Crisis del coronavirus

Ayuso presume de capacidad diagnóstica a pesar de que los antígenos sólo cubren el 56% de la caída de PCR

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la Asamblea de Madrid.

Desde el comienzo de la pandemia, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha presentado la estrategia diagnóstica de la región como una referencia a nivel nacional. Durante la primera ola de la pandemia, no dudó en hacer gala de las decenas de miles de test rápidos que había comprado el Ejecutivo regional para detectar contagios en el menor tiempo posible. “Los mejores que ha traído España”, dijo entonces en clara alusión al fiasco que el Ministerio de Sanidad experimentó con una partida de 50.000 que llegaron defectuosos desde China. Ahora, cinco meses después y con el segundo zarpazo del coronavirus cebándose especialmente con Madrid, la presidenta madrileña se agarra a los cinco millones de pruebas de antígeno adquiridas en las últimas semanas para presumir de su gestión en relación con el diagnóstico de casos. Estos test, llevan días deslizando desde la Puerta del Sol, han venido a sustituir a los famosos PCR. Principalmente, por su rapidez a la hora de arrojar resultados. El problema es que su uso, a día de hoy, sigue sin cubrir el desplome registrado en las últimas semanas en relación con el segundo tipo de pruebas. De hecho, de momento sólo tapa el 56% de ese agujero.

Díaz Ayuso volvió a comparecer este jueves en la Asamblea de Madrid para dar cuenta de la gestión de su Ejecutivo relativa a la crisis del coronavirus. Casi una semana después de la activación del estado de alarma en la región, la presidenta volvió a cargar con dureza contra el Gobierno central, al que acusó de imponer ese escenario excepcional “a punta de pistola”. Durante la sesión, la líder madrileña no dudó en presumir de la estrategia diagnóstica que se está llevando a cabo en suelo madrileño. Lo hizo cuando desde la oposición se puso en cuestión los datos que la región traslada al Ministerio de Sanidad a diario. “Lo primero que hay que hacer es contrastar los datos tanto de las pruebas PCR –reacción en cadena de la polimerasa– como de antígenos y aclarar las numerosas dudas al respecto de las cifras de Madrid”, señaló durante su intervención el portavoz del PSOE en la Cámara madrileña, Ángel Gabilondo, quien recordó que “el porcentaje de positividad” sigue siendo “muy alto” a pesar de que se están realizando “menos pruebas”. Dudas sobre los datos que también puso sobre la mesa la portavoz de Vox en el Parlamento madrileño, Rocío Monasterio.

En respuesta a ambas intervenciones, Ayuso defendió la labor de su Ejecutivo. “Las autoridades regionales sabemos lo que estamos haciendo”, dijo. Y se metió de lleno con el tema de las cifras. “Las dudas que hay son las que ustedes lanzan diariamente a los medios de comunicación. Les estamos diciendo que hemos comprado cinco millones de test de antígenos y que estamos sustituyendo los PCR por antígenos porque son más rápidos, lo que facilita el trabajo a los sanitarios, y también lo cuestionan”, respondió a Gabilondo la presidenta regional. “Hemos multiplicado por diez nuestra capacidad diagnóstica. Estamos diagnosticando a tiempo”, dijo, por su parte, a la portavoz de la ultraderecha. Sin embargo, lo cierto es que la Comunidad de Madrid lleva semanas reduciendo la cantidad de pruebas diagnósticas que se realizan. Entre el 20 y el 26 de septiembre, hace menos de un mes, la región estaba en una cifra de 2.487 PCR por cada 100.000 habitantes, según los datos del Ministerio de Sanidad. Ahora, contando tanto estas como los antígenos, se encuentra en unas 2.077 por cada 100.000 habitantes.

Por el momento, el incremento en el uso del último modelo de test rápidos, que permiten obtener resultados con una fiabilidad superior al 90%, no está tapando el agujero que deja el desplome de las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa. Si hace tres semanas se hicieron en la región 172.842 PCR, según los datos de la propia Consejería de Sanidad, la semana pasada esa cifra se situaba en 79.697. En total, 93.145 menos. En paralelo, el número de antígenos pasó en ese mismo periodo de 5.800 a 58.697, un incremento de 52.897. Es decir, que por el momento este tipo de test de los que se hace gala apenas cubre el 56% de la caída que se ha producido en las de reacción en cadena de la polimerasa. Estas cifras también desmienten que Madrid sea en estos momentos la comunidad autónoma que más pruebas diagnósticas hace de toda España, como aseguró este jueves la presidenta madrileña en la Asamblea. En total, contando ambos métodos, se hicieron entre el 5 y 11 de octubre en suelo madrileño 138.394 pruebas. En esa misma semana, en Cataluña la cifra de PCR se situaba por encima de las 145.000.

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Bandazos y un millón de test que nunca llega

La estrategia diagnóstica de la Comunidad de Madrid lleva en cuestión desde que la segunda ola de la pandemia comenzó a azotar con fuerza la región. Principalmente, por los bandazos dados y las promesas incumplidas. A finales de septiembre, el mensaje que se lanzaba desde el Ejecutivo regional era el de pruebas para todos. Esa era la estrategia que la propia Ayuso puso encima de la mesa, por ejemplo, al inicio del curso escolar a fin de tranquilizar a los padres. Sin embargo, los criterios no tardaron mucho en ser modificados. En concreto, menos de un mes. El giro comenzó en los centros educativos, donde el protocolo pasó de establecer test a la totalidad del grupo burbuja en cuanto existiese un positivo a sólo reservarlos para aquellos miembros que presentaran síntomas compatibles con la enfermedad. Luego, los cambios afectaron a toda la población. Desde el 30 de septiembre, ya no se hacen pruebas a cada uno de los contactos estrechos de un contagiado. Estas pruebas ahora sólo se realizan cuando esas personas presentan sintomatología o son convivientes del positivo, población de riesgo o trabajadores esenciales.

Y mientras se iban consumando estos bandazos, otra de las promesas estrella de Isabel Díaz Ayuso en relación con el diagnóstico se iba desinflando poco a poco. Hace un mes, cuando el Ejecutivo de la Comunidad de Madrid anunciaba los primeros confinamientos en más de una docena de zonas básicas de salud, la presidenta regional prometió que se harían “en una semana” un millón de pruebas de antígenos en las áreas más castigadas por el virus. Luego, el viceconsejero de Salud Pública y Plan Covid-19, Antonio Zapatero, rebajó la cantidad a unas 520.000. Pero hasta la fecha, no se ha hecho ni un millón de pruebas ni tampoco medio. Desde aquel anuncio, se han hecho un total de 89.135, según los datos de la propia Consejería de Sanidad. Diariamente, explica el departamento que dirige Enrique Ruíz Escudero, se hacen de media en los centros de salud entre 9.000 y 10.000 de estas pruebas. De mantenerse ese ritmo en las zonas afectadas, y asumiendo la cifra de diez millares por día, las 520.000 pruebas no estarían hechas hasta casi el mes de diciembre. Y si nos ajustamos a la promesa de Ayuso, el millón no se completaría hasta dentro de tres meses. Muy lejos de la semana que la presidenta madrileña prometió para llevar a cabo su estrategia de cribado masiva.

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