Primarias del PSOE

Díaz endurecerá su campaña para frenar a Sánchez mientras crece el temor a la fractura en el PSOE

Susana Díaz, el martes en una visita a la Feria de Abril de Sevilla.

Ibon Uría

Susana Díaz quiere despegarse de Pedro Sánchez en la carrera por el control del PSOE y endurecerá su campaña para ello. Porque lo que demostró este viernes el proceso de recuento y verificación de avales es que las fuerzas entre ambos sectores están más igualadas de lo esperado: la andaluza sigue en cabeza, pero sólo por 6.273 firmas —pese a sus numerosos y relevantes apoyos orgánicos—. Con las cartas ya sobre la mesa, el equipo de Díaz ha tomado conciencia de la necesidad de poner toda la carne en el asador.

La incredulidad con la que los apoyos de Díaz recibieron el jueves las más de 50.000 firmas sanchistas se tornó este viernes en sorpresa. Inicialmente sospechaban que el número de rúbricas del exlíder estaba inflado —especialmente en lugares como la Comunitat Valenciana, gobernada por el susanista Ximo Puig y donde Sánchez declaró haber logrado 8.000 firmas por 5.000 de Díaz—, pero esa impresión se desvaneció durante el proceso: al final se le anularon más avales a la presidenta de la Junta que a su rival.

En la candidatura de Díaz contaban con que el ex secretario general pudiera lograr 35.000 o 40.000 firmas, pero no muchas más. En todo caso, este viernes el clima era aún de confianza en la victoria final: con una participación tan elevada en esta primera ronda —7 de cada 10 militantes han apoyado a algún aspirante—, es más complicado dar la vuelta a esa ventaja de más de 6.000 votos, argumentaron. Los colaboradores de la andaluza creen que el resultado el 21 de mayo será "muy parecido" al de la fase de avales.

"La diferencia de 6.000 avales se puede mantener en las urnas, porque la participación ha sido muy alta", razona uno de los principales apoyos de la presidenta de la Junta y referente del PSOE. "Lo normal es que votes por aquel candidato a quien has avalado", coincide otro dirigente alineado con Díaz y con larga trayectoria en el partido. "No hay nervios: vamos por delante, aunque es cierto que todo puede acabar estando más ajustado de lo que parecía", admite un colaborador de la campaña.

Combatir a Pedro Sánchez

Pese a que se siguen considerando favoritos para la victoria final, los cerebros de la campaña de Díaz admiten algunos errores estratégicos. El principal es que hasta ahora no se han esforzado lo suficiente en contraponer un relato al de Sánchez, ni en destacar sus "incoherencias", "contradicciones" y "puntos débiles". "No hemos ido al cuerpo a cuerpo ni a cuestionar sus planteamientos", comenta una fuente de este sector. "A lo mejor tenemos que empezar a enseñar un poco más los dientes", agrega otro dirigente veterano.

Una primera muestra de esa campaña más combativa la dio la propia Susana Díaz este viernes, en declaraciones a los medios durante su visita a Baleares. Preguntada por el número de avales de Sánchez, replicó: "Es verdad que hay quien está contento por ser segundo, y ya es la tercera vez que está contento por ser segundo, pero a mí me gusta más que seamos primeros". Y sobre sus propios datos, afirmó que son un "resultado histórico" que ni siquiera ella misma se "esperaba": "Pensaba que tendría menos".

La idea de una Díaz al ataque, sin embargo, despierta algunas dudas en su entorno, que está convencido de que es necesario desgastar a Sánchez pero que no sabe si conviene que sea la propia Díaz quien lo haga: "Ella tiene rasgos duros, y si va muy al ataque se le puede volver en contra", dice uno de los referentes del partido en los últimos años, quien señala otro problema: los medios de comunicación favorecen el "cara a cara" entre aspirantes, y es difícil que otras figuras susanistas tengan espacio y hagan daño al exlíder.

Poner las pilas al aparato

La otra clave, a juicio de las fuentes consultadas por este diario, es que hace falta que todo el aparato favorable a la presidenta de la Junta se ponga a trabajar al 100%, porque de momento no logran despegarse de Sánchez. "El aparato de Pedro ha trabajado mejor", admite un miembro de la candidatura. "Esto a Susana le puede venir bien, porque por ahora van un poco de sobrados. Que se pongan las pilas", comenta un veterano socialista. Díaz reconoció este viernes que necesita "trabajar más" algunas federaciones.

Determinados miembros de la candidatura también reconocen que subestimaron a Sánchez y aseguran, por ejemplo, que Díaz decidió no entregar unos 3.000 avales que había conseguido en Andalucía para reducir el peso relativo de esa comunidad en el conjunto de sus apoyos. Además, para un estratega susanista, hay barones y territorios que "no han hecho los deberes", como Castilla-La Mancha, la Comunitat Valenciana, Extremadura, gobernadas por García-Page, Puig y Vara, todos afines a Díaz.

Ferraz no desveló este viernes la procedencia de los avales, pero dado que durante la verificación tanto a Díaz como a Sánchez se les anularon entre el 7 y el 8%, las cifras dadas por las candidaturas parecen aproximadas. Pues bien, según esos datos en Castilla-La Mancha la primera sólo se impuso por 869 firmas al exlíder, en Extremadura por 671 y en la Comunitat Valenciana el madrileño le sacó 2.792. Fueron los feudos susanistas que no cumplieronsusanistas: "No se hizo el esfuerzo que se debía", dice un apoyo de la andaluza.

Un responsable de Organización afín a Díaz admite que ahora habrá que hacer un "estudio serio" de en qué territorios hay "más opciones" de captar nuevos apoyos: "Como si fuera una verdadera campaña electoral", comenta, el diseño del tramo final de la carrera por el puesto de mando socialista tendrá que ser estudiado al milímetro. Comunitat Valenciana y Cataluña —allí Sánchez logró 6.000 firmas y Díaz sólo 1.000— se perfilan como lugares clave, aunque esta fuente admite la "dificultad" de la tarea. 

Un fractura profunda

De fondo persiste la preocupación por la división y el enfrentamiento en el PSOE, que los mayores dicen no recordar en ninguna época anterior y que nadie sabe a ciencia cierta cómo resolver. "Esto es imposible de reconducir. Nunca había visto un odio salvaje como el de ahora", lamenta un cargo afín a Díaz. Un veterano cerebro del partido consultado por este diario advierte de que "gane quien gane" el frentismo puede ser "interminable", especialmente porque después del federal se celebrarán los congresos regionales. En ese sentido, el número dos de una federación susanista avisa de que el discurso de Sánchez "machaca" a los presidentes autonómicos en un ejercicio "irresponsable".

El expresidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra publicó, en este sentido, un artículo en El País este viernes donde reclamó la retirada de los tres aspirantes para hacer "un Congreso en paz" antes de elegir líder. Porque "por este camino vamos al desolladero", alertó. Sus palabras no tuvieron mucho eco: los susanistas confían en que, tras vencer, su candidata calme los ánimos "como hizo en el PSOE de Andalucía". Los sanchistas sostienen que "la militancia obligará a todos" a recomponer alianzas.

El PSOE proclama oficialmente a los tres candidatos a primarias y fija en 6.539 la distancia de avales entre Díaz y Sánchez

La incógnita de Patxi

Casi tan poco efecto como el texto de Ibarra tuvo el intento de Sánchez de atraerse al tercer aspirante en liza. Por la mañana, en un acto en la localidad gaditana de Alcalá de los Gazules, el ex secretario general anunció que tendía la mano a su "querido compañero" Patxi López, algunas de cuyas propuestas hacía suyas y, a quien pedía "compartir camino" y concurrir en alianza a las primarias. Horas después, en una rueda de prensa, López zanjó toda duda: "Ni apaños ni pactos. Mi candidatura no se va a retirar", proclamó.

La pregunta ahora es qué pasará con los 10.866 militantes que avalaron al exlehendakari: ¿Le serán fieles o habrá quienes por otro candidato ante la evidente polarización? La pregunta tiene difícil respuesta. Díaz y Sánchez coinciden en que López no tiene opción de victoria. En el equipo de la primera creen que, si hay fuga de apoyos, beneficiaría por igual a la presidenta de la Junta y al ex número uno, pero que no alteraría sustancialmente el reparto de fuerzas. En el de Sánchez sí confían en atraerse a una mayoría de patxistas.

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