había señalado en la misma línea que lo “lógico” es que los equipos que no hayan “recibido el apoyo” para su propuesta “den un paso a un lado”. Y Monedero, por su parte, fue transparente el domingo en sus declaraciones a la prensa: "No quiero irme de aquí sin la certeza de que será Pablo Iglesias quien se sentará a discutir con Mariano Rajoy y Pedro Sánchez".

Pero la respuesta del equipo de Echenique no pudo ser más dispar, ya que la eurodiputada Rodríguez declaró, poco antes de comenzar el segundo día de encuentro, que "ninguno" de los promotores de su documento "va a querer echarse a un lado”. Y de hecho, unas horas más tarde, la parlamentaria dejó la puerta abierta a presentarse como candidata a ocupar algún cargo dentro de Podemos sea cual sea el borrador elegido.

Las dos partes intentaron serenar la situación

Rodríguez, no obstante, intentó mostrar una actitud conciliadora y aseguró que en su grupo existía un "fuerte consenso" en torno a la idea de que Iglesias es la persona más capaz para liderar el partido. En la misma línea fue el propio Echenique, que señaló en varias ocasiones que "la persona que mejor puede liderar Podemos en el futuro es la que mejor lo ha liderado hasta ahora, y esa persona es Pablo [Iglesias]". Y durante el domingo, en la defensa de sus borradores, ambos equipos utilizaron el mismo tono apaciguador: la eurodiputada afirmó entre aplausos que su propuesta "no es un tren que choca frente a ningún otro", mientras que Iglesias aseguró que el encuentro no iba a dejar "ganadores ni perdedores" y calificó de "lección democrática" el proceso.

Sin embargo, el líder del partido sí que quiso hacer frente a las acusaciones de personalismo que surgieron desde varios sectores y responder a la pregunta de por qué no se muestra dispuesto a encabezar Podemos si su propuesta no es la elegida. Lo hizo con un discurso que sorprendió a los asistentes al acto –algo menos numerosos el domingo en comparación con los 7.000 estimados por la organización el sábado–, ya que Iglesias los retó a no dar "ni un sólo aplauso" durante toda su intervención. El eurodiputado aseguró ser sólo "un militante" dentro del partido que presentaba sus propuestas, y negó que se comportase como un "macho alfa".

"Lo que temen de nosotros es que a veces somos capaces de decir no, aunque sea mucho más fácil decir sí", explicó Iglesias en relación con su decisión de renunciar al liderazgo si su borrador es rechazado. Y volvió a vincular las propuestas con el liderazgo: “Yo me pongo al servicio de la gente con una manera de entender las cosas, pero si la mayoría entiende que hay que organizarse de otra manera, yo me pongo a las órdenes de quien haya demostrado que cuenta con el apoyo de la mayoría”, continuó entre los repetidos intentos del público por aplaudir y las llamadas al silencio por parte del líder.

Un líder que demostró su peso en la organización cuando señaló que sería "muy fácil para Pablo Iglesias en Vistalegre, con su gente y con la gente de Podemos, arrancar un aplauso simplemente elevando el tono de voz", una alocución tras la cual silenció con un sólo gesto la incipiente ovación. "Silencio. Ni un aplauso", pidió. Y abundó en que su presencia dentro de Podemos no es "imprescindible". "Por eso tienen miedo a Podemos, porque nosotros sabemos decir que no. Puede que nos ofrezcan la Presidencia del Gobierno a cambio de pactos [...], ¿y sabéis cuál es la diferencia? Que a lo mejor nosotros decimos: 'en esas condiciones, no'. Porque lo importante no es que el presidente sea de Podemos, lo importante es lo que hemos construido colectivamente, y esa es nuestra fuerza", terminó su comparecencia Iglesias.

La oposición a la estrategia municipalista de Iglesias, sin un referente

En lo que hubo mucha menor discusión fue en otra de las cuestiones que a priori parecían una de las grandes divergencias dentro de la formación y que sin embargo quedó eclipsada durante el encuentro por el debate organizativo: la decisión sobre si presentarse o no a las elecciones municipales bajo la marca Podemos. En este sentido, frente a la propuesta del grupo promotor –que defiende que el partido participe a través de agrupaciones de electores en lugar de presentarse directamente–, no hubo un equipo que se erigiese en referente claro de la postura contraria, como sí pasó en la discusión sobre las estructuras.

“No todo lo que se llame de forma nueva es necesariamente nuevo” y por eso Podemos, si vence la propuesta política del grupo liderado por Pablo Iglesias, apoyará a los diferentes movimientos Ganemos tan sólo si cumplen con sus condiciones, explicó Errejón en su intervención para defender el texto. “Lo fundamental es ser capaces de producir y de poner la inmensa energía e inteligencia política que Podemos ya ha construido con sus círculos en el territorio al servicio de candidaturas municipalistas, en las que por supuesto que vamos a estar”, señaló el miembro del grupo promotor.

Para presentarse a los comicios, la idea del equipo promotor es clara: apoyar las iniciativas municipalistas que han surgido en estos últimos tiempos tan sólo si cumplen los supuestos que plantea Podemos y, en los sitios donde esto no sea así –o no existan iniciativas–, pilotarlas pero sin utilizar el nombre del partido. Errejón planteó tres condiciones: que todos los lugares de la lista se decidan en listas abiertas a la ciudadanía; que la candidatura no se convierta en una “sopa de siglas” ni “un conjunto de partidos de lo viejo”; y que la iniciativa no se configure como “una candidatura que aspire a unir al margen izquierdo del tablero, sino que le hable a la mayoría ciudadana de este país”, además de presentarse bajo la forma de agrupación de electores.

“La estrategia es el arte de elegir las condiciones del enfrentamiento”, afirmó el dirigente, que quiso hacer un guiño a los críticos asegurando que “nadie va a poder copiar” que existan “círculos en todo el territorio, que haya ciudadanos haciendo política”. “Podemos ganar, pero sólo si nos atrevemos”, remachó Errejón, que planteó la situación actual como un momento histórico: "Estamos de pie y tenemos la oportunidad de recuperar un país que nos han robado demasiadas veces”.

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