Lula gana de nuevo la presidencia de Brasil con una victoria ajustada sobre Bolsonaro

Brasil tiene nuevo presidente para los próximos cuatro años, aunque es un viejo conocido en el Palacio de Planalto​. El candidato de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva (50,88%) ha ganado por un ajustado margen (de 1,68 puntos) a su rival y actual presidente brasileño, Jair Bolsonaro (49,12%), con el 99% escrutado en la segunda vuelta de las presidenciales brasileñas. El Tribunal Superior Electoral de Brasil ha anunciado que la ventaja de Lula sobre Bolsonaro es insalvable y "matemáticamente" lo ha declarado ganador y presidente electo de Brasil.

Igual que ocurrió en la primera vuelta del 2 de octubre, Bolsonaro ha ido por delante hasta bien avanzado el recuento, hasta el 66%, aunque en todo momento la tendencia de Lula ha sido al alza y la de su rival, a la baja. Tal y como adelantaban las encuestas y tras una de las campañas más agitadas de los últimos tiempos en Brasil, Lula, que gobernó el país en dos mandatos entre 2003 y 2010, regresa al Planalto después de que el actual presidente no haya logrado recuperar terreno.

Encarcelado en abril de 2018, Lula se bajó de la carrera presidencial de ese año. Pensó que permanecería poco tiempo entre rejas, pero pasó allí quinientos ochenta días, hasta recuperar su elegibilidad en marzo de 2021, tras la anulación de las condenas en su contra.

Lula se compromete a gobernar por más respeto, igualdad y libertad

Recién elegido, Lula se ha comprometido a gobernar para todos los brasileños, que han elegido más respeto, igualdad, libertad y fraternidad. "A partir del 1 de enero de 2023, gobernaré para 215 millones de brasileños y no solo para los que votaron por mí", ha enfatizado.

"No hay dos brasiles. Hay un solo pueblo, una sola nación. A nadie le interesa vivir en un país dividido en permanente estado de guerra. Estas personas están cansadas de ver al otro como un enemigo. Es hora de deponer las armas que nunca debieron empuñarse", ha expresado, haciendo alusión al resto de partidos políticos, según recoge O Globo.

Además, Lula da Silva ha expresado que en estos comicios no solo se enfrentaba a Bolsonaro, sino a la "máquina del Estado brasileño" que se ponía a su servicio para impedirle ganar. "Quiero agradecer al pueblo brasileño que votó por mí, que se dignó cumplir con su compromiso ciudadano", dijo Lula, quien dijo que se considera un ciudadano que ha tenido un proceso de resurrección", ha afirmado.

El brasileño ha reconocido que gobernará el país en una "situación muy difícil" pero que cuenta con la mayoría del pueblo para encontrar una salida para Brasil a través de los instrumentos de la democracia. Por ello, ha prometido que la economía brasileña "volverá a girar" y las minorías estarán incluidas en el presupuesto y también los productores agrarios y los pequeños empresarios.

En materia económica, también se ha referido al mercado financiero manifestando que el país debe recuperar su "credibilidad, previsibilidad y estabilidad" para que los inversores nacionales y extranjeros recuperen su confianza en él. Además, ha apuntado que Brasil no se puede limitar a exportar materias primas y se ha comprometido a reindustrializar el país e invertir en economía verde.

Además, ha puesto el foco en el problema de hambre que enfrenta el país. "Nuestro compromiso más urgente es volver a acabar con el hambre. No podemos aceptar como normal que millones de hombres, mujeres y niños en este país no tengan qué comer, o que consuman menos calorías y proteínas de las necesarias", ha expresado.

Por último, se ha comprometido a avanzar en la lucha contra la violencia contra las mujeres y ha prometido enfrentar el racismo, los prejuicios, la discriminación, "para que blancos, negros e indígenas tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades".

Asimismo, se ha comprometido a retomar el seguimiento y la vigilancia de la Amazonia y luchar contra la deforestación, ya que considera posible generar riqueza sin destruir el medio ambiente. Además, ha manifestado que su gobierno tendrá un compromiso con los pueblos indígenas.

Jornada electoral marcada por las intervenciones de la Policía Federal de Tráfico

Estos resultados cierran una tensa campaña de violencia política y polarización para un país que sale muy dividido y con un presidente que tendrá 77 años cuando asuma el cargo. Un nerviosismo que también se ha vivido durante la jornada de este domingo ya que ha estado marcada por al menos 560 intervenciones de la Policía Federal de Tráfico (PRF, por sus siglas en portugués) que habrían entorpecido el desplazamiento de votantes principalmente en el noreste del país, zona considerada afín a Lula. Según el recuento de Globo TV, hasta 272 de las primeras 549 operaciones (49,5%) corresponden al noreste del país, considerado un bastión de Lula. 59 fueron en el norte (10,7%), 48 en el sureste (8,45) y 48 en el sur (8,74%).

La injerencia es particularmente grave debido a que el Tribunal Superior Electoral había advertido específicamente el sábado a la PRF de que no realizara intervenciones durante la jornada de votación. Su presidente Alexandre de Moraes prohibió el sábado expresamente que la PRF realizara cualquier operación relacionada con el transporte público de electores para no entorpecer la votación.

Mientras se realizaban estas operaciones, desarrolladas principalmente en el noreste del país y denunciadas por los propios electores en redes sociales, Moraes ha instado al director de la PRF, Silvinei Vasquez, a interrumpir de inmediato las labores de fiscalización bajo la amenaza de multa de 100.000 reales por hora (unos 18.900 euros), suspensión de funciones y arresto. El propio Vasques publicó en la noche del sábado en Instagram un post en apoyo a Bolsonaro que borró posteriormente. "Vote 22. Bolsonaro presidente", rezaba el texto.

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El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Anderson Torres, ha manifestado al Supremo Tribunal Federal su "perplejidad" por las informaciones sobre la actuación de la PRF para "utilizar la máquina estatal para causar perjuicios al proceso electoral".

También la coalición Brasil de la Esperanza que representa a Lula ha respondido a la polémica y ha pedido la detención de Vasques y de los superintendentes regionales que no estén cumpliendo con la orden del Tribunal Superior Electoral. Por su parte, la presidenta del Partido de los Trabajadores de Lula, Gleisi Hoffmann, ha instado a los cargos políticos del PT a presentarse en sede oficial para pedir orden de prisión contra quienes incumplan el mandato judicial.

También los observadores electorales nacionales e internacionales han manifestado "gran preocupación" por las denuncias sobre la intervención de la PRF, según fuentes bajo condición de anonimato citadas por Folha.

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