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ENTREVISTA

Gazir: “Cuando explicaba qué eran las 'batallas de rap' se las imaginaban en sótanos con delincuentes y armas"

El rapero asturiano Gazir, en una imagen de archivo.

Gabriel Sánchez (Oviedo, 2001) es un joven de 20 años que vive entre la Ciencia y la improvisación. Gabriel está cursando su tercer año de Física en la universidad a la vez que bajo el nombre de Gazir está triunfando en el mundo del rap. Cuando Gazir se sube a un escenario deja a un lado la timidez y es todo espontaneidad. A pesar de que se dio a conocer hace apenas tres años, es el actual campeón mundial del  freestyle o rap improvisado, ya que ganó en 2021 una de las competiciones más importantes en este mundillo, la FMS Internacional (Freestyle Master Series).

¿Cómo empezaste en el freestyle?

En el freestyle empecé porque me encontré un vídeo en Youtube. Antes no lo conocía y cuando lo vi me gustó mucho de primeras. Empecé a ver una batalla detrás de otra y vi que a mis compañeros del instituto de ese momento también les gustaba. Algunos empezamos a hablar de ello y en el recreo fue donde empezamos a intentarlo. Después empecé a ir a batallas de parque que tenía cerca de Asturias antes de subirme a un escenario. 

¿Son estas batallas de parque el primer paso para subirse a un escenario?

R: En una batalla de gallos de parque cualquiera se puede inscribir, a veces te cobran una inscripción de igual dos euros simplemente para poder poner un premio, pero se puede apuntar quien quiera. Esto da muchas oportunidades, porque no puedes ir de primeras a una competición importante en un escenario. La oportunidad para empezar poco a poco las dan esas batallas callejeras, donde no hay ninguna condición ni ningún número límite de participantes. 

¿Cómo fue tu ascenso?

Fue todo gracias  a un evento aquí en Asturias a principios de 2019 que se llamaba la FME y que traía a cuatro competidores profesionales para hacer un torneo entre ellos y además cogía a cuatro competidores amateur. Todos los que competíamos en el parque nos apuntamos y tuve la suerte de ser uno de los cuatro que eligieron. Nos llevaron a una sala llena con dos mil personas, porque la gente iba a ver a los cuatro profesionales, y tuve la suerte de ganar. A partir de ahí me di más a conocer y la gente del mundillo que me fue conociendo me ayudó y me invitaron a eventos más importantes fuera de Asturias. Así que en mi caso fue gracias a un evento que dio la oportunidad a la gente amateur de subirse al mismo escenario que gente profesional, eso me sirvió como trampolín.

¿Qué valores derivan de las batallas de gallos?

El respeto es el principal, porque a pesar de estar en una batalla atacando a un rival e insultando, cuando acaba nos damos abrazos y salimos del escenario hablando entre risas. Las batallas también sirven para diferenciar los contextos y respetar al otro, saber que el rival es una persona como nosotros, que está allí con sus nervios y sus ganas de aprender. Nuestro rival al final somos nosotros mismos. También hay mucho sentimiento de unión y de empatía, porque al final todos hemos llegado más o menos de una manera parecida, tenemos historias similares. Todos estamos viviendo lo mismo, y al final se forma una familia bastante bonita. 

¿Qué cosas positivas te han aportado las batallas?

R: Para mi día a día me han ayudado mucho. Me han quitado sobre todo mucha timidez y me han dado espontaneidad obviamente. Si te acostumbras a subirte a escenarios con mucha gente, en situaciones más cotidianas no te pones tan nervioso o no eres tan introvertido. Yo antes era bastante tímido y ahora considero una de mis mejores virtudes el no tener vergüenza en ocasiones en las que no hace falta. Las batallas también me han ayudado mucho a madurar muy rápido. En mi caso, con 17 años empecé a vivir una vida de viajes y experiencias que me hicieron madurar deprisa. Creo que si no hubiera entrado en las batallas hoy en día se sabría mucho menos de la vida, sería menos maduro, más tímido...

¿Se puede vivir del freestyle?

Yo actualmente vivo de ello y ahora mismo por el circuito profesional que hay montado entre unas competiciones y otras todos los meses hay mínimo un evento. Cada vez hay más público, más eventos y más gente que puede vivir de esto. Además, también hay otras formas de trabajo que derivan de esto como la publicidad o el patrocinio, y eso ayuda mucho a nivel laboral.

Cuando le decía a algunos de mis profesores que hacía 'batallas de gallos' pensaban que eran peleas de animales ilegales

¿Crees que están mal vistas las batallas de gallos?

R: Creo que cada vez el sector de la población que las ve mal es menor. Hace años, cuando le decía a algunos profesores míos que hacía batallas de gallos pensaban que eran peleas de animales ilegales, y luego cuando les explicaba que eran batallas de rap se imaginaban que eran en sótanos, con delincuentes y armas. Aunque luego si conoces el mundillo ves que es todo lo contrario, y que está llegando a gente de contextos muy distintos. Yo creo que está pasando a ser parte de la cultura general, y aunque la gente no haya visto ninguna batalla, cada vez las estereotipan menos. Aun así, todavía hay gente que las juzga sin saber nada de ellas. 

Entonces, ¿el freestyle es cultura?

R: Para mí sí. Me parece que es una rama del arte que puede aportar mucho. La improvisación está presente en muchos otros géneros como el teatro o el jazz, y el que hacemos nosotros en el rap llega a mucha gente. Aun así es una cultura joven, porque las primeras batallas en España se dieron a principios de los 2000, pero con el paso del tiempo va teniendo más historia y más legado. 

¿Qué significa el freestyle hoy en día para ti?

Hoy en día es para mí como forma de vida prácticamente. No solo por todo el tiempo que dedico a ello con los eventos o los entrenamientos, sino porque el las experiencias que me da son muy intensas. En poco tiempo me he dado muchas experiencias y muchos momentos. En estos últimos años se ha convertido en mi forma de vida.

¿Ha cambiado mucho tu vida desde la primera vez que subiste a un escenario?

Sí que ha cambiado. Todo pasó el mismo año que empecé la universidad y me fui de casa de mis padres. Ahora sigo viviendo en Oviedo y en la misma casa con los mismos compañeros, pero si es verdad que cada vez tengo más cosas que hacer, más viajes… O me encuentro en situaciones como salir con mis amigos o salir a una discoteca y hay mucha gente mirándome. Eso en ocasiones sí es agobiante, pero yo intento que mi día a día sea lo más cotidiano posible para contrarrestar los momentos en los que hay mucha locura. 

Estás muy presente en redes sociales, ¿recibes mucho odio?

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En las redes sociales hay bastante odio en general, porque permiten opinar de manera anónima detrás de una pantalla y eso hace que la gente sea mucho más tóxica e insulte sin ninguna base constructiva. Si que es verdad que he tenido bastante hate al darme a conocer muy rápido; ha sido una montaña rusa cómo me ha tratado la gente. Al principio les parecía el mejor, pero a las dos semanas me empezaron a decir que estaba sobrevalorado, y luego a las dos semanas volvían a cambiar de opinión. Al final he aprendido a vivir con ello y sobre todo a fijarme en la gente que me apoya, que es más, y aprender que hay gente que me tiene manía y haga lo que haga no van a cambiar su idea de mi. Además, cuanto más hate haya es que mejor estoy haciendo las cosas. 

¿Cuál consideras que es el futuro de las batallas?

Yo creo que van a ir a más. Si sobrevivieron a un obstáculo tan grande como es no tener público debido a la pandemia, ya me parece que va a ser difícil que pase algo que las frene. Si miras la historia reciente del movimiento cada algunos años aparece alguna competición, evento u organización que le da el siguiente empujón a esto, y yo creo que va a crecer aún más. 

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