Los libros

Abuelos rebeldes buscan utopía

Portada de Necesito una isla grande, de Rafael Soler.

Necesito una isla grande

Rafael Soler

Contrabando

2020

Valencia

Como un visionario, pues parece una premonición, Rafael Soler nos presenta esta novela inusual: Necesito una isla grande es el relato de un viaje que podría ser el último. Es una narración solidaria y cómplice que ocurre cuando el alma y el corazón andan cansados. Por eso sus personajes necesitan una isla grande, rodeada de una naturaleza plena que los pueda abrazar e insuflar de aire fresco y libre, símbolo de refugio.

La novela cuenta la historia de la fuga de cinco personas de una residencia de ancianos: como si se tratase de una cárcel, que es lo que ellos sienten, planean y disponen la huida hacia el mar. El medio de transporte, una furgoneta robada, con el objetivo, entre otros, de comprarse un loft, sin saber lo que es esto. Pero la búsqueda de una isla en donde comer y beber bien, sea lo prioritario. Nos llevan estos cinco personajes mayores a las lecturas de aventuras de nuestra juventud, de aquella saga y colección de libros de la escritora Enid Blyton que nos tenía atrapados: Los cinco se escapan, Los cinco junto al mar…, tan entrañables. Como en esta historia que se cuenta en Necesito una isla grande, también ocurrían peripecias imprevisibles en aquellos libros juveniles, en donde se repiten otras vivencias con otra edad, pero con la misma urgencia y las mismas ganas. Juventud y senectud repletas de vitalidad.

Rafael Soler, escritor valenciano afincado en Madrid, tiene una dilatada obra, escribe novela, relatos y poesía. Desde su primera novela, El grito (1979), le han sucedido libros de relatos, poemarios, novelas, hasta este mismo año con este libro que presentamos y el poemario Leer después de quemar. Su profesión de arquitecto se refleja en la buena construcción de sus obras.

“Vivir es un asunto personal”. Con esta cita del propio autor comienza esta novela que es un homenaje a los mayores o, como él los denomina, “abuelos rebeldes, dispuestos a salir al mundo, antes de que los saquen del mundo”. Está estructurado en 28 capítulos en donde sucede una historia cercana y triste, en clave de humor negro, pero repleta de utopías. En ella medita y da voz a la sabiduría de unos personajes mayores que tienen mucho que decir, y sobre la importancia de escucharlos y de darles la visibilidad que les corresponde. Hace un guiño al poema Alianza y condena, de Claudio Rodríguez: “Estamos en derrota nunca en doma”. Tan a propósito y significativo para la trama.

Soler reflexiona entre esta locura de la cordura y los diálogos que mantienen estos personajes, de este colectivo que parece que cuando no produce se le aparca. Esta novela es un canto solidario a estas personas llenas de vida, a las que les urge aprovechar el momento. Un libro singular que cuestiona el frío ¿cómo se van a ir de esta existencia mientras haya ilusiones? Así que, antes de que los saquen del mundo, buscan un paraíso: una isla grande en donde sobrevivir entre el sol, los atardeceres y la luna, para abrigarse. Abandonan sus debilidades, sus fragilidades y se lanzan rabiosos y rebeldes a la conquista de sus deseos y de libertad. Quieren trasladarse de un asilo a un oasis. No temen ya a nada.

Rafael Soler en esta narración va más allá de la creación. Recrea y crea conciencia a través de estos personajes que nos hablan y se hablan. Tocan y rozan a los lectores a la par que entre ellos. Son fervorosos militantes de la utopía. Es lo que les queda. Así, las pequeñas cosas, los detalles, los instantes, es lo que ellos quieren recuperar porque a veces, sin darnos cuenta, no reparamos. Y es ahora a esta edad y enfermos cuando más se valoran. Dibuja con precisión las distintas escenas, utilizando todo tipo de recursos literarios y cinematográficos como es el flashback. Con la técnica de la analepsis alterna la narración, conectando con los distintos momentos del pasado. Esta forma de enlazar los capítulos nos traslada de un espacio a otro. Así, construye una novela que está contada en primera y tercera persona para narrar los sucesos que acontecen, y diferenciarlos de la realidad. Todo expresado a través de un narrador omnisciente que intercala chispeantes conversaciones sencillas y ocurrentes, coloquialismos que unas veces son amables y otras no tanto, con la extravagancia como telón de fondo. Es sugerente y original el uso de distintos tipos de letras, mezclado con diversos discursos como esquemas, prospectos, panfletos, anotaciones, apartes y anécdotas que intercala.

El poeta, la poeta, lo poeta

El poeta, la poeta, lo poeta

Es un libro emocionante en donde Rafael Soler de una historia pequeña ha creado una grande, con conciencia solidaria. Un universo narrativo que se desordena en el tiempo para descubrir vidas, a base de monólogos interiores, diálogos y con la superposición de tiempos narrativos, pero con una línea argumental en donde el recuerdo y la nostalgia protagonizan la trama, unas veces con un lenguaje directo y otras con estilo indirecto. Una adecuación de forma y fondo de un viaje con fin de trayecto de "un tiempo que no queda".

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Carmen Canet es crítica literaria y aforista. Su último libro es Olas (La isla de Siltolá, 2020).

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