Crisis en el PSOE

La gestora quiere que los militantes del PSC voten al candidato a la Moncloa pero no al secretario general del PSOE

Fernández e Iceta este lunes en Ferraz.

Ibon Uría

La gestora del PSOE no va a mirar hacia otro lado con el PSC, no quiere hacerlo: entre la mayoría de sus miembros existe el convencimiento de que ha llegado la hora de revisar la relación entre ambos partidos, el protocolo que durante los últimos 38 años ha regulado las relaciones entre Ferraz y la calle Nicaragua de Barcelona. Y la conclusión principal del esquema que defienden estas voces es que los socialistas catalanes perderán el derecho a voto en el Congreso Federal del PSOE y en el Comité Federal, aunque sí podrían participar en las primarias para elegir al candidato a la Moncloa.

Este lunes se reunieron en la sede del PSOE el presidente de la comisión gestora, Javier Fernández, y el primer secretario del PSC, Miquel Iceta. Al término del encuentro, que duró aproximadamente hora y media, ambos anunciaron la creación de un grupo de trabajo con tres o cuatro miembros por cada uno de los partidos que evaluará la relación actual y propondrá cambios. El proceso será "lo más rápido posible" en palabras de Fernández y no debería durar más de "dos meses", según Iceta. Mientras tanto, otras cuestiones, como la entrada del PSC en la gestora federal, quedan paralizadas.

En público ninguno de los dos quiso avanzar escenarios ni aclarar si la decisión de modificar las normas de convivencia se ratificaría en un Congreso o en un Comité Federal, y destacaron la "buena voluntad" de la otra parte para llegar a acuerdos y que vuelva la paz. Pero Fernández no desaprovechó la ocasión de tachar de "antidemocrático" que el PSC desoyera la orden del Comité Federal de abstenerse en la investidura de Rajoy. E Iceta expresó su deseo de que, como hasta ahora, las bases del PSC puedan votar al líder del PSOE y de que las decisiones no se adopten por "intereses orgánicos concretos".

La posible nueva fórmula

Según las fuentes consultadas por infoLibre, las federaciones que lideraron la revuelta que acabó con el mandato de Pedro Sánchez –Andalucía, Aragón, Asturias, Castilla-La Mancha y Extremadura–, son las mismas que ahora quieren modificar el protocolo de relaciones entre PSOE y PSC. La excepción es la Comunitat Valenciana y su barón territorial, Ximo Puig, que en octubre estuvo entre quienes derrocaron a Sánchez y ahora, por cercanía al PSC y a Cataluña, prefiere que todo vuelva a la calma cuanto antes y que se establezca la normalidad. "Ximo es de paz", dice un cercano colaborador.

El razonamiento del sector mayoritario es que el PSOE y el PSC tienen "elementos que comparten y en los que es lógico decidir juntos", como el programa electoral para las generales y el candidato a la Moncloa. Por eso, en el diseño que plantea la gestora, los socialistas catalanes podrían seguir votando en las primarias en las que se elige al candidato a la Presidencia del Gobierno. Esa elección interna no suele estar reñida, toda vez que se da por hecho de antemano que el líder del partido es quien se presenta. Para el 20D y el 26J sólo Pedro Sánchez fue capaz de reunir los avales necesarios para ser candidato y no hubo votación.

En cambio, argumentan estas mismas voces, el PSOE y el PSC "tienen otros elementos que no comparten", entre ellos los órganos de dirección. Hasta ahora los socialistas catalanes tenían presencia en los órganos federales, pero el PSOE no tenía asiento en los del PSC. Es lo que cargos afines a la gestora han venido denominando "asimetría a corregir". Y en la nueva fórmula que plantea la dirección provisional de Ferraz, eso terminaría por la vía de sacar al PSC del Congreso Federal, de modo que sus afiliados no podrían votar al secretario general. Además, el PSC tendría voz pero no voto en las reuniones del Comité Federal.

Las razones de la gestora

El argumento de los miembros de la gestora es que el PSC "condiciona" la política del PSOE de forma "constante", y que además lo hace "con movimientos que no consulta previamente con el partido", en palabras de un dirigente de este sector. En una línea similar se pronunció este lunes la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en una entrevista en Al Rojo Vivo (laSexta), en la que afirmó que "no ha estado bien que el PSOE se enterase por la prensa de que el PSC se decantaba por el derecho a decidir" y que "ha habido cosas que no han ayudado a la confianza entre el PSOE y el PSC".

Como ejemplo de movimiento unilateral del partido de Iceta que no ha gustado en Ferraz está el acercamiento de los socialistas catalanes al partido de Ada Colau. Y es que la ponencia política del pasado congreso del PSC defendía que el partido buscará la "más estrecha colaboración posible entre las fuerzas de izquierdas" lo que, aunque deja al margen a Esquerra y las CUP por su carácter independentista, pasa por una posible alianza con la confluencia de izquierdas que está construyendo la actual alcaldesa de Barcelona, que ya gobierna el consistorio con el apoyo de los socialistas. 

Miembros de la gestora niegan que el objetivo de revisar las relaciones sea impedir que las bases del PSC puedan votar en las primarias a la Secretaría General. Ese hecho, toda vez que los catalanes han sido principalmente partidarios de Pedro Sánchez, podría favorecer una victoria de Susana Díaz. Pero en la gestora replican que no se puede "presuponer" el sentido del voto del PSC y que Iceta "estaría dispuesto" a hacer lo necesario para que el PSC jugara un papel de "neutralidad activa", es decir, a promover las acciones necesarias para que no desequilibrara la contienda por liderar el PSOE.

El PSC rechaza los cambios

Fuentes del PSC consultadas por este diario, en cambio, creen que un movimiento de estas características, que excluyera a la formación catalana de los congresos del PSOE y la dejara fuera de la toma de decisiones en el Comité Federal, sería tanto como "cargarse" el discurso del PSC. Fuentes de la cúpula de los socialistas catalanes señalan que el partido de Iceta basa su discurso en que "hay una España que entiende la diversidad" y en que "el encaje es posible". "Y si resulta que el PSC no cabe dentro del PSOE, eso da razones a quienes dicen que no hay forma de razonar con España", añade un cargo preguntado por este diario.

Estas mismas fuentes advierten de que un giro en las relaciones entre PSC y PSOE van más allá del mero vínculo entre los dos partidos, y que afectan a las relaciones entre Cataluña y el resto de España. Además, consideran que el protocolo vigente, que data de 1978 [ver en PDF], funciona "razonablemente bien" y que no hay discrepancias de fondo en lo político con el PSOE, porque ambos "defienden" la declaración de Granada, pactada en 2013: "Estamos cómodos ahí", dice una fuente de la dirección el partido.

En el PSC conceden, eso sí, que se ha producido una "situación excepcional" en la investidura que requiere de una "gestión excepcional", pero apelan al entendimiento entre las partes. Recuerdan que ya en su discurso ante el Comité Federal que decidió la abstención, el primer secretario, Miquel Iceta, pidió "seguir compartiendo un proyecto federal" con el PSOE y argumentó que, dada la situación política catalana, el PSC no podía abstenerse ante Rajoy. "Si lo hiciésemos, dejaríamos de ser útiles para tender puentes. Nos gustaría que, sea cual sea vuestra posición, fueseis capaces de entenderlo", concluyó su discurso [ver en PDF].

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Lectura en clave interna

Enfrente, las federaciones que se mantuvieron fieles al ex secretario general, Pedro Sánchez, hacen una lectura de la revisión del protocolo en estricta clave interna. Uno de estos cargos señala que ve "radicalizada" a la gestora y que quieres ahora mandan en el PSOE "tienen claro" que quieren "echar" al PSC con el único objetivo de "mandar en el partido". "Van a por todas, a apisonar... sólo piensan en clave interna, y estamos trasladando la imagen de que sólo nos preocupamos de nuestras batallas por el poder", apunta una de estas fuentes.

"Todo lo sucedido desde que echaron a Pedro [Sánchez] tiene que ver con hacerse con el control total del partido: si no, por ejemplo, hubieran aceptado una abstención técnica de sólo once diputados. Todo lo hacen para acabar con Pedro y barrer", subraya. En esa misma línea, se preguntan "cómo va a ganar el PSOE de nuevo unas elecciones en España si no es con un PSC fuerte en Cataluña". Desde 2008, fecha en que el PSOE ganó unas elecciones generales por última vez, los socialistas catalanes son quienes más votos han perdido.

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