RENOVACIÓN DEL CGPJ

El Gobierno se guarda sus pasos sobre el Poder Judicial tras consumarse el bloqueo de un Feijóo "desacreditado"

Sánchez, Batet y Bolaños en el acto del día de las víctimas del franquismo

“Cumplir la Constitución”. De ahí no sale el Gobierno sobre el futuro que espera al Consejo General del Poder Judicial tras suspender el PP las negociaciones con la excusa de la futura reforma del delito de sedición. La Justicia se encuentra en una situación límite por ese bloqueo de Alberto Núñez Feijóo y el Gobierno se da un tiempo para adoptar la posición definitiva.

El Gobierno ni descarta ni desmiente ni se pronuncia sobre posibles escenarios. La portavoz del Ejecutivo y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, no dio ninguna pista ante las reiteradas preguntas de los periodistas este lunes tras la reunión del Consejo de Ministros. Lo que hace La Moncloa es poner el foco sobre el actual líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, y creen en el entorno presidencial que esta actitud desgastará al líder de los conservadores, que ya no se podrá presentar como un hombre de Estado.

Dentro de la coalición hay presiones por parte de Unidas Podemos para rescatar, como plan b, la reforma planeada por el PSOE y ellos para forzar al Partido Popular, que conllevaría la rebaja a un mayoría absoluta (actualmente hacen falta dos tercios del Congreso y del Senado para el nombramiento de los nuevos vocales). Rodríguez no negó esta posibilidad durante la rueda de prensa del Consejo, aunque ya la retiraron los socialistas hace meses al despertar recelos en Bruselas.

La situación endiablada de los otros escenarios

Esta opción supondría poder cambiar el Consejo en unos meses, pero también tiene varios peros a tenor de los socialistas. Por un lado, está el malestar de la UE. Y, además, podría acarrear críticas de autoritarismo por parte de la oposición, que tiene en este punto una de las bases de su estrategia para desgastar al Ejecutivo. Asimismo, también es una moneda con dos caras, pues un Gobierno con mayoría de PP y Vox podría utilizar esa ley para cambiar el Poder Judicial en solitario.

Otro de los posibles escenarios sería el de una renuncia de los actuales vocales del Consejo General del Poder Judicial. Esto ya lo hizo el ya expresidente del Tribunal Supremo y del CPGJ Carlos Lesmes, pero no ha sido efectivo para renovar finalmente y los vocales no han mostrado hasta el momento voluntad de ellos. Además, sólo podría servir si lo hacen la mayoría para que no hubiera quorum. La unidad ahora mismo no se ve posible el CGPJ, que ni siquiera ha logrado consensuar los nombres del Tribunal Constitucional que le corresponden por las objeciones del sector conservador.

El Gobierno, de hecho, tiene pendiente también el nombramiento de los otros dos miembros del Constitucional que le competen y hasta ahora había decidido esperar a la renovación del Consejo General del Poder Judicial. En este nuevo escenario tampoco ha hecho público si pretende efectuar los cambios sin esperar al CGPJ.

Tampoco el Gobierno quiso mandar el mensaje de que acepta que la situación quede enquistada y los conservadores sigan imponiéndose en el Consejo General del Poder Judicial. El PP dice que se puede seguir hablando porque las puertas están “cerradas, pero no con llave”. Desde La Moncloa se insiste: no van a caer en su “chantaje”. Y en el Ejecutivo, además, restan autoridad a Alberto Núñez Feijóo: está “desacreditado” y con él no se puede “ni jugar al parchís”. Tampoco cambian su postura sobre la sedición, ya que mantienen su compromiso de reformarla para reducir las penas, en consonancia con otros países europeos, y lo harán en el Congreso cuando tengan la mayoría suficiente.

El mensaje de Sánchez al PP

El propio Pedro Sánchez mandó un mensaje al PP, durante el acto en homenaje a las víctimas del franquismo, sin precisar qué decisión va a tomar a partir de ahora. Dijo en alusión a los populares que deben cumplir con la Carta Magna sin excusas, sin subterfugios y de principio a fin.

“No basta con acatar desde una posición pasiva”, afirmó el jefe del Ejecutivo durante el acto, al que no asistió Alberto Núñez Feijóo a pesar de estar invitado por Moncloa. El presidente subrayó que se debe cumplir con la Carta Magna “en todos los extremos, desde el primero al último de los artículos”.

El Ejecutivo centra durante estos días sus críticas en Núñez Feijóo. Sánchez mostró ya su enfado en el viaje de vuelta de Sudáfrica al enterarse del cese de las negociaciones. En el Gobierno reflexionan que Feijóo se ha echado para atrás ante la presión de la derecha política y mediática. Rodríguez lo expresó así: “Obedece a los más ultras”. Según fuentes del Gobierno, lo que no se puede es naturalizar el incumplimiento de la Constitución y esto lo “va a debilitar”. “No tiene autonomía para tomar decisiones”, comentan.

Además, entienden en el Ejecutivo que el PP ahora trata de desviar el foco para que no se evidencie su “incompetencia constitucional”. Para Moncloa, los dirigentes populares están tratando de “distraer” la atención, pero “lo ha visto toda España”. Y reflexionan que en Bruselas estarán espeluznados con el PP porque “la situación es grave”.

Feijóo entierra su imagen de moderación mientras se imponen las tesis de Ayuso sobre el bloqueo del CGPJ

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“Quien se niega a cumplir la Constitución no tiene legitimidad para exigir su cumplimiento. Aquellos que se encuentran rebeldía constitucional no están habilitados para nada”, aseveró Isabel Rodríguez en este sentido también este lunes. Pero sin pistas sobre cómo se hará cumplir la Constitución ante esta situación de bloqueo absoluto del PP desde hace cuatro años.

El intento del PP de desviar la atención

La estrategia, en cambio, del PP sigue pasando por culpar al propio Sánchez y no asumir ningún tipo de culpa sobre el bloqueo ejercido por el partido. Incluso el ‘número tres’ del Partido Popular, Elías Bendodo, llegó a calificar al presidente de “mal español” y de “mal socialista”. Llevando esto al extremo para despistar sobre su posición con una ofensiva en todos los ayuntamientos y parlamentos autonómicos para que se pronuncien sobre el delito de sedición. Los populares se agarran a eso cuando es un compromiso público y notorio adquirido por el PSOE desde el propio discurso de investidura hace tres años.

Y yendo más allá en sus especulaciones para desgastar al Gobierno: "Esto no es una agenda de desjudicializaciones, es una aministía total del Gobierno con los golpistas en Cataluña que es inasumible". Además, mostraron en el PP que el momento para romper fue cuando María Jesús Montero repitió el jueves en la tribuna que se llevaría a la Cámara Baja esa reforma en el turno de debate con Esquerra. Pero la propia ministra matizó luego que cuando hubiera mayoría, y además el propio Sánchez había ratificado días antes su intención. Así, los socialistas ven sólo una excusa del PP para seguir bloqueando el CGPJ.

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