"Ataques" antidemocráticos
Según la RAE, son sinónimos del vocablo "ataque" las siguientes palabras, entre otras: asalto, ofensiva, agresión, insulto, ofensa, agravio, disputa, polémica, discusión. He querido comenzar al artículo de opinión así porque voy apoyarme en estos sinónimos para argumentar con claridad mi exposición.
Por desgracia, en el día a día de nuestro país, observamos cómo va aumentando el odio, la crispación, la exclusión social, los desahucios, la opresión mercantil “en todos sus aspectos”, sobre los más débiles; aumentan las argumentaciones cargadas de bulos, falacias y todo ello con un objetivo, provocar “un ataque” antidemocrático contra la ciudadanía de clase media y baja por parte de algunas instituciones: políticas, económicas, judiciales, religiosas, dirigentes políticos cargados de inmadurez y soberbia, asociaciones conservadoras de índole ultraderechista e irracionales, de algunos medios informativos que abusan de la información falaz y de tertulianos cargados de odio. Todos ellos están realizando “ataques”, en base a los sinónimos arriba expuestos, lo que están provocando con ello es que los valores auténticos de la democracia se diluyan, se deterioren e incluso empiecen a ser censurados y a desaparecer, con el peligro que esto entraña para la convivencia social y el bienestar de toda la ciudadanía, que estamos cada vez más cerca de la exclusión social.
El objetivo de estos ataques antidemocráticos no es otro que dar un “golpe” a la democracia y con ello demostrar su supremacía en la sociedad actual y mantener así sus estatus económicos y sociales de superioridad. Es decir, en vez de que estos “supremacistas” velen y luchen por la concordia, por el diálogo, por mejorar el bienestar de la sociedad y de la ciudadanía, de la que dicen y se vanaglorian de representar, se están dedicando a propagar bulos, odio, crispación, falacias y argumentaciones irracionales.
Observar cómo la Iglesia pretende “reeducar” con cursillos a personas LGTBI es una ofensa, una agresión y un insulto a la democracia
Observar cómo la Iglesia pretende “reeducar” con cursillos a personas LGTBI es una ofensa, una agresión y un insulto a la democracia, por tanto es un ataque antidemocrático, pues lo que pretenden es que las diferencias de género y de sexualidad no existan, y con ello atacar uno de los derechos conseguidos gracias a la democracia y los derechos adquiridos a través de las luchas desde hace años.
Observar cómo esta iglesia católica, con sus asociaciones cargadas de irracionalidad –Abogados Cristianos, etc.–, pretende con sus falaces denuncias agredir y provocar polémica, solo para conseguir que solo exista una religión: la católica. Una religión que actualmente está cargada de hipocresía, falacias, de irrupciones en asuntos políticos, de negación de delitos que ha realizado como abusos sexuales a menores, el “robo” de propiedades públicas con sus “ilegales” inmatriculaciones, e incluso con sus actos blanqueadores utilizando a la víctimas. Una iglesia que utiliza recursos públicos para su propio aumento de capital y se niega a subvencionarse con sus propios recursos, utilizando los que recibe del Estado para luchar, asaltar al Estado político y sus instituciones elegidas por el pueblo, demuestra que esta institución está atacando de forma humillante, cruel y desmesurada a la democracia, demostrando con ello ser una institución antidemocrática, como ya lo hizo en el siglo anterior participando activamente en el golpe de Estado y aplaudiendo, en gran medida, al genocidio franquista y a la cruel dictadura posterior.
Ver cómo dirigentes políticos como Feijóo, Ayuso, Aznar, Abascal o Mazón, entre otros, utilizan argumentos infantiles, irracionales, utilizan el poder judicial para su beneficio y realizan ofensivas cargadas de odio y crispación son un ataque a la democracia y demuestran que son antidemocráticos y carecen de cualquier valor humano, pues son capaces de provocar muertes y negar ser los culpables de sus negligencias y de su falta de honestidad, humildad y falta de empatía con las víctimas y sus familias; por lo cual dejan mucho que desear como seres humanos y personas, y lo peor es que culpan a otros que no piensan como ellos y que incluso les han votado, pero han visto y ven sus desmanes, observan sus objetivos, y por tanto se oponen y les critican; pero ellos demuestran que solo tienen un objetivo: asaltar al gobierno de forma antidemocrática ayudándose de un poder judicicial que apoya “ sus desmanes y falacias”.
Es un asalto, una agresión ver cómo las grandes multinacionales energéticas, bancarias y de alimentación aumentan sus ganancias, año tras año, mientras que los usuarios tienen que pagar cada vez más y estas empresas se niegan a pagar más impuestos y rechazan la subida de sus impuestos que el gobierno pretende impulsar, y lo hacen por provocar un ataque a la democracia y sus valores y al Estado, pues se creen superiores y por tanto con unos derechos que la gran ciudadanía no tiene. Lo democrático es pagar más cuanto más ganas y pagar un impuesto si las ganancias son extraordinarias y es antidemocrático exigir pagar menos impuestos y subir los precios para así ganar más o cargar ellos unos impuestos que podrían considerarse “ilegales”.
Y por último considero que es una agresión, una ofensa a la ciudadanía, a todos los demócratas, la existencia de unas asociaciones conservadoras que se dedican a ensalzar a genocidas, a recortar derechos y libertades como el aborto, los derechos de las personas LGTBI, el que ensalcen el patriarcado y, lo peor, no crean en la violencia de género y el cambio climático y la ventaja de la vacunas en la mejora de la salud de las personas, que ataquen, humillen y los marquen como criminales a aquellos migrantes que llegan en patera, poniendo su vida en peligro por llegar a un mundo mejor. Son estas asociaciones antidemocráticas las que no deberían existir en una sociedad del siglo XXI y donde la convivencia es fundamental.
En resumen, nos encontramos ante un ataque antidemocrático por muchas instituciones: religiosas, económicas, políticas y judiciales, como he intentado apoyarme en los sinónimos que este vocablo conlleva. Y en nosotros está que aquellos que apoyan este ataque y sus sinónimos no consigan su objetivo, y para ello utilicemos sus propias armas y utilicemos el sinónimo "lucha", para defendernos de sus ofensas, agresiones y salvaguardar la democracia no dándoles nuestro apoyo, exigiendo una justicia imparcial e igualitaria para todos y todas y criticando a aquellas asociaciones cuyo objetivo sea el recorte de libertades y derechos que la democracia nos está dando y que tanto nos ha costado conseguir, tras derrotar a una dictadura que estas asociaciones e instituciones y dirigentes políticos quieren volver a revitalizar.
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Ximo Estal es socio de infoLibre.