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Delitos

Noelia de Mingo, la doctora que asesinó a tres personas en 2003, detenida por acuchillar a dos personas en el El Molar

Noelia de Mingo a la entrada de los juzgados de Plaza Castilla, en una imagen de archivo de 2017.

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La Guardia Civil ha detenido a la conocida doctora con problemas mentales Noelia de Mingo, condenada por matar en 2003 a tres personas y herir gravemente a otras en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, por acuchillar hoy lunes a dos personas en un supermercado de la localidad de El Molar, han informado a Europa Press fuentes de la investigación.

La agresora ha sido trasladada esta tarde a la Unidad de Psiquiatría del Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes para su ingreso forzoso. De Mingo permanecerá ingresada, en calidad de detenida y custodiada por la Guardia Civil, hasta pasar a disposición judicial. 

La agresión múltiple se han producido sobre las 12 horas en el comercio MaxCoop Unide, situado en la avenida de España número 41. Allí ha apuñalado a la cajera, una mujer de 46 años, que presentaba una herida de arma blanca en el hemitórax izquierda. Tras ser estabilizada por los sanitarios del Summa-112, ha sido trasladada en ambulancia al Hospital 12 de Octubre de Madrid.

De Mingo se dirigió luego a una farmacia contigua, donde ha herido a la empleada de dicha farmacia a la altura de la clavícula, una mujer 53 años, que presentaba varias heridas incisas de carácter moderado. Tras se estabilizada, ha sido evacuada al hospital de La Paz, ha indicado a Europa Press un portavoz de Emergencias Comunidad de Madrid 112.

Dos policías locales de El Molar han conseguido desarmar y detener a la autora, que se ha quedado parada varios minutos en una calle con el cuchillo en la mano, ante el estupor y el miedo de muchos vecinos, que se han encerrado en las casas y comercios de la zona. La arrestada ha sido dirigida a dependencias del Puesto de El Molar y el arma ha sido localizada y pendiente de su recogida por personal especialista de Policía Judicial.

La Justicia determinó que "no había peligro para los demás"

Se trata de Noelia de Mingo, que salió de la cárcel en tercer grado en 2017 bajo control de la familia a pesar de haber sido condenada a 25 años en una cárcel psiquiátrica. Ya en 2011 comenzó a disfrutar de salidas terapéutica hasta que en 2017 la Audiencia Provincial de Madrid acordó sustituir el régimen de internamiento por un tratamiento ambulatorio con custodia familiar, concretamente de su madre octogenaria, que vivía en El Molar, de donde son oriundas.

La sección 16 de la Audiencia de Madrid entendió hace cuatro años que la afectada "no constituye en estos momentos, y tras más de diez años de internamiento, un peligro para los demás ni para sí misma" en base a los informes psiquiátricos y psicológicos. Dio respuesta así a la petición que le formuló el juzgado de vigilancia penitenciaria que atendía el caso y a la vista de la coincidencia absoluta de los informes emitidos por todos los profesionales que han tenido contacto con la afectada.

Todos ellos establecieron que Noelia de Mingo padece esquizofrenia paranoide crónica, que no tiene cura, pero "se mantiene estable y no ha vuelto a presentar desde su internamiento episodios de descompensación". También determinan que es "plenamente consciente" de su dolencia (elemento absolutamente esencial en este tipo de padecimiento) y "reconoce perfectamente los síntomas que pudieran hacerle ver que puede empeorar".

Los especialistas también señalaron de forma unánime que se había adaptado sin contratiempos al centro psiquiátrico penitenciario y posee una "clara conciencia" del daño ocasionado. También determinaron que siguiera controlada por el psiquiatra del Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes, quien daría cuenta de su evolución a la Sección 16 de la Audiencia Provincial de Madrid. El mismo profesional tendría que dar cuenta al tribunal de cualquier síntoma o elemento de descompensación que se aprecie en la afectada, sobre la que podrá adoptar las medidas terapéuticas de urgencia que fueran precisas.

Como última medida de control, el tribunal estipuló que cada tres meses la Clínica Médico Forense de Madrid informara de la evolución de la paciente. "La clave, a juicio de este tribunal, para hacer compatible ese equilibrio entre necesidad terapéutica de la respuesta estatal y seguridad, está en el control, en el seguimiento puntual y razonable de la persona afectada por la medida", expusieron los tres magistrados en aquella resolución.

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