Casa del Rey

2016: el año en el que Felipe VI hizo política

Los reyes y sus hijas, Rajoy y el jefe de Estado Mayor de la Defensa, Fernando García Sánchez.

La noche de este sábado, 24 de diciembre, Felipe VI pronunciará su tercer discurso de Nochebuena como monarca desde la abdicación de su padre en junio de 2014. Si sus palabras siguen el eje de la sesión de apertura solemne de las Cortes del pasado noviembre, el discurso será eminentemente político. Será, salvo cambios de última hora, el último acto de carácter público del rey en un año en el que ha tenido un protagonismo inédito en los últimos tiempos por la situación de diez meses de Gobierno en funciones que atravesó España entre las elecciones generales de diciembre de 2015 y la investidura de Mariano Rajoy a finales del octubre.

Durante estos diez meses, desde sectores políticos y del mundo del Derecho, se ha puesto en el punto de mira la gestión que Felipe VI hizo del proceso que condujo a su propuesta de Mariano Rajoy como candidato a la Presidencia del Gobierno. Un proceso que viene pautado por la Constitución y de la que, según insistieron desde la Casa del Rey, nunca se movió el monarca.

A continuación, infoLibre recopila los principales momentos protagonizados por Felipe VI en el último año.

1. La gestión del 'no' de Rajoy a la investidura

Las elecciones generales tuvieron lugar el 20 de diciembre. Un mes después, el 22 de enero, el rey concluía con Mariano Rajoy la primera ronda de contactos para proponer un candidato a la investidura. El partido más votado había sido el suyo. Pero, lejos de la mayoría absoluta, al PP no le bastaba con sus votos para que su candidato saliese de forma exitosa de un pleno de investidura.

Ese día, el 22 de enero, Rajoy ofrecía una rueda de prensa en la Moncloa en la que informaba de que "de momento" declinaba la oferta del rey para someterse al criterio de la Cámara baja.

Minutos antes de que el presidente del Gobierno saliese a comunicar a los periodistas las palabras que había trasladado al rey, Zarzuela emitía una nota en la que se explicaba que durante la entrevista mantenida con Rajoy, el jefe del Estado le había ofrecido ser candidato a la Presidencia del Gobierno y que este lo había rechazado. "Don Mariano Rajoy Brey ha agradecido a su Majestad el Rey dicho ofrecimiento, que ha declinado", rezaba el escrito. La Casa del Rey explicaba que el monarca había pedido al presidente del Congreso por aquellas fechas, el socialista Patxi López, que le facilitase de nuevo la lista de los representantes designados por los partidos para acudir a una nueva ronda de conversaciones.

Horas después de conocerse la noticia, el PSOE acusaba al líder de los conservadores de utilizar de forma "partidista" las "instituciones y reglas democráticas" y le exigía que presentase "su candidatura" o renunciase "definitivamente a ella". "El PSOE defiende el cumplimento escrupuloso de los procedimientos democráticos, y por tanto cree que Rajoy tiene la obligación constitucional de aceptar el encargo real y presentar su candidatura a la investidura o renunciar definitivamente a ella", apuntaban desde el partido encabezado entonces por Pedro Sánchez.

Al mismo tiempo, como contó infoLibre, la espantada de Rajoy sembró dudas sobre el papel del rey dejando, además, en mal lugar al presidente del Congreso. 

Los constitucionalistas consultados por este diario subrayaban que la decisión del presidente del Gobierno de "declinar el ofrecimiento" del rey para someterse a la primera votación de investidura les ofrecía serias dudas sobre el rigor con el que se habían aplicado los preceptos constitucionales. Destacaban el hecho de que la Casa del Rey comunicara oficialmente ese "ofrecimiento" y el rechazo de Rajoy, un hecho que, a juicio de estas fuentes, dejaba al presidente del Congreso –quien tiene constitucionalmente la potestad de realizar la oferta– en una función de "mero burócrata o recadero".

Además, destacaban que no pasaba inadvertida la posición en la que el "no" provisional de Rajoy había colocado al rey, que se examinaba como jefe del Estado en un proceso de formación de Gobierno muy cuesta arriba. Por aquellas fechas, fuentes de la Casa del Rey mantenían que se actuó en todo momento de acuerdo a lo que estipula la Constitución.

2. La propuesta de Sánchez

La segunda cita importante tuvo lugar el 2 de febrero, cuando el monarca propuso al socialista Pedro Sánchez someterse a una sesión de investidura. 

Los días previos, como adelantó este diario, el PSOE había trasladado a la Casa del Rey que si proponían candidato a la investidura, este tenía que ser Rajoy. En la dirección socialista sostenían que la Constitución impedía que Rajoy declinase la propuesta del rey y esperaban que, contrariamente a lo que ocurrió, Felipe VI no propusiese a Pedro Sánchez.

No obstante, destacaban que si el monarca acababa designando al entonces líder socialista este aceptaría "por responsabilidad", pero asumiría el encargo convencido de que la Casa del Rey no le "habría tratado igual" que al presidente del PP. Así ocurrió.

En el anuncio de la propuesta de Pedro Sánchez la Casa del Rey enmendó, con la forma de proceder a la hora de trasladar a los ciudadanos el resultado de la segunda ronda de contactos de Felipe VI con los partidos, el protocolo empleado el 22 de enero. Fue ese día cuando Mariano Rajoy, tras cerrar la primera ronda, declinó el ofrecimiento de ser candidato a la Presidencia del Gobierno.

En esta ocasión, la Casa del Rey sí dejó en manos de Patxi López el anuncio del resultado de la segunda ronda de contactos. Así, desde La Zarzuela no partió más comunicación que un correo electrónico remitido a los medios en el que se informaba de que el rey había convocado al presidente del Congreso. Poco antes, el presidente del Gobierno en funciones había abandonado el palacio dejando claro al rey, según señalaría después Rajoy, que seguía sin apoyos.

Una vez que Patxi López había informado desde la Cámara baja de la decisión de Felipe VI de que fuese Sánchez el que intentase someterse al criterio del Parlamento, la Casa del Rey colgó en su página web una breve nota en la que se daba cuenta de lo que el presidente del Congreso ya había comunicado con anterioridad. 

"Tras finalizar estas consultas con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, su majestad el rey comunicó al presidente del Congreso de los Diputados la propuesta de que Don Pedro Sánchez Pérez-Castejón sea candidato a la Presidencia del Gobierno, que deberá recibir la confianza de la Cámara", podía leerse en el comunicado.

3. Rajoy, a la tercera

Sánchez fracasó en su intento de ser investido presidente. Se disolvieron las Cámaras. Y el 26 de junio se celebraron nuevas elecciones generales. El resultado fue menos ajustado, pero igual de incierto: sin mayoría absoluta y sin, a priori, claros bloques dispuestos a pactar. La primera ronda de contactos de los partidos con el rey culminó el 28 de julio con Rajoy. Ese día, el por entonces presidente del Gobierno en funciones dijo "sí" pero con matices. "Me ha encargado que intente la investidura. Le he explicado que hasta el momento no cuento con los apoyos para ello, pero que acepto el encargo", avanzó.

El 30 de agosto comenzó la sesión de investidura, un debate que concluyó el 2 de septiembre con el fracaso de Rajoy en segunda votación.

Tras una segunda ronda contactos del rey con los representantes de los grupos parlamentarios con representación parlamentaria, Rajoy llegó a una nueva sesión de investidura el 26 de octubre. Perdió en la primera votación. Pero el día 29, gracias a su pacto con Ciudadanos y Coalición Canaria, y a la abstención de 68 diputados del PSOE, el líder del PP logró los votos necesarios para seguir en la Moncloa.

4. La "generosidad" del PSOE y el discurso de la recuperación

Para completar el proceso, el monarca acudió al Congreso de los Diputados a pronunciar el discurso de apertura solemne de las Cortes. Esto ocurrió el 17 de noviembre. Era su primer discurso [aquí, en PDF] de este tipo. Y estuvo repleto de alusiones políticas a los representantes de todos los partidos políticos.

Felipe VI aplaudió que por fin hubiese legislatura y que, gracias a ello, los ciudadanos no hubiesen tenido que acudir de nuevo a las urnas. Habría sido la tercera vez. Así, puso en valor que haya Gobierno gracias al diálogo y la responsabilidad, en clara alusión a los socialistas, que se abstuvieron para que gobernara Mariano Rajoy, y a Ciudadanos. El partido liderado por Albert Rivera había firmado meses antes un pacto de investidura con el PP.

"Es muy importante subrayar que la crisis de gobernabilidad se ha resuelto, finalmente, con diálogo, con responsabilidad y también con generosidad. No hay duda de que los intereses generales han estado muy presentes en su solución y de que, a largo de todos estos meses, nuestra Constitución se ha cumplido y los procedimientos constitucionales se han respetado", sostuvo.

En todo caso, el rey se refirió al "desencanto" ciudadano con la política, sobre todo cuando no estaba claro que iba a poder ser investido un candidato. "La eventualidad de una nueva convocatoria electoral", dijo, generó "ciertamente inquietud y malestar en nuestra sociedad, desencanto y –por qué no decirlo– distanciamiento de nuestra vida política en muchos ciudadanos, y preocupación en nuestros socios y aliados".

Como sí ha venido haciendo en sus discursos de Nochebuena, demandó ejemplaridad en la vida pública. La vida en democracia, dijo, no se agota en sí misma. "Requiere cuidado y atención para mantener su vitalidad; precisa dedicación y gran esfuerzo para su mejora y perfeccionamiento permanente", dijo antes de aludir concretamente a la "corrupción".

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"Señorías, la corrupción, que ha indignado a la opinión pública en todo nuestro país y que debe seguir siendo combatida con firmeza, tiene que llegar a ser un triste recuerdo de una lacra que hemos de vencer y superar", sostuvo.

No pasó inadvertido que el monarca, muy en línea con las tesis del Gobierno de Mariano Rajoy, sacó a relucir el llamado "discurso de la recuperación económica".

"Es claro que la crisis económica ha tenido profundas consecuencias en nuestro sistema productivo; pero también y sobre todo, en las personas y en nuestra cohesión social, privando a muchos de nuestros compatriotas de empleo, especialmente a los más jóvenes. Sin embargo, el ritmo constante de recuperación de nuestra economía, su crecimiento y la generación de puestos de trabajo constituyen una realidad cierta y positiva que nos permite albergar fundados motivos en la superación de los desequilibrios generados por la crisis", subrayó.

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