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Crisis en el PSOE

Los defensores en el PSOE del 'no' a Rajoy se mantienen firmes

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Ibon Uría

En la noche de este sábado, con la dimisión de su hasta entonces secretario general en funciones, Pedro Sanchez, el PSOE movió ficha para, quizá, poder resolver el debate sobre su liderazgo interno. Ya de madrugada se conformó la gestora que ha asumido las riendas del partido. Presidida por el asturiano Javier Fernández, se reunirá por primera vez este lunes a mediodía y será la encargada de conducir la formación hasta el congreso en el que se elija a un nuevo secretario general. Pero ahora queda otro debate por zanjar: el de mantener el no a Rajoy o virar a la abstenciónno . Y sobre ese, todavía, no hay nada escrito.

Fuentes del sector que se impuso en el Comité Federal –encabezado por la presidenta andaluza, Susana Díaz– y también voces de cargos afines a Sánchez admiten que la abstención parece ahora estar más cerca, porque en caso contrario "no se entendería" la batalla vivida en el PSOE en los últimos días, porque con un partido "fracturado"  –en la votación Sánchez logró el apoyo del 45% de los dirigentes– sería mucho más complicado afrontar una tercera campaña y porque no habría "ningún voluntario" para liderar la candidatura. Eso sí: los partidarios del "no es no" se mantienen firmes.

En la madrugada de este domingo, a su salida de un Comité Federal que acabó al filo de las 2.00 horas, el primer secretario de PSC, Miquel Iceta –uno de los dirigentes que se mantuvo junto a Sánchez hasta el final– recordó que la decisión del no a Rajoy "no ha sido modificada"no . La determinación del Comité Federal de votar contra el candidato conservador quedó plasmada en la resolución del 28 de diciembre de 2015, y se mantuvo tras el 26J en la reunión celebrada el 9 de julio. Iceta admitió este domingo que los socialistas tienen que "descartar una mayoría alternativa, que era el proyecto de Pedro Sánchez", pero afirmó que el no sigue en pie.

Núria Parlon, rival de Iceta por el liderazgo del PSC en el congreso que los socialistas catalanes celebrarán la primera semana de noviembre, apostó por su parte este domingo por celebrar una consulta a la militancia "para afianzar esa posición de un no claro al PP". "Ni el PSOE ni el PSC pueden permitirse ser fieles a los poderes del PP", agregó en declaraciones a los medios. De hecho, ya en la noche de este mismo sábado, tras la dimisión de Sánchez, publicó varios mensajes en Twitter en los que llamó al socialismo a "mantenerse firme en el no" y donde aseguró que, si llega a liderar el PSC, pedirá a las bases que "avalen un no rotundo".

Una decisión incómoda

Los dirigentes del PSC no son los únicos que apuestan por el no. También este domingo, el presidente de la Generalitat valenciana y líder del PSPV, Ximo Puig, defendió que "el PP no ha hecho nada para obtener la confianza del PSOE" y que, por tanto, los socialistas no pueden ni "conformar Gobierno de coalición" junto a los conservadores ni facilitarles "su instauración en el poder". Las declaraciones de Puig, alineado en el sector que este sábado se impuso y derrotó a Sánchez, evidencian que entre los ganadores del Comité Federal no hay una posición común sobre el debate de la gobernabilidad.

Los socialistas tienen menos de un mes para determinar qué hacen sus 85 diputados, una decisión que puede afectar a las alianzas que la formación ha suscrito en la mayoría de los territorios en los que gobierna. Los más proclives a virar a la abstención son el extremeño Guillermo Fernández Vara y la andaluza Susana Díaz, según las fuentes consultadas por infoLibre. Javier Fernández, presidente del Principado de Asturias y ahora presidente de la gestora del PSOE, es más complicado de ubicar en ninguna posición. Y Ximo Puig (Comunitat Valenciana), Javier Lambán (Aragón) y Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) son más partidarios del no.

Resulta significativo que entre los diez miembros de la gestora que ahora dirige el PSOE no haya ningún miembro de las federaciones de Aragón y Castilla-La Mancha. A preguntas de este diario, varios dirigentes admitieron que los líderes territoriales habrían preferido renunciar a estar presentes en el órgano para no ser vistos como eventuales corresponsables de una abstención. Entre otras cuestiones, porque en esos dos territorios el PSOE gobierna sostenido por los votos de Podemos, partido con el que las relaciones podrían complicarse: en la noche del sábado el número uno de la formación morada en Aragón, Pablo Echenique, exigió explicaciones a su homólogo socialista, Javier Lambán, al que situó "en el sector [del PSOE] que defiende que gobierne el PP" y a quien reclamó que explique su papel en el "golpe de régimen" que se ha "consumado" en el PSOE.

Otros dirigentes del sector afín a Pedro Sánchez también se han pronunciado este domingo sobre la gobernabilidad. Entre ellos el secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, quien afirmó que sigue "defendiendo el no por coherencia y cumplimiento a la palabra dada"no y que, como la catalana Parlon, sostuvo que la decisión final, sea cual sea, debería adoptarse "con el voto directo de la militancia".

Temor a las urnas, temor a Rajoy

En lo que todos coinciden es en que el partido atraviesa sus horas más débiles con un "serio" problema de liderazgo y en que, si hay terceras elecciones, el resultado puede ser mucho peor que los 85 escaños del 26J. El miedo a que Rajoy les exija condiciones inaceptables va en aumento. "El PP sabe que, si vamos a terceras [elecciones], nos mata", dice un dirigente que participó en el Comité Federal y votó contra Sánchez. Los socialistas creen que a los conservadores tampoco les interesa "destrozar" por completo al PSOE, pero están cada vez más convencidos de que Rajoy les va a "apretar" en una hipotética negociación. 

No en vano, el líder conservador ha defendido en los últimos meses que no sólo necesita la investidura –y, en consecuencia, la abstención socialista en esa votación–, sino también aprobar los Presupuestos Generales del Estado y dirigir un Gobierno con cierta estabilidad parlamentaria. El temor es, por tanto, que se les plantee una "tesitura inaceptable". 

El papel de la gestora

En las próximas semanas deberá dilucidarse, además, si es la gestora del PSOE o el Comité Federal el que toma la decisión de qué se vota en un nuevo intento de investidura de Rajoy. Los partidarios de que la decisión recaiga en la gestora argumentan que las "heridas" están "muy abiertas", con lo que un nuevo Comité podría reavivar las tensiones. Sin embargo, la decisión recae sobre el Comité de acuerdo con los estatutos del PSOE por lo que se asume que, salvo acuerdo tácito de todas las partes para no convocar al máximo órgano entre congresos, habrá que reunirlo de nuevo para que ponga punto final también a ese debate, aun a riesgo de una nueva bronca interna y en la calle Ferraz.

"La gestora no tiene autoridad para imponer el voto a los diputados", admite un diputado miembro del Comité Federal que este sábado votó contra Sánchez. En esa misma línea se pronunció este domingo la diputada en Cortes por Castilla y León, Soraya Rodríguez, que defendió que las decisiones sobre la investidura se debatan, "como se ha hecho hasta ahora", en el Comité Federal.

En paralelo a la resolución de ese debate, la gestora tiene otros retos por delante. Fundamentalmente calmar el PSOE de puertas adentro, dejar pasar el tiempo para que disminuya el "enfado de los militantes", y "hacerse con el partido" en lo orgánico. Los integrantes del sector que este sábado se impuso a Pedro Sánchez calculan que la dirección transitoria presidida por Javier Fernández podría prolongarse hasta "verano de 2017".

Cambios en Congreso y Senado

Finalmente, y dadas las nuevas mayorías que se visibilizaron este sábado en el Comité Federal, también habrá cambios en la dirección de los grupos socialistas en el Congreso de los Diputados y el Senado, donde por ahora siguen al frente Antonio Hernando y Óscar López respectivamente, ambos afines a Sánchez en las últimas semanas.

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En la Cámara baja todo apunta a que el diputado vasco Eduardo Madina se pondrá al frente. Madina, muy activo en las últimas semanas, se convertiría en ese caso en la voz de la andaluza Susana Díaz en el hemiciclo, tras reconciliarse ambos tiempo atrás y dar por superado el desencuentro total que vivieron durante las primarias de 2014, cuando Díaz apoyó a Sánchez para tomar el control del PSOE.

Las fuentes consultadas por este diario no creen que los cambios vayan a suceder "necesariamente" de manera "inmediata". Entre otras cuestiones porque en octubre quedan, como mucho –si hay un nuevo intento de investidura al menos uno se caerá de la agenda–, tres plenos sin demasiada trascendencia. Así que los cambios se producirán, pero ahora mismo son un "problema menor". A preguntas de este diario, varias fuentes coinciden en que Antonio Hernando puede salir mejor parado que Óscar López. "Está menos quemado", apunta un cargo socialista.

Los motivos son que este sábado mantuvo, según varios miembros del Comité Federal, una actitud de "intentar mediar" con el sector de Susana Díaz. Y que ya en la última reunión de la Ejecutiva de Pedro Sánchez, tras la dimisión múltiple de todos los críticos, fue uno de los dirigentes que puso el acento en la necesidad de "tender puentes" y buscar "vías de entendimiento" entre afines y detractores de Sánchez.

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