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De la Joya, empresario de la 'jet' y socio de Villarejo, tiene una sociedad con más de un millón en activos

Adrián de la Joya, a la derecha, en una imagen de archivo cedida por el diario 'Público'.

Adrián de la Joya y Ruiz de Velasco ha tenido dos vidas públicas, una voluntaria y otra no. En la primera, a finales del siglo pasado, era uno de los habituales en las fiestas de la jet set en Madrid y Marbella jet set. Allí se le podía ver con Mario Conde, con los Albertos o con su cuñado Abdul Rahman El Assir, traficante de armas e íntimo amigo de Juan Carlos I. Hasta que decidió hacer mutis por el foro y buscar la máxima discreción, lo que incluyó el traslado de su residencia oficial a Suiza. Sus actividades en la sombra, sin embargo, han desembocado en una segunda vida pública que se desarrolla en los tribunales. De la Joya está imputado en el caso Lezo, por actuar de intermediario en el pago de una comisión al expresidente madrileño Ignacio González, y en el caso Tándem, que ha destapado su amistad y sus negocios compartidos con el excomisario José Manuel Villarejo.

En las investigaciones judiciales han salido a la luz diversas empresas relacionadas con De la Joya, pero hasta ahora se desconocía su relación con una sociedad en Luxemburgo denominada Riviera Invest und Services SA, de la que es el único propietario. De acuerdo con las últimas cuentas presentadas en el Registro del Gran Ducado, correspondientes a 2019, tenía unos activos de 1,1 millones de euros.

infoLibre ha tenido acceso a la documentación sobre la empresa Riviera Invest und Services SA en el marco de la investigación periodística denominada OpenLux, impulsada por el periódico francés Le Monde y por la organización internacional Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP). infoLibre, socio colaborador en España de OpenLux, inició la semana pasada la publicación de una serie de reportajes con las informaciones más relevantes descubiertas tras analizar la identidad de las 1.558 personas vinculadas con España que declaran ser beneficiarias de una o más sociedades en Luxemburgo [puedes leer aquí una explicación general sobre OpenLux y aquí tienes cinco preguntas y respuestas clave sobre este proyecto].

En la primera entrega de la serie se desvelaron las conexiones entre Rodrigo Rato y el traficante de armas Abdul Rahman El Assir en una sociedad luxemburguesa denominada Wheelerdale Corporation Sàrl. El Assir y De la Joya fueron por cierto cuñados –estaban casados con las hermanas María y Cristina Fernández Longoria, respectivamente, aunque esos dos matrimonios ya se rompieron– y ambos residen oficialmente en la misma ciudad suiza, Gstaad. Es cierto que El Assir está ahora en paradero desconocido, buscado por la Justicia española (que lo acusa de delito fiscal) y por la francesa (que lo condenó en rebeldía a cinco años de cárcel por su implicación en el escándalo de corrupción conocido como Karichagate).

SIN INGRESOS CONOCIDOS, PERO CON UN FALCON

La empresa luxemburguesa de Adrián de la Joya, Riviera Invest und Services SA, se constituyó en marzo de 2006. En sus primeros cuatro años de vida fue una compañía durmiente, sin actividad ni patrimonio. A 31 de diciembre de 2009 declaraba tener 4.031 euros en un banco, y eso era todo.

Las cosas cambiaron en 2010, un año ajetreado para Adrián de la Joya. Según desveló en su día El Confidencial, la Agencia Tributaria inició una investigación al empresario tras detectar el envío a Suiza de 12 millones que tenía en España y cuyo origen se desconoce. De la Joya abrió una cuenta en el Deutsche Bank de Ginebra el 12 de abril de 2010, ese mismo día transfirió allí nueve millones desde CaixaBank y el 3 de mayo trasladó otros tres millones desde el Banco Popular.

En 2010 ya había estallado el caso Gürtelcaso Gürtel, en cuyo sumario también aparece De la Joya, porque realizó un pago de 50.000 euros a Francisco José Yañez, uno de los testaferros en Suiza del entonces tesorero del PP, Luis Bárcenas. El dinero salió de Frankford Trade Ltd, una sociedad intrumental de De la Joya radicada en las Islas Vírgenes Británicas. Hacienda sospechaba que Frankford Trade Ltd. era parte de una trama societaria dedicada a la evasión de fondos y creía que la salida de los 12 millones de España respondía a una estrategia de De la Joya que “podría ser constitutiva de algún ilícito penal tendente a vaciar su patrimonio frente a futuras responsabilidades penales o administrativas en España”.

El 5 de mayo de 2010, dos días después de la segunda transferencia de dinero desde España a Suiza, también se movieron las cosas en Riviera Invest und Services SA. En concreto, fueron nombrados administradores de la compañía tres sociedades precisamente de las Islas Vírgenes Británicas, denominadas Cardale Overseas Inc, Taswell Investments Ltd y Kelwood Investments Ltd. Años después, la administración de la compañía de De la Joya pasó a manos de una fiduciaria de Luxemburgo llamada FBK.

Y aquel 2010 también se acrecentó el patrimonio de Riviera Invest und Services SA, que había empezado el año con 4.031 euros en el banco y lo terminó con un patrimonio de 1.176.792 euros. De ellos, 1.106.250 euros eran activos del inmovilizado material (bienes físicos, no financieros) y 70.542 eran tesorería.

La información económica que facilita Riviera Invest und Services SA en el Registro de Luxemburgo es mínima. No consta que haya tenido ningún tipo de ingreso por su actividad. Sin embargo, sus pérdidas son constantes: entre 2010 y 2019 ascendieron en total a 3,2 millones. ¿Y cómo afronta esas pérdidas? Mediante endeudamiento: a finales de 2019, las deudas ascendían a 4,6 millones. Fiscalistas consultados por este periódico explicaron que “con toda probabilidad esas deudas son con sociedades o personas relacionadas con la propia empresa, puesto que una entidad financiera o un tercero no vinculado con ella jamás le prestarían dinero a una compañía que no tiene ingresos, salvo que avalase la deuda con otros bienes”.

Por lo demás, el activo inmovilizado se ha mantenido invariable durante estos años –es el mismo en 2019 que en 2010– y llama la atención un ingreso en tesorería de más de 314.000 euros en 2013.

Más allá de Luxemburgo, solo hay un rastro de Riviera Invest und Services SA. El 29 de enero de 2013, inscribió a su nombre en el Registro de Aeronaves de la Isla de Man un Mystere-Falcon 200, cuya matrícula es M-ENTA. El precio medio de un avión de ese modelo se sitúa ahora en cerca de 700.000 dólares (unos 575.000 euros). Las páginas web existentes dedicadas a rastrear vuelos han localizado la aeronave en diversas ocasiones en los aeropuertos de Madrid o Málaga, pero sobre todo en Ginebra (aquí puedes ver una imagen tomada en la localidad suiza en enero de 2019).

Adrián de la Joya declaró ante el Registro de Titularidades Reales de Luxemburgo que era el beneficiario último del 100% de la compañía Riviera Invest und Services SA. Esa declaración se produjo el 8 de agosto de 2019 y seguía vigente este 6 de junio.

infoLibre trasladó a Adrián de la Joya, a través de su abogado, una serie de preguntas sobre su empresa de Luxemburgo para incluir su versión en este reportaje. El empresario no respondió [al final de la información se reproducen de forma íntegra las preguntas planteadas].

Declaración de Adrián de la Joya en el Registro de Luxemburgo en la que afirma ser el único beneficiario de la empresa Riviera Invest und Services SA.

negocios con VILLAREJO E INTERMEDIARIO EN el PAGO de una mordida a ignacio GONZÁLEZ

Adrián de la Joya acumula dos detenciones en los últimos años. En abril de 2017 fue arrestado en la operación Lezo, en la que se desarticuló la presunta organización criminal liderada por el expresidente madrileño Ignacio González, y en mayo de 2019 fue apresado de nuevo por sus actividades supuestamente delictivas junto al comisario José Manuel Villarejo, que se estudian en una de las piezas del caso Tándem (denominada Pit).

En esta última causa se investiga el pago de 7,4 millones de euros a dos compañías de Villarejo –Cenyt y Stuart & Mckenzie– por parte de los empresarios Ángel y Álvaro Pérez-Maura, implicados en un escándalo de corrupción en Guatemala. Los hermanos Pérez Maura son propietarios de un importante grupo naviero y figuran en el puesto 205 en la lista de los españoles más ricos que elabora El Mundo. Las autoridades de Guatemala habían solicitado la extradición de Ángel Pérez-Maura, acusado de pagar una mordida de 30 millones de dólares al expresidente Otto Pérez Molina y a la exvicepresidenta Roxana Baldetti a cambio de la adjudicación de la construcción y explotación de una terminal privada de contenedores en el puerto de Quetzal. Villarejo y De la Joya convencieron a Pérez-Maura de que con sus contactos lograrían frenar su extradición a Guatemala, algo para lo que en realidad no se necesitan demasiadas influencias ya que España no suele extraditar a otro país a sus nacionales.

Aunque en su declaración judicial Adrián De la Joya aseguró no haber cobrado ninguna comisión –“El señor Villarejo no reparte ni con su madre”, alegó–, el magistrado Manuel García-Castellón no le creyó y llegó a la conclusión de que “participó directamente de las ganancias obtenidas” por el comisario, además de “ostentar una posición dominante como negociador principal en la fijación de los honorarios a percibir”. El fiscal sostiene que De la Joya se embolsó una comisión de más de un millón de euros, pagados por la sociedad de los navieros A. Pérez y Compañía SL en una cuenta del grupo Serena Digital en el emirato de Dubai. Aunque Anticorrupción solicitó para el empresario el ingreso en prisión, el juez le dejó en libertad tras el pago de una fianza de medio millón de euros.

El otro gran negocio realizado conjuntamente por Villarejo y De la Joya fue la intermediación ante los dueños de Banca Privada de Andorra (BPA), los hermanos Ramón e Higini Cierco, para conectarlos con quien era el jefe de campaña de Donald Trump para las elecciones presidenciales de 2016, Paul Manafort. Los Cierco también tenían un grave problema, ya que Estados Unidos había señalado a BPA como una entidad que colaboraba con el blanqueo de dinero de organizaciones criminales, y aceptaron el plan de Villarejo y De la Joya. Un plan que consistía en invertir 16 millones de dólares (algo más de 13 millones de euros) en una empresa de telefonía con sede en Florida –Hoyos VSN Corp.– vinculada a Manafort. Los Cierco inyectaron el dinero en la compañía estadounidense y Manafort tuvo que dejar la campaña de Trump tras conocerse que había cobrado 12 millones de dólares del presidente ucraniano Víctor Yanukóvich. Según desveló Público, De la Joya puso a su nombre la comisión que correspondía a Villarejo por este negocio. “Para que nadie te vea nada”, le dice el empresario al policía en un audio que reprodujo dicho periódico.

La amistad entre Villarejo y De la Joya se había hecho pública a causa de otro escándalo, el del Pequeño NicolásPequeño Nicolás, aunque en este caso el empresario no fue imputado. Pero en la investigación se detectaron 174 contactos telefónicos entre el comisario y Serena Digital, la sociedad de De la Joya. Este último es uno de los cuatro accionistas de la finca La Alamedilla, propiedad en su día vinculada a Mario Conde y que Francisco Nicolás Gómez Iglesias pretendía utilizar presuntamente para cometer una estafa.

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Pero, antes que por sus negocios con Villarejo, es probable que De la Joya se siente en el banquillo por el caso Lezocaso Lezo, donde la Fiscalía Anticorrupción pide para él tres años y seis meses de prisión y una multa de 1,8 millones de euros por el delito de cohecho activo. Tras ser detenido, el empresario admitió que había puesto a disposición del empresario Javier López Madrid –yerno del entonces principal accionista de OHL, Juan Miguel Villar Mir– una cuenta que tenía en el Anglo Irish Bank de Suiza a nombre de una sociedad panameña (Lauryn Group Inc.) para recibir el pago de 1,4 millones de euros. Ese dinero debía enviarlo luego a Ignacio González, entonces vicepresidente de la Comunidad de Madrid y persona de la máxima confianza de Esperanza Aguirre, y a Ildefonso de Miguel, principal ejecutivo del Canal de Isabel II. Los 1,4 millones eran la mordida que OHL pagaba a González y De Miguel a cambio de obtener la adjudicación del tren de Móstoles a Navalcarnero (Madrid). De la Joya aseguró ante el juez que, tras recibir los 1,4 millones, decidió quedárselos para saldar una deuda que OHL tenía con él relacionada con negocios en África.

Parece improbable que Adrián de la Joya se libre esta vez de la Justicia, como ocurrió la primera vez que fue imputado. Como recordaba El País, su trayectoria profesional estuvo muy vinculada en su día a Rafael Martín Sanz, que fue consejero de Presidencia de Castilla-La Mancha en el Gobierno socialista de José Bono. Ambos fueron imputados en el denominado caso Atocha, en el que se investigó el cobro de comisiones por adjudicaciones irregulares de la Comunidad de Madrid a la empresa Construcciones Atocha, entre 1989 y 1992. Una imputación que quedó en nada.

En una conversación con su buen amigo Mauricio Casals, adjunto a la presidencia de Atresmedia, Adrián de la Joya y Ruiz de Velasco se declaraba cansado de las informaciones que algunos medios publicaban sobre él. “Que yo puedo tener todas las sociedades en Panamá que me salga de los cojones. Que yo no tengo que darle ni una puta explicación a la Agencia Tributaria española. Yo puedo tener si quiero 500 sociedades panameñas, gibraltareñas, de Curazao y del coño de su madre, ¿de acuerdo?”, proclama el empresario de la jet. Es solo una verdad a medias. Las sociedades las puede tener, desde luego, pero otra cosa es de dónde vengan los fondos de esas compañías y a qué actividades se dediquen.

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