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La nueva legislatura

Rajoy explota el discurso de la unidad de España para evitar que Ciudadanos pacte con Sánchez

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El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, se reunirá este jueves y este viernes con Albert Rivera (Ciudadanos) y Pedro Sánchez (PSOE), respectivamente, en el marco de las rondas de contacto que están manteniendo las formaciones políticas de cara a la formación de un Ejecutivo. El líder de los conservadores es consciente de que acude en una posición de debilidad porque todos los focos están puestos en el socialista, el dirigente propuesto por el rey para que intente formar Gobierno. Pero busca la forma de ponerle el proceso cuesta arriba. Tan cuesta arriba como para intentar que Ciudadanos (40 diputados) no pacte con el PSOE (90 diputados). Fuentes de la dirección nacional del Partido Popular consultadas por infoLibre señalan que Mariano Rajoy va a poner el foco en "el desafío soberanista" para que tanto Ciudadanos como el PSOE "se retraten". Pero sobre todo Ciudadanos. 

"Si Rivera presta cualquier tipo de apoyo al PSOE viendo como está obviando la situación en Cataluña chocaría bastante. En este campo siempre hemos tenido bastante sintonía con Ciudadanos, señala un alto dirigente del partido

En el PP ven con cierta preocupación que en la última semana el partido de Rivera se haya presentado como una especie de "pacificador" para lograr que Rajoy dé su brazo a torcer y se abstenga para facilitar que Sánchez llegue a la Moncloa. "¿Por qué no al revés? Se olvida de quién es la fuerza más votada. ¿Por qué no se ofrecen para convencer al PSOE de que lo sensato es que gobierne el PP? ¿Por qué no exigen un pronunciamiento claro sobre la unidad de España", se pregunta un dirigente conservador en conversación con este diario.

Este miércoles, el propio Rajoy empezó a preparar el terreno de la estrategia que está por venir. Si una semana atrás en el Congreso de los Diputados incidía en los peligros que podría tener para la economía española un Gobierno liderado por el PSOE y apoyado por populistas e independentistas, ahora, en el Senado, incidía en el discurso de la unidad de España.

"Es verdaderamente sorprendente que en ese documento que el PSOE ha entregado a todas las demás fuerzas políticas salvo al PP, pero que hemos conocido por la prensa, no se hable para nada del problema más importante que tiene España en estos momentos que es la amenaza independentista en Cataluña", señalaba al final de su discurso ante el Grupo Parlamentario Popular.

Sánchez y los independentistas

"Es algo verdaderamente sorprendente, yo ya no sé si eso lo va a consultar con el resto de fuerzas políticas pero proponer en un renglón una reforma de la Constitución para la cual no tiene ni votos ni apoyos y no decir, ni fijar entre sus grandes objeticos el mantenimiento de la unidad nacional, de la soberanía nacional, posicionarse con claridad como hace la Constitución en contra del derecho de autodeterminación, es una enorme irresponsabilidad y desde luego, este partido [el PP] esa bandera no la va a dejar y no va a renunciar a ella de ninguna manera", continuó Rajoy.

Los conservadores, y Rajoy se encargó de recordarlo una vez más sólo ven tres opciones posibles de futuro. Una buena, la de que gobiernen ellos con el permiso de PSOE y Ciudadanos. Y dos malas: la celebración de unas nuevas elecciones o "un Gobierno producto del acuerdo entre el PSOE, Podemos con el apoyo, mediante voto a favor o una abstención o una ausencia, de partidos independentistas". Para el PP, Ciudadanos es una de las claves para hacer que la balanza oscile hacia uno u otro lado. "¿Quiere Rivera formar parte de esto? Se verá en los próximos días", sentencia un diputado.

¿Y el referéndum?

Otra de las claves puede ser la presión de los barones socialistas a Sánchez para que no dé un paso atrás en la defensa de la unidad de España. No obstante, este último punto quedó algo desdibujado en el momento en el que el líder del PSOE anunció que cualquier pacto sería sometido al criterio de la militancia. En la dirección nacional del PP admiten que este giro les dejó descolocados.

No obstante, insisten que Sánchez tiene mucho que explicar después de que este mismo miércoles el portavoz de En Comú, la lista catalana de Podemos en el Congreso, Xavier Domènech, se mostrase convencido de que el PSOE acabará escuchando "a su corazón y su votantes" y se decantará por un pacto con Podemos, IU y las candidaturas de convergencia para un acuerdo que, a su juicio, debería incluir el derecho de referéndum para Cataluña. Quien sí se ha pronunciado ha sido el portavoz de los socialistas en la Cámara baja, Antonio Hernando, que declaró que su partido está "encantado" de sentarse a hablar con En Comú pese a sus exigencias. De todos modos, recordó que su partido no comparte lo del referéndum.

El dirigente socialista insistió en que el Comité Federal del PSOE decidió el pasado diciembre que es "una condición indispensable" para empezar a hablar la "renuncia" a planteamientos que defiendan "la autodeterminación, el separatismo y las consultas que buscan el enfrentamiento".

Y en medio de todo... la corrupción

No pasa inadvertido que Rajoy llega a las conversaciones seriamente tocado por la situación de su partido en la Comunidad Valenciana, donde la operación Taula ha hecho temblar los cimientos del PP de la ciudad de Valencia hasta el punto de ser disuelto y estar en vías de constituirse en una gestora. "Esto no ayuda, evidentemente, en las conversaciones para la investidura", admiten en la dirección nacional. Como tampoco ayudan, sostiene un diputado, declaraciones como las del ministro del Interior en funciones en las que aseguraba que la banda terrorista ETA espera "como agua de mayo" un Gobierno formado por PSOE y Podemos. "Son temas muy delicados, líneas rojas que no deberíamos traspasar", considera la citada fuente.

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Sin mucha concreción, pero con grandes enunciados, Rajoy esbozó este miércoles en el Senado los que serían los "cinco grandes objetivos" de ese acuerdo al que pretende sumar a PSOE y Ciudadanos. Uno: la "defensa de la nación española, porque está amenazada". Dos: "Crecer y crear empleo". Tres: "Mantener y mejorar los grandes pilares del estado de bienestar". Cuatro: "Hacer frente a una de las grandes amenazas que tenemos muchos países en el mundo, que es la lucha contra el terrorismo". Y cinco: "La lucha contra la corrupción".

"Nosotros hemos tomado muchas decisiones a lo largo de esta legislatura, nosotros hemos permitido que los Tribunales, la Fiscalía, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad actúen y que las cosas se conozcan. Nosotros hemos tomado decisiones muy duras desde el punto de vista interno pero estamos dispuestos a considerar cualquier planteamiento o cualquier idea que de buena fe, alguien quiera hacer", añadió Rajoy sobre la corrupción. Un discurso que choca con la última decisión que cuenta con su visto bueno: la de ubicar a Rita Barberá, senadora y exalcaldesa de Valencia, en la Diputación Permanente del Senado. Un blindaje en toda regla si se tiene en cuenta que pertenecer a este órgano, que asume las funciones del pleno en el periodo no ordinario de sesiones, permitirá que siga aforada en el supuesto de convocatoria de nuevas elecciones. 

En el PP, muy dividido por esta decisión de Rajoy, miran con preocupación el futuro de la exregidora municipal teniendo en cuenta que muchos de sus antiguos colaboradores ya han sido llamados a declarar por el juez. La sensación general en las filas conservadoras es que Barberá acabará corriendo la misma suerte. Y que sería de agradecer que diera un paso atrás por el interés general del partido.

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