La situación en el PP

Rajoy, sobre sus SMS a Bárcenas: “No siempre se acierta”

"No siempre se acierta". "Nadie es perfecto". El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, admitió este domingo que se equivocó mandando SMS de apoyo a al extesorero de su partido, Luis Bárcenas. Pero hizo incontables esfuerzos en evitar el tema para vender la idea de que "ahora estamos en una nueva etapa". Fue cuando se tocó el asunto de la corrupción en el Partido Popular cuando más incómodo se vio al jefe de los conservadores en la entrevista que concedió al espacio Salvados de laSexta.

"Ese señor ya no está en el PP.

Vamos a hacer cuanto esté en nuestras manos para que esas cosas no vuelvan a ocurrir", insistía Rajoy evitando pronunciar el nombre de Bárcenas y el de otros excompañeros de partido que se le citaron y que están o han estado inmersos en escándalos de corrupción. Fue el caso de Jaume Matas, Carlos Fabra o Alfonso Rus.

Jordi Évole enseñó a Rajoy a portada del diario El Mundo del 14 de julio de 2014. Esa que reproducía SMS que había intercambiado con Bárcenas entre 2011 y 2013. Uno llamaba mucho la atención era del 20 de enero de 2013 y decía: "Luis lo entiendo. Sé fuerte. Mañana te llamaré". Por aquellas fechas no sólo sorprendió la contundencia del mensaje. Porque no sólo quedó demostrado que entre el líder del PP y su tesorero había existido una relación cuando ya se conocía que había amasado una fortuna en Suiza. También chirrió que sólo cinco días después de ese 20 de enero el presidente señalara en una entrevista radiofónica que no recordaba cuándo era la última vez que había hablado con el hombre al que encomendó la tesorería de su partido. El periodista preguntó a Rajoy por este asunto.

Visiblemente incómodo, señaló que si así lo dijo es que no se acordaba en ese momento. "Supongo que si lo dije no me acuerdo. Con absoluta franqueza", subrayó.

La frialdad y el distanciamiento que exhibió con Bárcenas y otros exdirigentes no estuvo presente cuando se tocó el tema de la senadora y exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá. De ella recordó que no estaba ni imputada ni investigada

Resposabilidad política

Rajoy dejó claro que para él, el tema de la responsabilidad política sólo afecta a lo que tiene que ver con los miembros del Consejo de Ministros y la cúpula del PP. De ahí que sostuviera que sólo asumiría esta responsabilidad en el caso de que alguno de sus 13 ministros hubiese actuado mal en el ejercicio de sus funciones.

En este contexto, sólo ve responsable de los pagos en B para sufragar las obras de la sede del PP nacional a Bárcenas.

Otro de los asuntos tratados fue su situación en el PP. De nuevo insistió en que no piensa echarse a un lado. Porque él no es como Artur Mas, dijo. 

Y, en materia de memoria histórica pidió "no darle vueltas al pasado" cuando se le preguntó por los "miles de españoles" que no pueden enterrar a sus abuelos porque desconocen dónde están los cadáveres. "No tengo claro que sea cierto ni de que sea ese el número", respondió cuestionado sobre si tenía sentido que en 2016 miles de españoles desconozcan dónde están enterrados sus abuelos.

Un Rajoy mediático

El 'sí' de Rajoy a Salvados se produce en un momento en el que el presidente del Gobierno en funciones ha decidido prodigarse más en los medios de comunicación tras una legislatura en la que había demostrado bastante alergia a los medios de comunicación. Él mismo lo admitió recientemente y lo achacó a que había estado centrado en resolver los problemas, sobre todo económicos de España.

"Es usted un periodista acreditado. Le sigue mucha gente...", justificó Rajoy su presencia en el espacio "Una hora en La Moncloa" cuando Jordi Évole le preguntó por qué había tardado cuatro años en concederle una entrevista.

En las semanas previas al 20-D, compareció en programas de los que había huido con anterioridad como El Debate de La Sexta o El Programa de Bertín, en TVE. Tras las elecciones fue entrevistado por Susana Griso en Espejo Público, en Antena 3, o en los Informativos de Telecinco, por Pedro Piqueras.

El líder del PP y toda la cúpula conservadora llevan semanas en modo precampaña, con una agenda intensa de actos de partido. Pese a que en público aseguran que el escenario de una nueva cita ante las urnas es el "último", tienen muy poca fe en lograr atraer al PSOE a su oferta de Gobierno de gran coalición. La misma poca confianza en que Pedro Sánchez consiga que Ciudadanos y Podemos, conjuntamente, le den su apoyo.

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